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Por: Cisneros Sánchez Alexa Zarith

La arquitectura posmoderna se levanto en contra del movimiento internacional y especialmente del movimiento moderno surgido desde 1637 gracias a Descartes autor del Discurso del Método. El fracaso que este estilo tuvo al ver al ser humano como un usuario autómata de los espacios creados por ella, simplemente con llamarnos usuarios en realidad se priva de importancia al ser humano que habitara ahí porque esos espacios pudieron llegar a ser tediosos para los habitantes del mismo, no es hasta en 1967 que Peter y Alison Smithson critican la carta de Atenas escrita por Le Corbusier en un aspecto totalmente moderno que el grupo CIAM se desintegra y como consecuencia de todo esto es demolido el proyecto de viviendas del arquitecto Yamasaki el Pruitt-Igoe en 1972 siendo este hecho la lapida de defunción del movimiento moderno.

 Como nos menciona el autor Iñaki Ábalos en su libro “La Maquina de habitar de Jacques Tati”, la forma en la que la arquitectura percibía al ser humano en una época de arquitectura moderna cambio de verlo como un “animal racional” a un “animal metafísico”, ya que tomo en cuenta sentimientos subjetivos a los objetos, haciendo que esa modernidad quedara fatalmente condenada a ser testimonial del surgimiento de la posmodernidad. Constituyendo la parte de habitar un elemento de identidad que hace que nos relacionemos y desenvolvamos en un entorno en confort. Naciendo así la posmodernidad en la arquitectura para la década de los años sesentas, abogando por recuperar de nuevo el ingenio del ornamento. El punto central de la posmodernidad se encuentra en el lenguaje el cual nos permite pensar, evolucionar, dándole así mayor importancia a la interpretación de los textos porque nuestra realidad se lee como un texto, importa más como se transmite un mensaje de emisor a receptor que el contenido mismo del mensaje.  Según el autor Peter Krieger en su libro “La deconstrucción  de Jacques Derrida” manifesta el axioma de que todo es texto.

“Basado en la tradición lingüística de Ferdinand de Saussure, quien analizó todos los fenómenos ambientales bajo el término de “texto”, Derrida se radicalizó, constatando que

no existe nada fuera del texto porque todo es texto(…)”

(Peter Krieger, La deconstrucción de Jacques Derrida.)

Es en esta época en donde el arquitecto Robert Venturi propone el edificio anuncio algo simplemente funcional y escribe Aprendiendo de las Vegas. Es de ahí de donde se genera el término “pato” que hace referencia literal de la obra arquitectónica y la relación con su función, creyendo que las personas necesitaban de manera tan directa el monumento que indicara para que era.

 “Luis Ramiro Barragán, arquitecto mexicano y ganador del Premio Pritzker a la Arquitectura en 1980, es uno de los más reconocidos profesionales de la arquitectura moderna. Fue creador de la “arquitectura emocional”, y su obra se caracterizó por crear espacios donde jugaba en los distintos planos con la luz, las texturas y los colores.” (Villanueva-Meyer, Cristina. 2015)

A como se refieren en la revista Galenus, Luis Barragán creo la arquitectura emocional, siendo precursor de una característica de suma importante para la arquitectura posmoderna, claramente perteneciente a la época del movimiento moderno sentó bases para el movimiento que le siguió y que mas importante que un arquitecto mexicano para una cultura de personas tan sentimentales que se apropian de los lugares en los que habitan y sienten con plenitud cada actividad que realizan.

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