Creatividad Y Motricidad

Creatividad y motricidad

El objeto de estudio de la motricidad,

es el ser humano cuando realiza acciones

que le llevan a mejorarse y

transformarse como humanes.

La palabra “corporeidad” es recogida en el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) con la acepción “calidad de corpóreo”. Corpóreo, a (del lat. corporeus. Adjetivo, “que tiene cuerpo o consistencia”).

A partir de esta definición es que comenzamos a diferenciar cuerpo de corporeidad; confundir cuerpo con corporeidad es limitar el ser humano a un animal u objeto, puesto que hablar del cuerpo humano en toda la extensión de la palabra implica pasar de definirlo como un sistema orgánico para entender y comprender al propio “humanes” (su corporeidad, su todo yo). El yo implica el HACER, el SABER, el PENSAR, el SENTIR, el COMUNICAR y el QUERER y no hay ser humano sin la unidad entre estos seis aspectos.

La corporeidad humana implica pensar y sentir al mismo tiempo que hago; el cuerpo solo hace; entonces podemos definir la corporeidad como “la vivenciación del hacer, sentir, pensar y querer” de manera que podemos identificar corporeidad con humanes (Zubiri, 1986), ya que el ser humano es y se vive sólo a través de su corporeidad.

A través de la acción y percepción multisensorial (vista, oído, tacto, gusto, olfato, cinestésico) aprendemos a sentir y a pensar y es en ese momento cuando vamos tomando conciencia de nosotros mismos. Este proceso se da a lo largo de toda nuestra vida conforme a las vivencias que experimentamos. Por medio de estas experiencias nos conocemos a nosotros mismos, las habilidades, deseos, debilidades, etcétera. Todo aquello que nos compone y forma al “yo” que verdaderamente somos.

¿Entonces cuál es nuestro objeto de estudio?

El análisis que el autor hace del concepto de la motricidad la define como “la vivencia de la corporeidad para expresar acciones que implican desarrollo del ser humano”.

Partiendo del supuesto de que corporeidad se refiere exclusivamente al ser humano, la motricidad, por lo tanto, se contextualiza de igual forma en la persona solamente y no en el animal. El animal posee movimiento pero no tiene conciencia de ese movimiento, el movimiento es instinto pero no cultura ni razonamiento, por lo que no podemos hablar de motricidad en un animal, sino sólo de movimiento (Fonseca, 1996).

Nuestro objeto de estudio será entonces la motricidad humana, aquella que lleva en sí el objeto de que la persona mejore como humano, como ser, que crezca y se mueva consciente de lo que hace, con un fin determinado y no solo porque le es posible.

Las Ciencias de la Motricidad Humana.

“La cultura y la socialización del hombre en su grado más alto, sucede cuando se lleva a cabo a través del desarrollo del pensamiento complejo o de orden superior y, éste solamente se consigue con la unión entre pensamiento creador y pensamiento crítico. Para llegar a ese pensamiento, el ser humano debe aprender a percibir creativamente su entorno y no meramente a percibir pasivamente.”

Con el paso del tiempo, el hombre evolucionó y dejó atrás el instinto y el simple movimiento, comenzó a elaborar técnicas eficaces para lograr cubrir sus necesidades básicas. Comenzó a elaborar utensilios, es entonces cuando el “movimiento” se transforma en “motricidad”. Esta motricidad simbólica es la verdadera Motricidad, porque es la única donde el ser humano actúa con todo su yo (pensar-sentir-conocer-querer-hacer).

A su vez, lo que se considera motricidad puede dividirse en tres tipos, siguiendo la clasificación de Sergio (1996), si bien hacemos nuestra propia interpretación:

Ludomotricidad. Son las acciones más lúdicas, aquéllas que se llevan a cabo por puro placer, por expresarse o por agonismo. Caminar por el parque podría ser un buen ejemplo de ello.

Ergomotricidad.

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