Critica A "Saturno Devorando A Su Hijo"
Enviado por Raptnself25 • 4 de Diciembre de 2014 • 390 Palabras (2 Páginas) • 542 Visitas
Hubo varias obras de arte que me interesaron, hasta cierto punto, pero ninguna llamaba mi atencion al cien por ciento, hasta que lei acerca de las pinturas negras de Francisco de Goya, que en total eran catorce. Todas me encantaron, pero hubo una que llamo mi atencion casi de inmediato, una obra que era diferente al resto, “Saturno devorando a un hijo”.
El cuadro Saturno devorando a un hijo es una de las pinturas al óleo sobre revoco que formó parte de la decoración de los muros de la casa que Francisco de Goya adquirió en 1819, llamada la Quinta del Sordo. Por tanto, la obra pertenece a la serie de las Pinturas negras.
Junto con el resto de ellas, fue trasladada de revoco a lienzo a partir de 1874 por Salvador Martínez Cubells, como había encargado el barón Émile d’Erlanger, un banquero francés, de origen alemán, que tenía intención de venderlas en la Exposición Universal de París de 1878. En 1881, d’Erlanger las cedió al Estado español, que las destinó al Museo del Prado, donde se expusieron desde 1889.
Saturno ocupaba un lugar a la izquierda de la ventana, en el muro del lado este, opuesto a la entrada del comedor del piso bajo de la Quinta del Sordo.
Representa al dios Crono, como es habitual indiferenciado de Chronos, o Saturno en la mitología romana, en el acto de devorar a uno de sus hijos. La figura era emblema alegórico del paso del tiempo, pues Crono se comía los hijos recién nacidos de Rea, su mujer, por temor a ser destronado por uno de ellos.
La luz es una característica muy importante ya que enfoca directamente a la cara de Saturno y al cuerpo de su hijo. Es una luz ciega que deja oscurecido el fondo dando así una sensación de terror. La pintura tan solo gira euna cosa, Saturno devorando a un hijo. Lo perturbador de esta pintura es la penumbra en la que se ve sumergido a Saturno. Otra cosa que, para mi, se me hizo perturbadora, fue la cara y los movimientos bruscos de Saturno. Su rostro refleja una expresión asustada y enojada al mismo tiempo. No es una obra muy realista ya que es una situación inventada por Goya. Predomina el color sobre el dibujo y destacan las tonalidades oscuras que contrasta con la claridad del cuerpo de la víctima.
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