Cuento Ciencia Ficcion

Erase una vez en el año de 1923, se encontraba una pequeña niña llamada Samanta, ella era una niña carismática chistosa, amigable y siempre tenía una sonrisa en el rostro ella era niña soñadora siempre estaba ingeniando cuentos, sueños, metas a pesar de que era muy pequeña pues solo tenía 8 años ella vivía en un pequeño pueblo llamado Blashut que pertenecía al país de Australia. Samanta iba a la única escuela primaria de su pueblo y tenía bastantes amigos con los que todas las tardes salían a jugar y divertirse.

Dentro del pueblo había una parte abandonada en donde la mayoría de los abuelos vivían pero con el tiempo las nuevas generaciones se fueron moviendo un poco más porque casi no llegaba la luz y el agua a esa parte porque estaba entre las montañas, pero seguía formando parte del pueblo ya que no estaba tan alejado. Los niños siempre pensaban que en esa parte del pueblo podrían encontrase con fantasmas o algo fuera de lo normal, porque la mayoría de los jóvenes les contaban historias de miedo a los pequeños solo para ellos divertirse y causarles miedo a los niños.

Una tarde de verano estaban Samanta, Sofía, Jonathan y Carlos, jugando a la roña por todo el pueblo ya que la plaza no se les hacia suficiente porque siempre se atrapaban rápido entonces en una de esas Samanta corría y corría porque Carlos la venia persiguiendo cerca de la parte abandonada del pueblo, cuando de repente se tropieza con la raíz de una enorme ceiba y caí al suelo toda raspada de las piernas y saliéndole sangre de su ceja ya que se la había abierto con una piedra que estaba ahí tirada, rápido corrió Carlos a ayudarla y le grito a Sofía y Jonathan para que corrieran ellos también a ayudar. Samanta se puso nerviosa y con lagrimas en los ojos, ya que en su casa su mama la iba a regañar, porque a su mama no le gusta que salga a correr por el pueblo a jugar con los niños y niñas, ella prefiere que se quede en casa jugando a las muñecas con los trastecitos, coloreando pero el papa es el que la deja salir a convivir, entonces si llegaba a su casa toda cortada por andar corriendo, su mama la regañaría ya que es muy exigente y enojona, el único que la podría apoyar era su papa pero lamentablemente había salido del pueblo porque fue a una ciudad cerca por mercancía para surtir el abarrotes con el que contaba su familia.

Sus amigos ya sabían la historia de Samanta entonces creyeron que era buena idea que ellos la curaran para que llegara a su casa sin sangre y con las heridas desinfectadas. Entonces la cargaron y como estaban cerca de la casa abandonada de los abuelos de Jonathan decidieron llevarla allí para ver que encontraban y con que podían curar a Samanta ya que el abuelo de Jonathan era doctor y creían que pudieron haber dejado algo ahí.

Cuando llegaron la casa estaba sucia llena de telarañas hasta tenía un olor raro, Jonathan los dirigió a la biblioteca/consultorio en la que su abuelo curaba a las personas del pueblo y había un botiquín y le empezaron a desinfectar las heridas y ponerle curitas la ceja no sabían que hacerle ya que no le paraba la sangre y estaban asustados por eso. Le pusieron gasas y se quedaron un rato platicando de lo que había sucedido en el juego y hasta comenzaron a reírse estaba cayendo la noche y ellos todavía no se iban hasta que Sofía dijo “vámonos está cayendo la noche y a mí me da miedo estar aquí tan tarde”. Entonces todos se levantaron y empezaron a salir del cuarto cuando escuchan un ruido pero no era así para asustarse era como viento pero como con unas campanas y fueron todos corriendo a ver y había un gran agujero iluminado y salían como destellos de luz por todo el cuarto, todos de alejaron nerviosos y con miedo, menos Carlos él se acerco a ver qué estaba pasando con el agujero y que había dentro y cuando se asoma ve una ciudad llena de luces atracciones carros entre muchas cosas que no conocían y Carlos les llama para que se asomen a ver la gran cantidad de cosas que había.

Todos sorprendidos querían saber qué lugar era ese y que era lo que no conocían, cuando escuchan la voz de la mama de Carlos buscándolos y salen corriendo para que no viera lo que ellos habían descubierto en esa tan abandonada casa, cuando iban caminando con la mama de Carlos y vio lo lastimada que tenia Samanta la ceja y la ayudo cociéndola ya que ella era la doctora del pueblo.

Cuando Samanta llega a su casa su mama la ve toda golpeada y raspada y la regaña con el mismo sermón de porque no es una señorita y juega a las mulecas dentro de su casa, entonces Samanta ya harta de tanto regaño

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