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Cuento EL VIEJO HURAÑO


Enviado por   •  6 de Septiembre de 2011  •  1.227 Palabras (5 Páginas)  •  712 Visitas

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CUENTO

EL VIEJO HURAÑO

Todas las tardes al salir de la escuela, unos niños jugaban en el jardín de la casa que parecía totalmente deshabitada por lo descuidada que se encontraba, pues el pasto estaba bastante crecido, la pintura de la casa ya muy desgastada por el paso del tiempo, pero los niños se divertían grandemente pues se revolcaban en la hierba, se escondían detrás de los arbustos sin podar pero cubiertos de lindas flores, les gustaba trepar los grandes arboles donde anidaban gran cantidad de pajaritos con sus lindos cantos de sentían muy felices allí.

Una tarde estaban jugando a las escondidas cuando oyeron una voz muy fuerte y enojada ¿Qué hacen en mi jardín? Pregunto, temblado de miedo los niños observando desde sus escondites, cuando vieron un señor de figura desgarbada y con cara de no muy buenos amigos, había decidido regresar a su casa después de una ausencia muy larga, pues se encontraba visitando a unos familiares lejos en otra ciudad.

He vuelto a mi casa para tener un poco de paz y tranquilidad dijo con una voz que daba mucho temor, ¡no quiero niños revoltosos, salgan de mi jardín ahora mismo y no se les ocurra volver!

Los niños salieron aterrorizados lo más rápido que pudieron. Este jardín es mío y de nadie mas, rezongaba el viejo, me asegurare de que nadie entre más en el.

Más temprano que tarde mando levantar unos muros con unas pesadas rejas, con una enorme puerta de hierro que daba entrada al jardín, el viejo cascarrabias colgó un aviso que decía:

“propiedad privada se prohíbe el paso”

Los niños extrañando el lugar asomaban sus caritas por entre las rejas del alto muro para contemplar el jardín que tanto amaban, luego muy tristes, se alejaban para ir a jugar a un camino polvoriento pues las calles no eran pavimentadas porque era un pueblo, solo las calles cerca de la plaza principal en el centro gozaban de este privilegio.

Llego el invierno, las lluvias hacían que suelo se cubrieran de un espeso lodo, el viento soplaba alrededor de la casa del viejo, el granizo golpeaba los grandes ventanales haciendo mas sombrío el lugar.

Como deseo que llegue el verano y que pasen todas estas lluvias suspiro el viejo acurrucado junto al fuego de la chimenea.

Por fin después de una larga estación el clima fue mejorando las lluvias y el lodo fueron desapareciendo poco a poco, el sol, las hermosas flores volvieron a salir con sus lindos colores y aromas alegrando y perfumando todo a su paso, los arboles se llenaban de verdes brotes, y los pajarillos cantaban con sus bellos trinos por todo los campos, excepto en un solo lugar el jardín del viejo huraño.

El verano no ha querido venir a mi jardín, se lamentaba una y otra vez el viejo, mi jardín se ha vuelto un desierto triste, sin vida, frio.

Una mañana se quedo en cama el viejo bastante afligido y amargado por la desolación en que vivía, cuando sorpresivamente oyó el canto de un pajarito y instantáneamente corrió a la ventana y se lleno de muchísimo júbilo y emoción , vio renacer de nuevo el pasto, las flores abriendo sus pétalos , los arboles cargados de frutos , en ellos se encontraban subidos los niños , se habían entrado al escondido por un agujero del muro, el sol los había seguido y con el todo lo hermoso de la naturaleza.

Un niño no lograba subir a ninguno de los arboles y lloraba con mucho pesar pues

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