Cultura Wayuu

Las historias de familias Wayuunaiki que envían a sus hijas a las ciudades aledañas o lejanas de su cultura o territorio son muchas, pues lo hacen con una perspectiva o esperanza de que salgan adelante académicamente e intelectualmente, pero las vivencias de estos personajes nos demuestran una cruda y evidente realidad.

El solo hecho de nacer en una cultura indígena no te hace ni más, ni menos afortunado solamente diferente al resto de culturas; por lo tanto cuando creces en un determinado entorno, con un territorio e idioma propio, con costumbres y formas de vida aplicables a tus hábitos de vida se debe valorar y conservar como tal esa raíz cultural.

Cuando un papa o una mama wayuu por determinada razón sacan a sus hijos e hijas de su contexto indígena para luego llevarlo y dejarlo en una casa de familia de cualquier ciudad, este niño o niña se enfrenta a cambios que pueden afectarlos en muchos aspectos de su vida y además no están acostumbrados a vivir fuera de su territorio. Los cambios son bruscos en el caso sobre todo de niños con daños irreparables; con el solo hecho de que se obligue a cambiar su forma de vestir, de comportarse, de dormir, influirá mucho en su personalidad en un futuro y en el peor de los casos las personas de otros sectores sociales tampoco están preparados para entenderlos y respetarlos, ellos no están concientizados de la verdadera realidad, al contrario en muchos casos los someten a trabajos fuertes, discriminaciones, burlas, maltratos físicos y verbales olvidando que son seres humanos.

Por tal motivo felicito a los padres indígenas que quieren que sus hijos se superen académicamente realizando una carrera universitaria, pero no dándole la responsabilidad de criar a sus hijos a otras personas y menos alejándolas de su cultura y aunque esto no justifica el rechazo de los jóvenes de su raza después de vivir mucho tiempo por fuera, el llamado de atención es tanto para ellos como para sus padres y sobre todo la sociedad en general.

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