Cuento inventado. No importa el lugar

No importa el lugar

Había una vez una casita  lejos de la ciudad de tlapa de Comonfort; se cuenta que esa casita era habitada por una pequeña familia que se mantenía de cosechas pues con lo que sembraban les bastaba para solventar la vida que tenían manteniendo a sus dos hijitos.

Esta familia era integrada por: Alfredo  días, Juana cazares y sus hijos Luis y Eduardo.

Los cuales eran unos pillos, le gustaban hacer tantas travesuras a la hora  de jugar;  con el paso del tiempo crecieron ellos tenían grandes sueños en mente pues uno quería ser médico y el otro pintor. Aunque el detalle estaba en que papá no tenía para pagarles una escuela y  tenían un problemita que la escuela les quedaba lejos pero se las ingeniaron trabajaron mucho en su cosecha los niños no querían quedarse atrás y ver que sentados no se podría hacer nada se fueron a trabajar en la tienda lavando carros, después de un cierto tiempo juntaron bastante dinero para poder estudiar.

Su madre estaba muy feliz no lo podía creer  sus dos hijitos esforzándose por salir adelante, con lágrimas en los ojos dijo hijos estoy feliz de ver en ustedes unas personas con un gran futuro por delante que no se rinden tan fácilmente luchan por saber que hay más adelante y eso es bueno estoy tan feliz de ver  que tengo unos hijos tan especiales, ella les dio un fuerte abrazo y al oído les dijo nunca dejen que nadie obstruya sus sueños; Los hijos le abrazaron al igual que al papá, y les dijeron  los queremos mucho y  no vamos a dejar que les falte nada.

Pasaron los años los niños lograron su objetivo, fueron el mejor ejemplo para cada integrante de su familia.

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