Cuento de ciencia ficcion

Aun no lo recuerdo bien pero recuerdo que  fue un 19 de noviembre de 2014, un día terminando mi turno en el laboratorio iba pasando por un pasillo oscuro, con focos apunto de fundirse, mire hacia un lado y vi otro largo e interminable pasillo.
Después de un rato de mirarlo y pensar decidí seguir mi camino y llegar al final del pasillo, pero al mirar por el pasillo vi a una señora que caminaba medio raro como con la pierna rota, estaba sucia, ella me miro y me grito- “Samantha” ¿Dónde está mi bebe? Estaba paralizada do podía moverme del miedo, con todas mis fuerzas le señale lo más lejos posible –por allá esta mi bebe- le dije y vi cómo se iba alejando después medí la vuelta e intente correr al final del pasillo pero derrepente ella me grito –por aquí no está mi bebe- , me di la vuelta para  mirar y ella se acerco muy rápidamente a mí.

Salí del laboratorio, no pude evitar pensar en la señora y su bebé ¿Lo habrá encontrado? Todo estaba muy extraño. Ya camino a casa vi una la luz megatónica que tenía un brillo que a pesar de la distancia que se hacía cada vez más grande, mantenía su brillo contrastante con el negro vacio del espacio, de ahí salio una persona idéntica a un científico muy especializado, pensé que estaba soñando pero todo era la realidad. Su nombre era Max, pero la gente pordria pensar que era ese gran científico.

Max  era una persona agradable, al principio me dio miedo pero poco a poco me agrada un poco más. Nunca pensé tener un amigo que viniera de otro planeta y que pudiera vivir tantas aventuras con el. Podría olvidar cualquier cosa pero su personalidad y nuestros viajes jamas se me olvidarían. El  me contó que en su planeta todos vivían en un nave en la cual no podían salir ya que les decían que había mucha contaminación. Todos vivían en la nave esperando ser elegidos para ir a una isla. Los jefes de esa nave les contaban que la isla era  el lugar mas maravilloso que pudiese existir. Todos peleaban por ser elegidos para ir a esa “isla”. Un dia el fue elegido junto con Daniela una compañera de la nave. Max bajo porque un señor se le hizo sospechoso y pensó que venía a contaminar la nave en la que el y las demás personas habitaban. Y fue ahí donde Daniela y Max vieron que había mas de 100 personas iguales a cada uno de ellos.

Ellos eran unos “clones” que eran creados en un laboratorio, estos servían para ayudar a sus mayordomos, es decir, a las personas que pagaban por tener su clon para que si en algún momento les faltaba alguna parte de su cuerpo pudieran recuperarla con esos clones.

Ellos al enterarse de eso se escaparon y salieron de la nave. Todo se les hacia extraño ya que para ellos todo estaba contminado. Fueron perseguidos durante meses ya que las demás personas no debían de enterarse que había clones de otras personas.

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