Defendiendo Valor Publico
Enviado por behilian • 8 de Agosto de 2014 • 2.506 Palabras (11 Páginas) • 494 Visitas
DEFENDIENDO EL VALOR PÚBLICO
Cada sector en las diferentes organizaciones de la sociedad tiene sus objetivos y sus características bien definidas, el sector privado brinda los bienes y servicios que el cliente desea consumir y para lo cual destina parte de su salario, en cuanto al sector público; este también brinda servicios a la población, pero para poder brindar estos; se apoya de los impuestos que le genera el pueblo convirtiendo a estos servicios en algo que la sociedad paga por obligación y por lo cual exige que se le brinden de manera eficaz, lo que en muchos casos presenta problemas ya que en forma individual no siempre se deja satisfechos a todos.
El autor explica que el objeto del trabajo directivo en el sector público es crear “valor público”, con lo que quiere decir; que es necesario darle un valor mayor a los servicios que presta a la comunidad, permitiendo que estos sean de calidad, eficientes y eficaces para lograr una aceptación de la sociedad.
El principal objetivo de la administración pública es cambiar la concepción de improductivo que la sociedad tiene de él, y transmitir la perspectiva que tiene de sí mismo, como un gobierno que protege, educa y brinda seguridad creando un valor a sus servicios lo cual es la razón de su trabajo.
Como se mencionó al principio, los resultados no podrían ser los deseados sin utilizar recursos de usos alternativos; para poder adquirir equipo, pagar trabajadores y prestar los servicios legislados, el dinero se recaba a través del poder coercitivo de la tributación y deja así de ser destinado por el usuario a otros usos como el consumo privado.
Cuando el cliente costea los servicios brindados por el sector público, este pago se debe comparar con los beneficios que recibe, otro recurso utilizado para conseguir los objetivos es utilizar la autoridad del estado; obligando a los ciudadanos a colaborar directamente para concretar los servicios, esto lo realiza con la imposición de obligaciones, por ejemplo si alguien tira basura en lugares públicos, se hace acreedor a una multa, de esta forma las calles se mantienen limpias y los participantes se obligan a mantenerla así, al igual cada ciudadano está obligado a pagar sus impuestos, con los cuales la administración pública puede destinar recursos a los diferentes sectores de servicios para la comunidad.
Es importante para el gobierno generar valor a sus servicios, ya que una sociedad que valora más el consumo privado como desarrollador económico, no confía en el trabajo del sector público; ni en los esfuerzos que este preste a las determinadas tareas sociales.
Como lo menciona Moore en el texto, no basta con decir que los directivos públicos crean resultados valiosos, si no que deben ser capaces de demostrar que los resultados obtenidos se pueden comparar tanto al coste del consumo privado; como con la libertad del mismo a la hora de producir los resultados deseados, solo entonces se puede estar seguro de que se ha producido un valor público.
Es necesario que los encargados de los servicios públicos tomen en cuenta la necesidad de sus clientes, los costos que implica cubrir esta necesidad y si al prestarse cualquier servicio; realmente está cubriendo la necesidad para la cual fue creado o llevado a cabo, si cumple con estos puntos, se puede decir que el sector público está obteniendo valor en los servicios que brinda.
Hay que considerar que en cualquier mercado ya sea público o privado los ciudadanos somos los consumidores, en el caso del mercado político los ciudadanos nos convertimos en consumidores colectivos, en los servicios privados nuestro consumo es individual y se destina una parte de los ingresos para la obtención de algún bien o servicio, si el producto a consumir no es del agrado del cliente o no tiene el valor que él considera simplemente no se paga por él.
En el sector público es al contrario ya que el dinero no deriva de la elección voluntaria de cada consumidor; si no del poder coercitivo del tributario, el uso de este poder cuestiona la soberanía del consumidor y lo obliga a pagar los servicios que el sector público cree son necesarios para el colectivo, el cliente no puede decir de manera individual eliminando la oportunidad de los individuos de de expresar sus preferencias. Dado que los individuos no deciden, comprar o contribuir a determinadas actividades públicas, no se puede estar seguro de que las personas quieran o estén conformes con lo que el gobierno produce, sin embargo el individuo puede asociarse y decidir colectivamente en una forma democrática, la elección de un gobierno representativo; dando con ello los recursos a los directivos mediante un proceso de elección voluntaria.
Para constatar el valor de los servicios públicos, es importante evaluar los esfuerzos no en términos de mercado económico de consumidores individuales, si no del mercado político de decisiones colectivas, es decir no escuchar las necesidades de un solo, si no las necesidades de un conjunto de personas o ciudadanos por medio de las instituciones.
Un punto desfavorecedor al momento de buscar el valor en los servicios, es la corrupción que impregna las decisiones de las instituciones, sin embargo los directivos públicos en activo no tienen otra opción que confiar en las instituciones y los subalternos, lo que podría generar que el valor se vea disminuido ante los objetivos planteados para determinado servicio.
Para conocer si los servicios cumplen con los objetivos deseados el autor menciona diferentes estándares para medir el valor público y algunos elementos que pueden causar que este valor disminuya, uno de estos es que el juego democrático es vulnerable diferentes tipos de corrupción, además de que la concepción siempre ha sido que los directos públicos trabajen para conseguir los objetivos legislados, sin tener oportunidad de analizar si realmente las necesidades de los consumidores se encaminan hacia los elementos legislados o si hay problemas que los aquejan más, para esto Woodrow Wilson ofreció una solución; separar la política de la administración y con ello permitir que cada una perfeccione su actividad en su propia esfera, de esta forma los directivos públicos podrían concentrar su atención en encontrar la manera más eficaz y eficiente de cumplir los mandatos.
La política genera desconfianza en nuestra cultura es por ello que han emergido plataformas para disciplinar y racionalizar el proceso democrático: estas plataformas son conocidas como técnicas analíticas para medir el valor público e incluyen el análisis de políticas, la evaluación de programas, el análisis coste- efectividad y el análisis coste- beneficio en la discusión de las técnicas cabe mencionar tres puntos clave que pueden llevarlas a ser efectivas siempre y cuando los gestores
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