Derecho En La Historia

El Peso de la Historia

Hemos considerado de vital importancia realizar un análisis que involucre todos los

factores que se encuentran en la génesis del problema. En este sentido, la historia no

puede dejarse de lado, ya que el origen de nuestros logros, fracasos y desafíos lo

encontramos en el proceso histórico de la Nación panameña.

Este recorrido histórico lo dividimos en tres periodos: la Huella Española, el amanecer

de una nueva etapa en el siglo XIX y los desafíos del siglo XX.

En cuanto a la herencia que recibimos del Imperio español aportó elementos y factores

condicionantes a las etapas históricas subsiguientes. En el plano intelectual y espiritual,

recibimos un carácter fanático y supersticioso más que religioso, producto de una

instrucción pública deficiente y reducida de manera mezquina a infundir temor, a través

de la inquisición y la censura .

En cuanto a las estructuras jurídico-políticas basadas en la doctrina tomista, éstas

sirvieron para mantener el control de la Corona española en los distantes territorios

americanos, y para establecer una política económica y fiscal que generalizó las

prácticas monopolísticas en todas las actividades económicas, y por ende, el abandono

de la agricultura y la industria, por la explotación de metales preciosos tan codiciados

por la Metrópoli. Aunado a lo anterior, el control del Rey en América creó un Estado

burocratizado e interventor que necesitaba altos ingresos que fueran generados por

cargas tributarias para solventar el pago de los numerosos funcionarios. Este factor

estableció el germen, tan nefasto en los países hispanoamericanos, de vivir de los

empleos públicos y de esperarlo todo del Estado, aniquilando de esta forma el espíritu

empresarial.

En lo social, la diversidad de razas, etnias, clases, capas sociales y grupos, así como los

constantes conflictos entre ellos, dificultó la unidad necesaria para la formación de una

sociedad civil integrada, capaz de enfrentar el poder desmesurado del Estado. Esto

produjo la búsqueda de una igualdad nominal que nunca llegó a ser efectiva, pues estaba

regida por instituciones abiertamente aristocráticas. Además, sin ejemplos claros de

trabajo y esfuerzo individual, la población se vio seducida por la vida fácil y por la

disipación de los juegos de azar .

La colonización española, en definitiva, fue una obra que dejó muchas anomalías en el

establecimiento de las ciudades y puertos americanos y que creó hábitos funestos de

reclamarlo todo de un Estado todopoderoso, el que a su vez repartía dadivas y concedía

privilegios, propiciando desigualdades y corrupción.

La segunda etapa histórica inicia hasta finales del siglo XVIII, cuando las colonias

comenzaron a cuestionar la herencia española en la vida ideológica, política y

económica de América y, por ello, a anhelar cambios en el sentir nacional. Dentro de

este cuadro de anhelos imprecisos se inició un análisis más profundo y radical del

destino nacional y de todo lo que España había significado para las nuevas naciones.

Comenzó un nuevo ciclo de pensamiento americano, que representó una mezcla de lo

propio con la herencia española. El mismo surgió en un ámbito lleno de frecuentes

Invet. pens. crit. (2006) 4:47-61

ISSN 1812-3864

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juicios pesimistas y adversos que provenían de observadores

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