Cuidados Formales E Informales Personas Mayores

En el primer artículo habla sobre un estudio acerca de los cuidadores formales, que ofrecen muchos servicios pero se trata de verificar si dichos conocimientos y sus aptitudes ya que a veces estas no corresponden con la realidad. Además las características de los cuidadores en cuanto a sexo, edad, formación y experiencia previa, disponibilidad de horario y remuneración exigida. Este artículo resultará útil para una posible orientación de políticas públicas o privadas para contratar o incentivar los trabajadores profesionales de personas de la tercera edad. Entre los resultados podemos ver como la gran mayoría de los cuidadores tienen una franja de edad entre los 31 y 50 años, están en edades productivas. Resulta llamativo es aspecto de la formación de los cuidadores de personas mayores, ya que muchos aprenden los cuidados a través de la práctica en las residencias de ancianos. Esto nos permite cuestionar cual debe ser la institucionalización del profesional, en lo que respecta al cuidado de personas mayores. Y como la formación puede influir en el bienestar de estos. Otro factor analizado es como la mayoría de los empleados suelen ser mujeres, esto es simplemente la consecuencia del sistema patriarcal, donde tradicionalmente las mujeres han sido quien se ha dedicado a los cuidados de la casa, entre ellos de las personas ancianas. Otro dato significativo es que muchas de las experiencias previas en cuidados de las personas analizadas han sido con familiares ya bien padres o abuelos. Este artículo afronta de como resulta importante la formación para poder ejercer una buena práctica. El otro artículo (Continuo al anterior) trata de verificar las actividades propuestas por los cuidadores formales que se ofrecen para cuidar ancianos en un municipio determinado. En muchos casos en el cuidado para personas enfermas donde resulta necesario realizar curas o administrar medicamentos por diferentes vías, y durante el estudio varios ayudantes demostraron no saber realizar dichas prácticas. Así como el hecho de no saber utilizar sondas. Una de los aspectos observados es que cuando una familia se decide a contratar a un cuidador, la familia tiene las expectativas cumpla con todas las demandas, tanto aquellas relacionadas para el cuidado propiamente dicho, como aquellas para el día a día. Luego la persona que tiene experiencia con diferentes ámbitos (enfermería, cuidado…) tiene menos desempleo, independientemente de la formación adquirida. El problema resulta en intentar creer o hacer creer que los cuidadores también deben ser enfermeros, y realmente deberían de ser ámbitos distintos. Destaca en el estudio por ejemplo, que de los mismos anunciantes sin formación específica, de los 22 cuidadores 19 lavan y planchan la ropa, y hacen la comida, mientras que 18 realizan limpieza de casa y actividades extra domiciliares. En frente de la escasez de trabajo en el mercado laboral, muchos en edades productivas están dispuestos

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