Mi Cuento De Ciencia Ficcion

“De regreso al pasado”

Caían los primeros rayos solares y aun no lograba conciliar el sueño. Toda la noche, me la pase pensando si alguna vez podría volver a ver a aquel amor, que marco tanto mi vida. Lo malo era que él, Matías, ya no formaba parte de este universo, había muerto cuando su barco espacial naufrago en la galaxia de Andrómeda.

Hace muchísimo, había escuchado hablar sobre un proyecto de viajar por el tiempo que aún no estaba permitido, pero el inventor, el Dr. Armstrong, se encontraba fuera de la galaxia desde hace un par de años. Subí muy apresurada y algo aturdida a mi cuarto con la idea de comunicarme con el Dr. Armstrong, quizás mi anhelo se podía hacer realidad a través de él. Y encendí mi Drakoul, que era un aparato que te tele transportaba directamente al lugar en donde se encontraba la persona con la cual querías hablar y empezó mi viaje por el espacio.

Cuando salí de mi galaxia era de noche y al llegar a la otra galaxia de Orión, era de día y es que allá los días tienen una duración aproximada de 3 días y medio. La casa del Dr. Armstrong se encontraba frente a mí, de pronto escuche pasos que venían hacia mí y sin duda era el propio Dr. que había recibido mi llamada a través del Drakoul. Nos saludamos cordialmente y me invito a pasar a su casa; muy cómodos adentro le comente si todavía tenía los planos de su antigua creación, el me respondió positivamente. Entonces, le explique el porqué de mi visita; detalle a detalle, le dije que podía ayudarlo en la construcción de lo que sería una gran revolución en el siglo XXII.

El Dr. Armstrong, decidió pactar un trato entre los dos para empezar con la construcción de su invento. Llevaríamos a la realidad ambos nuestros máximos sueños, él sería la persona más feliz al ser reconocido como un excelente creador e inventor por toda la sociedad en cambio yo ganaba la dicha de volver a ver a mi amado.

Fuimos a diversas partes del mundo en búsqueda de las piezas que hacían falta para nuestra creación. El Dr. Armstrong, un hombre muy alegre, me contaba con entusiasmo que ese había sido el proyecto de toda su vida, sino que no lo pudo materializar debido a la falta de ayuda de alguna persona que quisiera financiarlo pues el costo de cada material se encontraba por las nubes.

No obstante, yo poseía dinero en cantidad, pero en verdad cada pieza tenía un costo muy alto que no encontrábamos fácilmente en nuestra galaxia, y por eso tuvimos que viajar de galaxia en galaxia buscando los más sofisticados materiales.

En realidad, nos demoramos casi un año buscando los materiales necesarios. Cuando lo teníamos todo, empezamos a construir el móvil que nos llevaría a viajar por el tiempo.

Con el paso de los meses, inicie una buena relación con el Dr. Armstrong que a pesar de sus años no perdía la gracia de su juventud. Después de tres años trabajando juntos, habíamos

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