DELICATESSEN

En un inmenso descampado se alza un viejo edificio habitado por personas de costumbres más bien extrañas, que sólo tiene una preocupación: alimentarse. El propietario es un peculiar carnicero que tiene su establecimiento en los bajos del bloque. Allí llega un nuevo inquilino que trabaja en el circo y que alterará la vida de la excéntrica comunidad que lo habita.

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Delicatessen es una obra estrafalaria de Jean Pierre Jeunet. La historia se ubica en un mundo que a sufrido una guerra nuclear y todo a quedado destruido, esto lleva a la construcción de una nueva sociedad con una jerarquía distinta.En la película, en lo alto del escalafón social se encuentra el carnicero, que abastece de comida al resto de la gente, y tras de el, el cartero, el encargado de asegurar las comunicaciones.

Jeunet en el film con estos dos personajes simboliza los fascismos, como queda claro en numerosas escenas en las que por ejemplo se enfocan las botas del cartero como una muestra de autoridad.

También se puede ver una crítica a la sumisión de las gentes, que se adaptan al ritmo de sus gobernantes, en este caso, de su carnicero, líder de la comunidad.

Respecto a la película en si, los personajes son todos muy característicos, no hay puntos intermedios, pero extrañamente no llama la atención. Esto es consecuencia de un director magnífico que como más tarde vimos en Amelie se desenvuelve muy bien en ese registro.

Además, la película siempre como observadora imparcial en ocasiones se aproxima a las visiones de los distintos personajes, acercándonos a ellos y así logra acercar al espectador a la historia.

La película, aunque durante toda la película tiene un aura pesimista alrededor del protagonista Louison, que por el contrario representa la ilusión por la vida, al final, da un mensaje optimista para un mundo destruido. Esto se puede apreciar en la ultima escena de la película con los niños en el tejado.

Resumiendo, Delicatessen es una original película, de las que se hacen pocas, en la que los cambios de cámara, los cambios de registro, las pequeñas gamberradas, le dan una viveza inexplicable que convierten a la historia en algo místico dentro del pesimismo. Además, la película, dentro de la aparente superficialidad de muchas escenas esconde un humor sutil e inteligente que gustara a muchos.

(comentario realizado por C. Meseguer para la web: http://www.cinecin.com/)

Publicadas por Ignacio a las 12:35 a. m.

Etiquetas: 10, Francia

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