DESARROLLO, ECOLOGÍA Y MEDIO AMBIENTE
Enviado por Pablo Estacio • 23 de Agosto de 2018 • Informe • 6.492 Palabras (26 Páginas) • 115 Visitas
CAPITULO 34. DESARROLLO, ECOLOGÍA Y MEDIO AMBIENTE
Una opinión común es que debido a que muchos de los pobres en las regiones en desarrollo se encuentran ubicados en entornos frágiles, deben ser responsables de la mayoría de los degradación y pérdida de los ecosistemas, a pesar de que sus medios de vida se ven directamente afectados por tal destrucción ambiental Esta perspectiva de que los pobres están atrapados en una "trampa pobreza-ambiente" bidireccional ha ganado credibilidad desde que fue firmada por la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo (1987, 27): "los pobres se ven obligados a abusar de los recursos ambientales para sobrevive día a día, y su empobrecimiento de su entorno los empobrece aún más, haciendo que su supervivencia sea cada vez más incierta y difícil. '
Este capítulo desafía esta percepción generalizada de las relaciones pobreza-medio ambiente en las economías en desarrollo. Los estudios de hogares y comunidades pobres sugieren que su comportamiento con respecto al medio ambiente es más complejo, ya que el rango de las opciones y compensaciones disponibles para los pobres se ven afectadas por su acceso a mercados clave (por ejemplo, por tierra, trabajo y crédito, así como bienes y servicios) y por la calidad y estado del ambiente circundante del que dependen sus medios de subsistencia (ver Barbier 2012 para una revisión). En ausencia de mercados laborales locales capaces de absorber a todos los hogares pobres y sin tierra en busca de trabajo, o mercados de crédito rural que funcionen bien para prestar el capital necesario, los sin tierra y casi sin tierra en las comunidades rurales dependen críticamente de la explotación de propiedad común recursos para sus ingresos y necesidades nutricionales. Por lo tanto, puede ser que los pobres "sin recursos" terminen dependiendo más de explotar el entorno circundante y sus servicios ecológicos para la supervivencia. Por lo tanto, el medio ambiente es un activo importante para los hogares pobres, y es el estado del entorno local como así como su acceso a mercados clave que afecta cómo los pobres utilizan sus recursos y, a su vez, sus estrategias de sustento.
Examinando las implicaciones de desarrollo de esta relación más compleja entre la gente pobre y el medio ambiente es el enfoque de este capítulo. Comenzamos destacando una tendencia mundial importante, que es el creciente vínculo entre la escasez ecológica y la pobreza en los países en desarrollo. Este enlace es especialmente relevante para los pobres ubicados en tierras agrícolas menos favorecidas o marginales, que a menudo se encuentran en áreas remotas con acceso limitado al mercado. Estas tierras marginales en lugares remotos pueden crear trampas de pobreza ambiental. Para entender por qué, es importante identificar las típicas condiciones que enfrentan los pobres 'sin recursos' en tales regiones que influyen en su uso del medio ambiente circundante.
Para erradicar esos problemas persistentes de pobreza rural concentrada geográficamente en las economías en desarrollo será necesaria una nueva estrategia de política. Esta estrategia debe estar dirigida específicamente a abordar el problema estructural de la agrupación de hogares empobrecidos en zonas rurales marginales y remotas con mercados mal integrados y en funcionamiento. Esto requiere una gama de políticas que incluyen tanto la protección de los servicios ecosistémicos fundamentales para los medios de subsistencia de los pobres y la prestación de servicios económicos vitales para aumentar el acceso y la provisión de mercados clave. Este capítulo concluye discutiendo los elementos clave de dicha estrategia de alivio de la pobreza.
ESCASEZ ECOLÓGICA Y POBREZA EN ECONOMÍAS POBRES
Desde una perspectiva económica, la escasez ecológica se ha definido como la pérdida de innumerables beneficios, o "servicios", a medida que los ecosistemas se explotan para el uso y la actividad humana (Barbier 1989, 96-97; ver también Barbier 2011, Ch. 9). Ciertamente, a nivel mundial, los ecosistemas y sus servicios están en declive. La Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (MA 2005) proporcionó un indicador importante de la creciente escasez ecológica en todo el mundo, que descubrió que más del 60 por ciento de los principales bienes y servicios de los ecosistemas del mundo se degradaban o usaban de manera insostenible. Algunos beneficios importantes para la humanidad se incluyen en esta categoría, incluidos el agua dulce, la pesca de captura, la purificación del agua y el tratamiento de desechos, alimentos silvestres, recursos genéticos, bioquímicos, combustible para madera y polinización; así como valores espirituales, religiosos y estéticos; y la regulación del clima regional y local, la erosión, las plagas y los peligros naturales.
Para muchas economías en desarrollo, la escasez ecológica también se está manifestando de otra manera: está contribuyendo a la vulnerabilidad económica de los pobres de las zonas rurales. El aumento de la escasez ecológica está afectando desproporcionadamente a los pobres del mundo en las zonas rurales, que dependen críticamente de muchos bienes y servicios de los ecosistemas para su sustento (Barbier 2005, 2010, 2012, MA 2005, TEEB 2010, Wunder 2008). A medida que los pobres rurales del mundo continúan concentrándose en las regiones menos favorecidas y más remotas de las regiones en desarrollo, sus medios de vida se vinculan intrínsecamente con la explotación de entornos y ecosistemas frágiles (Barbier 2005, 2010, 2012, International Water Management Institute 2007; Dercon 2009; Fan y Chan-Kang 2004, Sunderlin y otros 2008, Banco Mundial 2003, 2008). Es probable que esta agrupación de poblaciones rurales pobres continúe en el futuro previsible, dada la actual población rural mundial y las tendencias de la pobreza (Chen y Ravillon 2007, 2010, 2012; Dercon 2009, División de Población de las Naciones Unidas 2008).
Desde 1950, la población estimada en las economías en desarrollo en "tierras frágiles" propensas a la degradación de la tierra se ha duplicado (Banco Mundial 2003). Estos entornos frágiles consisten en áreas de tierras altas, sistemas forestales y tierras secas que sufren de baja productividad agrícola, así como áreas que presentan limitaciones significativas para la agricultura intensiva. Barbier (2010, 2012) muestra que, para una muestra de 92 economías de ingreso bajo y medio, la incidencia de la pobreza rural aumenta con la participación de la población total concentrada en tierras frágiles, según lo define el Banco Mundial (2003). Aunque la tasa de pobreza promedio en todas las economías es del 45.3 por ciento, la tasa cae al 36.4 por ciento para aquellos países con menos del 20 por ciento de su población en ambientes frágiles. Para aquellos con más del 50 por ciento de su población en áreas marginales, sin embargo, la incidencia de la pobreza rural aumenta al 50 por ciento o más.
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