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¿Cuánto habíamos tardado en parar de reír y explicarles a aquellos adolescentes tan confundidos con lo que pasaba?


Enviado por   •  9 de Junio de 2013  •  3.456 Palabras (14 Páginas)  •  425 Visitas

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¿Cuánto habíamos tardado en parar de reír y explicarles a aquellos adolescentes tan confundidos con lo que pasaba? Mínimo diez minutos. So era de esas chicas que tienden a reír y no parar, mucho menos de las que son súper amistosas y se desenvuelven bien con los desconocidos, tanto que bromean con ellos. Pero ahí me sentía diferente.

Quizás fue la manera en la que los amigos de mi hermana luego de explicarles todo el asunto de las gemelas también rompieran en carcajadas por haberse tragado el teatrito de fingir ser Isabelle. Hasta que un tal Gale que no parecía querer aflojar la mandíbula con facilidad, rió como todos. Pero lo que me parecía más gracioso era la risa de personaje de caricatura que poseía el castaño.

-Qué mala eres, no puedes burlarte de las risas de desconocidos -Bromeó el oji-miel.

-No me burlo -Me defendí-. Solo que es… inusual -El rió por lo que dije.

-¿Inusual, Clove? -Ya habíamos pasado por las presentaciones, pero su nombre se había perdido en mi mente. Asentí con la cabeza-. Escucha esto…

Abrió la boca, pero por ella no salió una risa normal, o incluso la de su definición de "normal", sino que salió la risa de una caricatura que veía en la televisión de pequeña: "El pájaro loco" (N/A: No sé si se llama así en otros países, creo que también existe como "El pájaro carpintero" jajajaja. Solo aviso).

-¡Oh, dios! -Exclamé sorprendida-. ¿Qué ha sido eso? -Pregunté curiosa.

-Imito risas -Contestó con simpleza y una sonrisa orgullosa.

-Genial -Murmuré, sin intención de demostrar lo interesante que me parecía. Sonrió, así que entendí como que me escuchó.

Me distraje y el castaño comenzó a hablar con la rubia oji-verde que había entrado de repente en nuestra conversación, cuando murmullos y voces desconocidas resonaron por el patio, sin la mínima intención de pasar desapercibida.

-¡Me niego a volver a subirme a un coche contigo de nuevo, Odair! -Chilló histéricamente una voz femenina.

-¡No seas infantil, Katniss, y deja de llamarme por el apellido que pronto será tan tuyo como mío! -Le respondió una voz masculina.

-¿Cómo entraron ustedes? -Gritó Annie sin levantarse, antes de que los dueños de las voces se dieran a conocer en el patio.

-Dejaste las llaves en mi casa -Oí el sarcasmo en la voz masculina-. Enserio, Annie, pensé que sabías que nada detiene a Finnick Odair, y ya sabes que no es la primera vez que entro en la casa de alguien sin que me abran -Rió.

-Muy gracioso, Finn -Dijo Annie con sarcasmo, aunque sonriendo divertida.

Por el umbral de la puerta entraron dos personas, un chico y una chica, muy diferentes físicamente. El chico tenía cabello color broce con algunos risos, piel tostada por el sol y ojos verde mar, parecía tan alto como Cato y el cuerpo parecía relativamente similar. Sin dudas, era atractivo.

Sin embargo, la chica tenía una cabellera castaña oscura atada en una trenza lateral, piel aceitunada y fríos ojos grises. No era alta, aunque si algo más que yo. Les sonrieron a todos, aunque de diferentes maneras, él de lado y ella parecía hacer un esfuerzo por imitar una sonrisa.

-Hasta que llegan -Se quejó el castaño entre risas, que sigo sin recordar su nombre.

-¿Bromeas, Marvel? -Preguntó escandalizada la castaña que acababa de llegar-. ¡Fue culpa de mi querido hermanastro que estuvo atomizándome todo el viaje con una tontería y hacía que su padre fuera más lento! -Chilló, moviendo las manos de un lado a otro.

-¿Qué tontería? -Preguntó Annie con interés casi infantil. La castaña tragó saliva visiblemente.

-Nada, Ann, nada -Suspiró-. Isa, mi hermana quiere saber la edad de la tuya -Se dirigió a mí la chica, torcí la cabeza a la derecha y alcé una ceja-. ¿No lo sabes? -Preguntó entre sorprendida y confundida.

-Casi diecisiete -Reí.

-Ay, Isa, ¿Cómo es posible que tenga tu misma edad? Debes estar confundi… -Se calló. Isabelle levantó la mano y la agitó de un lado a otro. La castaña abrió los ojos mucho, y volvió a mirarme. Luego miró al chico que entró con ella-. Finnick, ¿estoy teniendo alucinaciones por aguantarte casi media hora de viaje o en verdad hay dos Isabelle aquí? -Preguntó, con una nota de temor en la voz.

-Soy Clove -Extendí mi mano en señal de saludo. Por alguna razón eso de "dos Isabelle" no me sentó muy bien-. ¿Ustedes? -Intenté sonar simpática, pero me costaba horrores. La castaña aceptó mi saludo dudosa.

-Katniss y Finnick -Los presentó ella a ambos. Su voz se volvió más frío y su rostro se tensó.

-Un gusto -Dije algo incomoda por la frialdad.

-Igualmente -Mintió Katniss, o eso me pareció a mí. Tomó asiento al lado de Gale, y Finnick entre Annie y Glimmer-. Así que… gemelas ¿eh? -Se dirigía a Isabelle, que estaba sentada cerca de su novio.

-¿No es genial? -Sonrió alegremente-. Ella vivía con nuestro padre en Manhattan.

-¿Nueva York? -Preguntó asombrada Glimmer. Asentí-. ¿Cómo es ahí? -Preguntó interesada, con expresión soñadora-. ¡Muchas de las mejores tiendas de ropa quedan en Manhattan!

-Ruidoso y llueve mucho -Sinteticé vagamente, encogiéndome de hombros. No tenía ganas de explicar lo mucho que amaba mi cuidad, y como la extrañaba-. Pero es muy interesante, no solo por la ropa -Aclaré, irritada por el comentario de la rubia.

-¿Vas a quedarte todo el verano? -Preguntó Katniss, y no sabía si tomármelo para mal o para bien la pregunta. Fruncí el ceño.

-Sí -Respondí moviéndome incomoda por todas las miradas sobre mí.

Una música sonó, y provenía de mi bolsillo delantero, así que saqué el móvil y me fije, era un mensaje de papá: "¿Cómo está yendo todo por ahí? Espero que bien. XOXO." Oh, dios. Hace solo una hora que habíamos hablado y ya estaba nervioso, debe creer que la voy a cagar con mamá e Isabelle, que me portaré tan mal que me rogarán por irme. Pero ese no es mi plan esta vez.

-¿Es Mike? -Me preguntó Isabelle, en voz demasiado alta para mi gusto.

-No. Es papá, luego te digo -Contesté guardando el peraphone en su lugar.

-¿Quién es Mike? -Preguntó, meramente por cotillear esa Glimmer. Resoplé.

-Mi novio -Dije, pasándome un mechón de pelo detrás de la oreja.

-Una pena que

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