De Felicidad

De felicidad

No se contenta quien no quiere o, añadimos nosotros, quien no dispone de información actual como la que proporciona el índice de Felicidad 2012, en el que nuestro país se halla ubicado en un lugar destacado que ya lo quisieran Brasil, Japón, Francia, España o Estados Unidos.

Honduras ocupa el decimotercer puesto en el Happy Planet Index, el último de los países centroamericanos, lo cual muestra que la región, desde el sur de México hasta la frontera colombiana desborda de felicidad con Costa Rica al frente en el primer puesto; El Salvador, en el quinto; Panamá y Nicaragua, séptimo y octavo; Guatemala, el diez y nuestro país el 13.

Si no fuera por las sacudidas de la realidad diaria a lo mejor nos lo creíamos y hasta emprenderíamos campañas publicitarias para proyectar el paraíso desconocido por quienes habitamos en él.

¡Qué ironía! Que lo explique quien pueda. En la lista apreciamos que no son las potencias industriales o los países más ricos los más felices, al contrario, los calificados de pobres o en desarrollo se apoderan de los primeros sitios con las mejores calificaciones en esperanza de vida, percepción de bienestar y huella ecológica.

Quizás tengamos que volver a la cultura romántica que descubrió lo que entonces consideraron lugares exóticos, fuentes de libertad, felicidad y sosiego; a los movimientos juveniles del siglo pasado en que la felicidad se sintetizaba en “paz y amor”.

Las explicaciones son muchas, pero el desempleo, la violencia, el bajo nivel educativo, las enfermedades, la corrupción... no proporcionan felicidad. Sin embargo, hay respuesta: “no es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita”. No se contenta quien no quiere.

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