Cuento, Vacaciones en familia

Vacaciones en familia

El 4 de noviembre del año pasado mi familia y yo nos levantamos temprano para ir rumbo a unas vacaciones que iban a ser espectaculares.

Preparamos todo con anticipación la ropa, los artículos  de aseo y lo más importante los trajes de baño; todo en una maleta, que la llevaría mi mamá como siempre.

Salimos a las 8 am en un taxi rumbo al aeropuerto en donde tomaríamos un transporte para el  Decamerón  de barú que saldría a las 9 am; yo estaba muy emocionada.

Cuando llegamos el bus no había llegado y aprovechamos y desayunamos en juan Valdez.

- ¡llego el transporte! Dijo mi abuela norma.

Pero nos tocó esperar a unos que llegaban en avión de otras ciudades, cuando al fin llegaron nos subimos al bus; ¡que emoción al fin nos íbamos!

 Yo me senté al lado de mi prima Luccy, al lado derecho se sentaron mi mama y mi hermana, en los puestos de atrás mi abuela con sus amigas.

En el bus mi prima y yo estábamos escuchando música y viendo por donde íbamos, pasamos por mamonal y vi la empresa donde trabaja mi papá, subimos por un puente muy alto que es nuevo (porque el año pasado fuimos y no habían terminado el puente y pasamos por unos barcos que transportaban los buses y carros que se llaman planchones, ese año tuvimos que esperar mucho para cruzar pero ahora todo fue más rápido gracias al puente nuevo).

 Cuando llegamos nos registramos en el lobby y nos entregaron unas manillas que son para tener accesibilidad  en el bufet, las actividades en las piscinas etc.

Era lindo el lugar, dijeron que nos entregaban las habitaciones  a las 3 de la tarde; nos cambiamos y nos pusimos el traje de baño y corrimos a la piscina principal, en donde había dinámicas y  juegos, los recreacionistas  bailaban, nos ponían  hacer concursos  y todo espectacular.

 Abrieron el bufet para almorzar, almorzamos y luego regresamos a la piscina, la principal porque hay como 4 más por todo el hotel.

Por donde quiera que mirabas habían bares donde podías pedir todas las bebidas que quisieras, a mí me gustó mucho la piña colada sin alcohol y la ceresada, cerca de la playa también había un lugar donde te daban perros calientes, hamburguesa y fritos toda la tarde.

Cuando nos entregaron las habitaciones las fuimos a ver eran grandes, con aire acondicionado, baño, un espejo grande, habían dos camas personales y en otras había era una  cama grande con un sofá cama, también un televisor, un armario para meter la ropa y ganchos para colgarla, cajones y una caja fuerte para guardar las cosas de valor, también teníamos una pequeña nevera.

Después de chismosear las habitaciones  y refrescarnos fuimos a conocer un poco el hotel, es inmenso tiene muchas habitaciones, paisajes sorprendentes, puentes, spa, etc.

Cuando se hizo de noche fuimos al restaurante a cenar, nos tocó el francés porque el italiano y el japonés estaban llenos.

Después fuimos al teatrino  donde los recreacionistas montan un espectáculo de baile y hacen concursos, yo participe en uno.

 Más tarde en la noche mi abuela y sus amigas se fueron a la discoteca y mi nosotras nos fuimos a descansar.

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