Decisiones dentro de un alma callada y una pelota de niño

Decisiones dentro de un alma callada y una pelota de niño

La pasión de conocer más el deporte nacional

“saber más,

es ser más libres”

César Vallejo

El deporte y yo hemos tenido una relación de muchos altibajos. Conocer del deporte me entusiasma; practicarlo en estos tiempos ya no tanto. Podría indicar que si desease especializarme en el periodismo deportivo sería para reflejar; por un lado, en la juventud y en las nuevas generaciones, la importancia de desarrollar la actividad física y la pasión por practicar una de las diversas disciplinas deportivas, para poder enamorarnos y acercarnos mejor del deporte nacional. Por otro lado, creo que es importante informar como es que las diferentes actividades deportivas sean visibilizadas por el periodismo nacional, no solo cuando un equipo de vóley gana una medalla en un mundial o un deportista conquista algún récord dentro de su actividad. Yo crecí conociendo lo más básico del deporte más famoso y apasionado que existe en el Perú: el futbol; sin embargo, ¿cómo me hubiese gustado la oportunidad de conocer desde un niño, la liga de vóleibol, o los entrenamientos de básquetbol de la selección nacional?, o capaz saber que desde el IPD también se practica la esgrima, el tenis o algún deporte que poco se conoce o se masifica. Por eso decidir estudiar periodismo en el campo deportivo, ya no es solo una opción, es una vocación para el bienestar del otro, para que no se sienta que una pelota solo es para un deporte, sino para que cada uno de nosotros podamos mostrar que se abre una puerta a las maravillas del mundo deportivo. La pelota tiene varios colores, formas y tamaños, nosotros como periodistas debemos mostrar todas estas con análisis, con crítica y con la satisfacción que hacemos por el bien social de nuestro país.

Apasionarnos con el deporte, es algo común en nuestra vida. De pequeño, el futbol fue una pasión que mi padre me hizo conocer, pero mi corazón latía por otro balón o bueno por otros 2 balones: el vóley y el básquet. Mucho de nuestras emociones se cortan por los estereotipos; ese fue mi caso, el querer conocer más sobre “el deporte de la net” me hizo vivir una travesía que no pude superar hasta llegar a mi época de la universidad, por los prejuicios de mi familia. Por otro lado, el básquet fue una pasión oculta que pudo salir a desarrollarse hasta mi secundaria donde con un solo verano practicando dicho deporte pude disfrutar de las técnicas y salidas entre amigos que generaba esta actividad. Con el tiempo estas pasiones se apagaron y quedaron ocultas en mi alma. Conocí el atletismo; es decir, la maratón y me gustó, con mi padre corríamos cada domingo para ejercitarnos y sin querer participábamos de alguna maratón. Además, tuve las ganas de acercarme al tenis, siendo un deseo que aún no puedo cumplir por que no tengo tiempo para practicar. Puedo concluir esta parte indicando que me apasiona muchas cosas de los deportes, todas estas emociones hicieron que yo leyera y supiera más sobre dichas actividades y me gustaba conocerlas. Mi pasión se volvió una rutina de lectura que aparece cada cierto tiempo, pero que me hace recordar que aún existe deseos de jugar y vivir con dichos deportes. Una pasión de alma silenciosa que a través de la lectura y de mínimos encuentros puede sacar su lado deportivo.

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