DISCURSO FINAL
Enviado por Marco Carlin • 29 de Marzo de 2019 • Trabajo • 681 Palabras (3 Páginas) • 116 Visitas
DISCURSO FINAL
Estimados integrantes del Comité Directivo del Colegio presidido por nuestro director Víctor Hugo Miranda, S.J., padres jesuitas, honorable personal docente, administrativo y de servicio, compañeros todos y hermanos promocionales. Tengan ustedes muy buenas noches.
Este momento refleja un conflicto de emociones para cada uno de nosotros. Nostalgia, gozo, olvido, , incertidumbre y expectativa son ejemplos de las sensaciones que cruzan nuestra mente. Este emotivo momento es una señal del recuerdo de los momentos vividos y la espera de aquellos por vivir.
Ninguno de mis compañeros creyó los primeros días de marzo, y todavía no terminamos de creerlo, que un año se pasa rápido. Veía pues a todos, en el último primer día de clases, con sonrisas y mucho entusiasmo y sin muchas señales de abatimiento por ser este nuestro último año. Creo que más nos preocupaba la distribución de nosotros en nuestros nuevos salones que pensar que este 2018 culminaríamos una gran etapa en nuestras vidas, el privilegio de haber estudiado aquí.
Somos el fruto de una formación en valores ignacianos que llevamos impregnados con deseos de transformarlos en acciones innovadoras en nuestra vida futura. Esta formación no hubiera sido posible sin la gran dedicación de los profesores y tutores durante todos estos años, que con gran cariño demostraron que el vínculo entre educador y alumno puede ir más allá un salón de clases.
Este es también el momento adecuado para valorar todo lo hecho por nuestros queridos docentes, por habernos soportado más de 10 años desde que éramos muy pequeños hasta ahora, por habernos enseñado como afrontarla vida desde otro punto de vista, además agradecerles por todo el sacrificio que hicieron por nosotros y la lucha constante por transformarnos en unas mejores personas.
A continuación voy a compartir con ustedes algunos momentos gratos que mis hermanos y yo hemos vivido acá, en San Ignacio.
Recuerdo mucho la frase tan recalcada por un alumno ignaciano “Hombres para y con los demás”. Estoy convencido que nosotros inculcaremos esta frase hacia los más pequeños para que puedan ser unas mejores personas y soñar en grande. El colegio, desde hace 60 años, forma líderes, modelos de excelencia, cuyo anhelo más grande es cambiar el mundo. Y nosotros ahora queremos tomar esa posta: soñar en hacer un mundo más justo y humano desde las carreras y/o oficios que desarrollemos en el futuro.
Y todo esto empieza por nuestras ganas de vivir en una Piura mejor, en un Perú con valores y más justo. Algo claro tenemos: las enseñanzas jesuitas son profundas, te forman en grandeza humana, procurado crear personas de bien que esta sociedad tanto necesita. Hay un lema jesuita que dice “Entramos para aprender, salimos para servir”. Hermoso, ¿no? Pues, así ciertamente nos sentimos. Y es que nosotros recibimos educación excelente para ser más y servir mejor. Hoy en día se necesita pues gente dispuesta y entregada a esta hermosa labor que es servir a los más necesitados. Es por esto, y por muchos motivos más, que ser un alumno jesuita marca nuestra existencia. Además de los privilegios que nos brinda el colegio como las conversaciones con los padres espirituales, las misas, confesiones, jornadas, el trabajo de proyección social que nos pone en contacto con realidades injustas, marginales y nos hace valorar mejor lo que tenemos y que algunas veces no aprovechamos. Nos sentimos satisfechos al confiar en que la enseñanza multidimensional que hemos recibido es la base que muchos jóvenes desearían tener antes de comenzar sus estudios universitarios o técnicos, con miras a la superación.
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