De la escuela tradicional a la actual pasando por la escuela nueva

De la Escuela Tradicional a la Actual pasando por la Escuela Nueva

A lo largo de la historia observamos una evolución en el modo de concebir la Escuela y de definirla con sus funciones y características básicas en el aprendizaje de los niños. Nos centramos en los tres principales tipos que se han desarrollado a lo largo de los años hasta ahora.

La Escuela Tradicional:

La concepción de la Escuela que predominaba en Europa hasta principios del siglo XIX ha sido como un lugar donde el maestro transmitía conocimientos al alumno.

En este tipo de Escuela el alumno recibía la educación de manera frontal junto con otros compañeros de su misma edad con los que formaban un grupo frente al maestro.

Se concebía como un participante pasivo en el proceso enseñanza-aprendizaje, donde no se enfocaba la estructura curricular a su interés sino que se le exigía una adaptación, limitando su trabajo a un tiempo específico marcado por el profesor y por el ritmo general del grupo en el que se encontraba inserto.

Por otro lado, el maestro ejercía un papel dominante y activo que daba lugar algunas veces a técnicas rígidas y, en ocasiones, crueles. De modo que en la enseñanza, éste actuaba como la fuerza principal en la disciplina, hacía la enseñanza y no se le motivaba a la colaboración. Ponía el énfasis en el conocimiento memorizado y en el desarrollo social.    

Entregaba los conceptos al niño directamente y marcaba el paso de la instrucción habitualmente. También era frecuente que corrigiera a los alumnos mediante la señal de los errores del niño, lo cual no siempre le ayudaba a reconocerlos por sí mismo.

El modo de la enseñanza utilizada en el aula, al tratarse como hemos dicho de un grupo frente al profesor, se realizaba de acuerdo al estilo de enseñanza para adultos.

Para garantizar el aprendizaje se recurría a refuerzos externos como el aprendizaje de memoria, la repetición, la recompensa o el desaliento (anotaciones al libro y/o las notas). No se usaban muchos materiales para el desarrollo sensorial sino que la enseñanza se realizaba de modo conceptual, de forma mayoritariamente abstracta.

El niño tenía asignada su propia silla y se le insistía permanentemente en que estuviese quieto y oyera durante las clases.

La pedagogía que predominaba en este tipo de concepción de Escuela se basaba en el formalismo y la memorización, el didactismo y la competencia, el autoritarismo y la disciplina, además de un intelectualismo que conduce a una racionalidad técnica.

La Escuela Nueva:

El concepto “Nueva” para referirse a esta concepción de la Escuela nos remite a un movimiento que se desarrolló en los últimos años del siglo XIX, en el que emergieron unas ideas determinadas sobre la educación y sus prácticas en contraposición a las que habían predominado hasta entonces con la Escuela Tradicional.

Fue una renovación general que valoraba la autoformación y actividad espontánea del niño.

Según las teorías desarrolladas por la dra. María Montessori, que es una de las principales figuras representativas de esta nueva concepción, la escuela se entendería aquí como “un lugar donde la inteligencia y la parte psíquica del niño se desarrollará a través de un trabajo libre con un material didáctico especializado.

Se parte de la premisa de preparar al alumno para la vida y familiarizarse con el medio social y para ello la actividad se dirige a alcanzar objetivos que sean importantes y válidos considerados por ellos antes que por los profesores. Se determina entonces el aspecto cooperativo y social de la educación. En relación a ello se entiende lo dicho por Montessori: “Educación mediante la libertad en un medio preparado”.

Se pide a los niños la intervención a su propia educación, por lo que podrán realizar un trabajo personal libremente escogido y libremente ejecutado. El alumno tiene en esta Escuela un papel activo en su propia educación. Aunque la enseñanza estará orientada por proyectos que sean percibidos y comprendidos como tales por los educandos.

El maestro será ahora un guía inteligente, que condiciona la experiencia y hace factible una auto dirección de los espíritus infantiles conduciéndolos a la integración.

En el aula se deben reunir las riquezas de los aspectos de la vida (acción, pensamiento y sentimiento). Para ello se debe preparar un medio ambiente que estimule y facilite la acción y la exploración.

Se debe procurar favorecer el trabajo como modo de aprendizaje, siguiendo la máxima representativa: “aprender haciendo”.

Los principales pedagogos que han influido en esta concepción de la Escuela pertenecen a tres corrientes distintas:

La corriente mística es la más fuerte y plantea que “la infancia no es una simple vía de acceso o preparación para la vida sino un estado indispensable -estado de la naturaleza, considerado perfecto- con un valor en sí, con su propio fin”. Ésta es inspirada principalmente por Rousseau (1712-1778).

Rousseau no define rigurosamente la educación en su obra, pero a partir de sus teorías se revela una visión de ésta como un resultado de las capacidades infantiles y su desarrollo.

Algunos pedagogos profundizaron en esta idea de la educación como fruto de experiencias aisladas que respondían a preocupaciones o inspiraciones individuales dependientes del carácter o sensibilidad de sus autores.

Ejemplo de ello es Juan Enrique Pestalozzi (1746-1827): Éste destacaba el valor de la experiencia directa y sostenía la necesidad de que la educación se apoyara en los conocimientos de la psicología.

También Federico Froebel (1782-1852),creador del primer jardín de infancia (Kindergarden), resaltó el valor educativo de las actividades de entretenimiento.

Tanto Pestalozzi como Froebel veían en el niño un ser activo en proceso continuo de desarrollo.

Más tarde surgió la llamada “Era de las técnicas y de los sistemas” en la que se intentaron establecer sistemas educativos completos, asentados en técnicas y métodos concretos e incluso en concepciones más estudiadas del hombre y los fines educativos llevados a cabo.

...