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Crecimiento Y Una Creación De Empleo Sostenibles Tanto En Los Países Desarrollados Como En Los Países En Desarrollo.


Enviado por   •  20 de Marzo de 2015  •  1.476 Palabras (6 Páginas)  •  236 Visitas

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CRECIMIENTO Y UNA CREACIÓN DE EMPLEO SOSTENIBLES TANTO EN LOS PAÍSES DESARROLLADOS COMO EN LOS PAÍSES EN DESARROLLO.

Está cada vez más claro que no todos los países pueden apoyarse en las exportaciones para promover el crecimiento y el empleo; necesitan más que nunca prestar mayor atención al fortalecimiento de la demanda interna. Eso es especialmente cierto hoy en día, porque no es probable que ningún otro país o grupo de países pueda asumir el papel que antes desempeñaban los Estados Unidos como motor del crecimiento mundial. Es necesario cambiar de enfoque y optar por un crecimiento impulsado por la demanda interna tanto en los países desarrollados como en las economías de mercado emergentes con grandes excedentes por cuenta corriente y un potencial de producción infrautilizado para que no vuelvan a generarse desequilibrios similares a los que provocaron el estallido de la crisis financiera mundial. Pero eso es también importante para muchos países en desarrollo que dependen ahora en gran medida de la demanda externa para lograr el crecimiento económico y crear empleo para una población activa cada vez mayor. El desempleo es el problema social y económico más acuciante de nuestro tiempo, entre otras cosas porque está estrechamente relacionado con la pobreza, sobre todo en los países en desarrollo. Las secuelas de la crisis mundial han exacerbado la situación de unos 2 mercados de trabajo que ya eran poco dinámicos en la mayoría de los países incluso antes de la crisis. Desde 2008, la relación mundial empleo/población ha registrado un fuerte descenso y muchos países padecen ahora las mayores tasas de desempleo de los 40 últimos años. Por consiguiente, la creación de empleo tiene que ser prioritaria en la política económica.

En este contexto, es importante reforzar el marco de las políticas macroeconómicas para fomentar un crecimiento y una creación de empleo sostenibles tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo. La experiencia y la teoría enseñan que para aplicar una estrategia de crecimiento sostenible hay que basarse más en la demanda interna de lo que lo han hecho muchos países durante los 30 últimos años. Con semejante estrategia, la creación de puestos de trabajo para absorber mano de obra excedentaria sería resultado de un círculo virtuoso en el que la elevada inversión en capital fijo daría lugar a un aumento más rápido de la productividad con las consiguientes subidas salariales que harían posible una expansión constante de la demanda interna. Especialmente en el caso de los países en desarrollo, esto podría obligarles a reconsiderar el modelo de desarrollo basado en las exportaciones y en la contención de los costos laborales.

La creación de empleo es un reto especialmente arduo para los países en desarrollo. Su fuerza de trabajo sigue aumentando con lentitud y se requiere la generación constante de puestos de trabajo para quienes se incorporan al mercado laboral, dentro de una estructura económica caracterizada por el dualismo. Muchos de estos países tienen un sector moderno con una productividad relativamente alta y grandes economías de escala, que coexiste con un sector tradicional menos dinámico con una baja productividad y rendimientos constantes a escala de las actividades productivas. El desarrollo económico en general y la creación de empleo para una población cada vez mayor, en particular, necesitan una expansión de las actividades modernas y la redistribución de la mano de obra de los sectores tradicionales a los más modernos. Esto tiene que ir acompañado de un incremento de la productividad en todos los sectores de la economía. El sector moderno, en el que la producción tiene lugar en unidades organizadas con trabajadores asalariados dentro de la economía formal, ha sido tradicionalmente el sector industrial, en particular el manufacturero, pero también incluye cada vez más servicios modernos y algunas actividades agrícolas innovadoras.

En los años ochenta y noventa, los países en desarrollo dieron cada vez más prioridad a la producción destinada al mercado mundial para impulsar la expansión de los sectores modernos de su economía formal. De este modo se esperaba activar y acelerar un círculo virtuoso de crecimiento de la producción y aumentos constantes de la productividad y el empleo. Sin embargo, esa esperanza rara vez se hizo realidad. En muchos países las exportaciones no aumentaron según lo previsto por falta de capacidad de oferta y de competitividad de los productores nacionales en los mercados mundiales. En otros casos en que las exportaciones se incrementaron, los trabajadores nacionales empleados en las industrias de exportación no se beneficiaron de los aumentos

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