Cuento: Los Huespedes

LOS HUÉSPEDES

Por Ángel Dell

-Si...si alguien está viendo esta grabación, ya no estaré con vida.-

Me llamo Steven y estoy en la habitación de huéspedes, la cámara enfoca mi cara, podrán observar que está completamente demacrada al igual que mi cuerpo. La habitación en la que estoy está completamente cerrada y bloqueada con muebles, atrás mío se oyen golpes en la puerta, ellos quieren entrar para matarme, y que me una a ellos, pero no lo lograrán. Mi familia…ya no podré verlos más, se han vuelto uno de ellos. Vi como los devoraban, no pude salvarlos. Sus voces son extrañas, nunca las había escuchado de esa forma, logré ver cómo eran; adoptaron la apariencia de un ser humano, pueden pasarse como personas, pero, en realidad, son unos monstruos disfrazados. Tienen que tener cuidado antes de que sea demasiado tarde.

La historia comienza de la siguiente forma:…….Mi esposa se encontró con una pareja de extraños cuando compraba la despensa en el supermercado, según ellos no tenían en dónde quedarse, así que ella  les ofreció asilo en nuestra casa. Al  llegar a casa y comentármelo le dije que estaba demente, cómo podía ofrecerle asilo a unos extraños que se encontró en el supermercado. Mi esposa era altruista, ayudaba a los más necesitados y no esperaba nada a cambio. Pero con esto, se había volado la barda. Desgraciadamente, me convenció, ¡que  tonto fui aquel día! Desde que llegaron, extraños sucesos ocurrían en la casa, las luces se apagaban y prendían, voces extrañas se escuchaban por la noche,  los objetos se habían empezado a mover de un lado para el otro. Una de esas mañanas, bajé las escaleras y vi a los extraños preparar sus maletas. Creí que habían cambiado de opinión y se irían, se despidieron con una frase: “Nos hubiera gustado quedarnos para siempre”, cerraron la puerta y se fueron.

Mi esposa y yo nos quedamos estupefactos de aquella oración que acababa de sonar de su boca. -¿Qué querrá decir eso?- Le dije con temor. –No importa, de todos modos, ya se fueron.- me contestó sin nada más más que decir.

Después de ese momento, todo se fue en picada. En la noche, tuve una pesadilla. Eran los extraños de la mañana diciéndome  “- Lo sentimos si fuimos una carga al quedarnos, pero, nuestro amo no nos perdonaría si nos vamos con las manos vacías-”.

Desperté sudando, mi esposa no estaba, entré en pánico, bajé las escaleras y escuché un grito que provenía de afuera, era de mi hija Natalie, reconocería su voz en donde sea, corrí hacia la puerta, la abrí y salí de la casa para buscar a mi hija, no estaba. De repente, escuche otro grito, esta vez de mi hijo Carlos, ahora él estaba en la casa, corrí otra vez adentro de la casa gritando su nombre, él estaba en su cuarto. Abrí la habitación y encontré a mi esposa abrazando a mi hijo y parados tras de ella estaban los extraños. En ese momento, sentí que ella ya no era mi esposa. -¡¿Qué hacen aquí?!- les grite, levantaron la mirada y vi sus ojos, eran negros como la noche y de sus bocas salían sangre, corrían hacia mí. Cerré la puerta y corrí a las escaleras, eran ellos, otra vez. –“Ven con nosotros, por favor”-sin ninguna emoción expresada en sus caras, solo me asusté más. Corrí hacia la habitación del fondo, cerré la puerta y la bloquee con muebles para que no pasaran. Era la habitación para los huéspedes, ellos planearon esto desde antes. Tenían con ellos a mi familia pero no me tendrían a mí, no me rendiría tan fácil, tenía que luchar. Tomé la cámara que estaba en un cajón junto a una pistola, agarré la pistola, encendí la cámara y empecé a grabar.

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