Cuaderno de bitácora del “Démeter”
Enviado por martincue • 2 de Febrero de 2012 • Informe • 815 Palabras (4 Páginas) • 802 Visitas
CUADERNO DE BITÁCORA DEL “DÉMETER”
De Varna a Whitby
Escrito el 18 de julio. Ocurren cosas tan extrañas que debo tomar nota con precisión a partir de ahora y hasta que desembarquemos.
El 6 de julio acabamos de embarcar el cargamento, arena y cajones llenos de tierra. Al medio día partimos. Viento del Este, fresco. La tripulación: cinco marineros, dos oficiales y yo mismo (el capitán).
El 11 de julio al amanecer entramos en el Bósforo. Subieron a bordo funcionarios de aduana turcos. Propina. Todo correcto. En camino a las cuatro de la tarde.
El 12 de julio por Dardanelos. Más inspectores de aduanas y barco de la escuadra de guardia. Otra vez propina. El trabajo de los funcionarios minucioso pero rápido. Quieren que nos vayamos enseguida. A la noche entramos al archipiélago.
El 13 de julio pasamos el cabo Matapán. La tripulación estaba molesta por algo. Parecían asustados, pero no dijeron nada.
El 14 de julio había algo de ansiedad en la tripulación. Son todos de carácter firme que han navegado antes conmigo. El timonel no pudo averiguar qué pasaba; sólo le dijeron que había ALGO e hicieron la señal de la cruz. Ese día el piloto perdió la paciencia con uno de ellos y le golpeo. Se esperaba una fuerte discusión pero todo estuvo tranquilo.
El 16 de julio el piloto informó que uno de la tripulación, Petrofsky, se había perdido. No pudo explicarlo. Había hecho guardia de ocho horas a babor la pasada noche, fue relevado por Abramoff pero no llegó al camarote. Los hombres están más abatidos que nunca. Todos dijeron que esperaban que sucediese algo así, pero sólo dijeron que había ALGO a bordo. El piloto se está poniendo muy impaciente con ellos y teme algún problema en el futuro.
El 17 de julio, ayer, uno de los hombres, Olgarem, vino a mi cabina y me confesó lleno de temores que pensaba que había un hombre extraño a bordo. Dijo que durante su guardia estuvo escondido detrás de la caseta mientras hubo tormenta, y que había visto a un hombre alto, delgado, que no se parecía a ninguno de los tripulantes, subir por la escalera de cámara, recorrer la cubierta y desaparecer. Le siguió con cuidado, pero cuándo llegó a proa no había nadie allí y las escotillas estaban todas cerradas. Tenía pánico debido a creencias supersticiosas y me temo que el pánico se difunda. Para calmarlo, hoy registraré minuciosamente el barco de cabo a rabo. […]
24 de julio. Parece que algún funesto destino pesa sobre este barco. Ya habíamos perdido a un trabajador y entramos al golfo de Vizcaya con mal tiempo por delante. Anoche perdimos otro hombre —desapareció—. Al igual que el primero dejó su guardia y no volvió a ser visto. Los hombres tienen pánico; enviaron una consulta pidiendo guardia doble porque tenían miedo de estar solos. El oficial
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