DESARROLLO HUMANO
Enviado por Alexbond • 12 de Febrero de 2013 • 2.239 Palabras (9 Páginas) • 364 Visitas
DESARROLLO HUMANO
Unidad 1. La libertad: facultad inherente a todo ser humano
1.2. La voluntad
En ocasiones hacemos cosas que realmente no queremos, pero que consideramos positivas para nosotros (como acudir a que nos inyecten cuando estamos enfermos). ¿Podemos entonces decir que actuamos voluntariamente?
¿Cuáles son los límites de nuestra voluntad?
Las acciones que realizamos pueden ser clasificadas en tres formas:
• voluntarias
• contravoluntarias
• no voluntarias
Clasificación de las acciones.
Acciones voluntarias
Consisten en hacer algo que quieres, es decir, que implican tu voluntad.
Acciones contravoluntarias
Son aquellas que haces sin querer, cosas que repudias, que quisieras evitar hacerlas, e incluso preferirías hacer lo opuesto. En tales casos, hay un agente externo a ti, superior a tus fuerzas y que te suprime como ejecutor de la acción, dejándote en la simple categoría de instrumento.
Acciones no voluntarias
Realizas estas acciones no porque quieras, sino porque las circunstancias te empujan a hacerlas.
Especifiquemos: las acciones voluntarias son aquellas cuyo principio de realización se encuentra en la persona que las ejecuta, en su voluntad o deseo.
Las acciones contravoluntarias podrían decirse forzadas.
En cambio, las no voluntarias son más difíciles de entender porque en algunos casos son la mezcla de lo voluntario y lo contravoluntario, mientras que en otros no parecen mezcla sino acciones defectuosas, a las que les falta algo para ser plenamente libres.
Imagina que un amigo te cuenta que una madre abandonó a sus hijos. Te preguntarás entonces: ¿se fue para iniciar “una nueva vida” con otra pareja y con otros hijos?, ¿la situación económica tan precaria la obligó a buscar trabajo en un lugar distante?, ¿sufrió una enfermedad que la llevó a la muerte?
Si quiso olvidarse de sus hijos para tener una nueva vida, lo hizo voluntariamente. Si las circunstancias la forzaron a irse, entonces es contra su voluntad. Si murió, su partida y el abandono de sus hijos fue involuntario.
Pero aún hay otro tipo de libertad parcial, –nos dice Hernández Baqueiro–, y es la que se da cuando se actúa por ignorancia: todo lo que se hace por ignorancia es no voluntario. Veamos a continuación qué quiere decir con ello.
Los obstáculos de la libertad
Al actuar por ignorancia el efecto es la falta de conocimiento y la libertad es incompleta, pues la libertad implica conocimiento y deseo.
Piensa en un niño de siete años que, llevado por su curiosidad, abre el cajón de un buró y ve un objeto que le atrae: una pistola. La saca y, sin querer, se dispara en la mano. Trágico, ¿verdad? Sin embargo, sucede.
Como te darás cuenta, se trata de un acto no premeditado, pero implica cierta ignorancia de las consecuencias; tanto de quien deja un arma al alcance de un niño, como del niño por no conocer las consecuencias de jugar con un arma de fuego.
Los obstáculos de la libertad
La ignorancia puede ser simple o un “estado de ignorancia”, el cual se produce por la embriaguez, la ira, el sueño o el miedo. Existen personas que se alcoholizan o drogan para realizar actos que en su juicio no se atreverían a cometer (como el chico tímido que “se da valor” para sacar a bailar a la chica que le gusta). Quizá no se dan totalmente cuenta de lo que hacen o no hacen, por el efecto del alcohol o las drogas, pero están así porque quisieron estarlo. De allí que la responsabilidad de sus acciones no desaparezca por completo.
La persona es responsable por adquirir el hábito negativo de una adicción y también por los actos y consecuencias que deriven de ésta. Así como la ignorancia, hay muchos factores que obstaculizan el uso pleno de la libertad. Te invitamos a leer el documento Los obstáculos de la libertad, para conocer algunos más.
1.3. Ética y moral
Hasta ahora está entendido que se obra racionalmente cuando se ha deliberado antes de tomar una decisión con el objeto de realizar la elección más adecuada y actuar según lo que se ha elegido.
Cuando no se reflexiona antes de actuar sobre los distintos cursos de acción y de sus resultados, si no se evalúa cuál es el más conveniente y se actúa en contra de la decisión que la misma persona reflexivamente ha tomado, entonces no se obra racionalmente.
Ahora conocerás los elementos para realizar un juicio ético sobre los actos que realizamos. Pero antes, definamos qué es la ética.
Hay varias ciencias que se ocupan de los actos humanos (la antropología, psicología, sociología, historia, etc.) pero cada una los estudia bajo un aspecto o punto de vista diferente. La ética analiza las normas o costumbres de carácter moral que rigen las conductas humanas.
¿Cuál es la diferencia entre ética y moral?
La moral es prescriptiva, es decir, dicta reglas de conducta y normas; la ética es la reflexión en torno a dichas reglas.
Mientras que la moral se pregunta: ¿qué debo hacer?, la ética se interroga sobre los fundamentos de aquello que se hace.
Los seres humanos tenemos la capacidad de actuar conscientemente, a voluntad, y por lo tanto, libremente. Somos responsables de nuestros actos, y esto nos lleva a ser morales.
¿Cuál es la diferencia entre ética y moral?
Los actos libres se califican, desde la ética, como moralmente positivos o moralmente negativos:
“La ética no crea moral. Aunque es cierto que toda moral efectiva supone ciertos principios, normas o reglas de conducta, no es la ética la que, en una comunidad dada, establece esos principios y normas. La ética se encuentra con una experiencia histórico-social en el terreno de la moral, o sea, con una serie de morales efectivas y dadas y, partiendo de ellas, trata de establecer la esencia de la moral, su origen, las condiciones objetivas y subjetivas del acto moral, las fuentes de valoración moral, la naturaleza y función de los juicios morales, los criterios de justificación de dichos juicios y el principio de que rige el cambio y sucesión de diferentes sistemas morales.
La ética es la teoría o ciencia del comportamiento moral de los hombres en sociedad. O sea, es ciencia de una forma específica de conducta humana".
SÁNCHEZ VÁZQUEZ, Adolfo (1979). Ética. Barcelona: Crítica. Pág. 24-25.
Hay algunas acciones conscientes que no pueden ser juzgadas desde la ética. Por ejemplo: jugar fútbol, comer vegetales o rascarse la cabeza, pues son acciones que no se puedan llamar buenas o malas moralmente.
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