Crecimiento Economico
Enviado por Ingrid2511 • 7 de Septiembre de 2014 • 2.259 Palabras (10 Páginas) • 153 Visitas
¿Cuáles son las causas del crecimiento económico?
Las teorías económicas de crecimiento se refieren al crecimiento de la producción potencial, o nivel de producción de pleno empleo.
La opinión popular suele dar tres tipos de respuestas con respecto a las causas del crecimiento económico: la primera nos dice que la economía crece porque los trabajadores tienen cada vez más instrumentos para sus tareas, más máquinas, es decir, mas capital. Para los defensores de esta idea, la clave del crecimiento económico está en la inversión. La segunda respuesta es que los trabajadores con un mayor stock de conocimientos son más productivos y con la misma cantidad de insumos son capaces de obtener una mayor producción. Entonces la clave del crecimiento sería la educación, que incrementaría el capital humano o trabajo efectivo. El tercer tipo de respuesta nos dice que la clave está en obtener mejores formas de combinar los insumos, máquinas superiores y conocimientos más avanzados. Los defensores de esta respuesta afirman que la clave del crecimiento económico se encuentra en el progreso tecnológico. En general se considera que estas tres causas actúan conjuntamente en la determinación del crecimiento económico.
Las teorías de crecimiento económico explican sus causas utilizando modelos de crecimiento económico, que son simplificaciones de la realidad que permiten aislar fenómenos que se quiere estudiar. Estos modelos de crecimiento económico no se refieren a ninguna economía en particular, aunque sí pueden ser contrastados empíricamente. Ejemplos de modelos de crecimiento económico son el modelo de Solow, el modelo de Harrod Domar, el modelo de Kaldor, el modelo AK, el modelo de Ramsey, modelos de crecimiento endógeno, como el modelo de Romer, el modelo de Lucas o el modelo de Aghion y Howitt, etc.
17 de marzo de 1998
Las causas del crecimiento económico
por Reuven Brenner
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¿Qué quieren decir los políticos y economistas cuando prometen desarrollo, prosperidad y mayores estándares de vida? ¿Existe algún objetivo medible, a través del cual se pueda juzgar si las personas en una sociedad en particular, o en el mundo, esperan que las innovaciones tecnológicas y políticas (incluyendo las de orden fiscal) sean beneficiosas y conduzcan a la creación de más riqueza? ¿Cómo se puede asegurar que una innovación financiera, un cambio en la estrategia de una compañía, o un cambio en la política de gobierno mejore o agrave una sociedad?
La respuesta a estas preguntas es que los cambios en el valor total de mercado de las empresas en una sociedad (el valor de la deuda y bienes en el mercado), agregado al valor de mercado de las obligaciones pendientes de su gobierno, sería el mejor baremo para cuantificar las expectativas, por supuesto siempre que los mercados financieros sean profundos y transparentes. Cuando esta suma aumenta, ello significa que la capacidad de la sociedad para generar ingresos y reducir su deuda -privada o pública- ha aumentado también.
Por otro lado, cuando la suma descrita disminuye (medida en términos de una unidad relativamente estable, en vez de una moneda en particular), las personas dan indicios de que su gobierno o los ejecutivos de sus empresas están incurriendo y persistiendo en decisiones erróneas.
La razón es simple: los mercados financieros desarrollados y relativamente libres evitan la persistencia de los errores. Al hacerlo, redirigen rápidamente el uso de capital y aseguran que los ahorros y capitales se asignen de manera más eficiente.
Cuando la suma mencionada disminuye, ¿a dónde va la riqueza? Eso depende. Cuanto menor es la capacidad de mover capital y mayores son las restricciones sobre la inmigración de las personas, mayor es la posibilidad de que su valor reducido se pueda ver como una pérdida permanente. Con ello, todas esas cosas que se espera sean sólidas -el esfuerzo y la ingenuidad de las personas- se transforman en brisa tenue. Se pueden esperar más errores, y que sus efectos puedan durar mucho más.
El decremento refleja así expectativas disminuidas para la generación de futuros ingresos (ya que cada error es un costo). La generación de ingresos futuros es lo que significa el crecimiento y la capacidad de pago. Cuando se mueve el capital y las personas inmigran, sin embargo, la riqueza desaparece de un país y aparece en otro.
Hay pocos ejemplos mejores para ilustrar estas ideas que la riqueza creada por las diásporas de la historia, empujados a salir de sus patrias por la política y las regulaciones -armenios, chinos, hugonotes y judíos- así como los emigrantes pobres de Europa, que construyeron los nuevos continentes (pocos ricos salieron de Europa). Se puede ver brevemente cómo la migración de aquellas personas hábiles y energéticas dio lugar a muchos de los "milagros" económicos.
Hechos detrás de milagros
Los cuentos de Cenicienta de sociedades pobres o empobrecidas pasando súbitamente a otras más ricas provocaron admiración, envidia e intensas discusiones sobre por qué lo superado se vino abajo y lo abatido empezó a emerger. Los países productores de crudo del Medio Oriente no provocaron esas discusiones porque esos países encajan en el modelo de "tesoro descubierto".
¿Pero de qué manera pueden las sociedades generar riqueza cuando no sólo carecen de un recurso natural en particular, sino que además sufren las consecuencias de desastres? ¿Pueden otros países emularlos y lograr similares tasas de alto crecimiento?
El milagro de la Europa del siglo XVII no fue ni España ni Portugal, ya que ambos encajan en el molde de "tesoro descubierto", sino Holanda, cuyos riqueza se generó a pesar de los obstáculos naturales. Posteriormente vino Alemania Occidental, levantándose milagrosamente de las cenizas de la segunda guerra mundial. Hubo algunos milagros asiáticos que merecen atención, tales como Hong Kong y Singapur.
¿Qué tienen en común todos esos milagros?
Holanda fue la primera república europea que adoptó la libertad de culto (cuando Europa todavía discriminaba severamente cualquier variación de la ortodoxia "oficial") y con una clara definición de los derechos a la propiedad, abrió oportunidades para un comercio relativamente libre y la innovación financiera.
Sin embargo, sería engañoso decir que los holandeses lo lograron por sí solos. La apertura de la nueva república atrajo a Amsterdam a inmigrantes bien relacionados y educados, entre los que destacaron los mercaderes judíos y hugonotes, discriminados en otras partes de Europa y financieros, principalmente banqueros del norte de Italia. Ellos contribuyeron a convertir a Amsterdam en el centro financiero
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