Derecho romano. LIBRO I CAPÍTULO 1 CREENCIAS SOBRE EL ALAMA Y SOBRE LA MUERTE
Enviado por ElsieCuervo • 10 de Diciembre de 2017 • Ensayo • 6.390 Palabras (26 Páginas) • 237 Visitas
LIBRO I
CAPÍTULO 1
CREENCIAS SOBRE EL ALAMA Y SOBRE LA MUERTE
Todo pensamiento de la historia de Grecia y Roma se puede suponer que proviene de una época remota, donde de las cuales surgieron las primeras ideas o referencias sobre el alma y la muerte.
Antes la muerte no se percibía como un final, sino como un mero cambio de cuerpo. A lo largo del tiempo esto fue cambiando hasta que se llegó a creer que el alma nunca abandonaba el cuerpo, sino que esta se quedaba con él en la tumba bajo tierra.
No hay ningún texto que compruebe estas creencias, la única prueba es en sí los rituales que se hacen en la sepultura.
En estos rituales no bastaba con que el cuerpo se depositara bajo tierra, era necesario era necesario observar ciertos ritos y pronunciar ciertas fórmulas para que el sepultado tuviera una mejor estancia bajo tierra.
Una de las tradiciones más importantes era el rendirle culto a un difunto ya que el hacer esto era signo de reposo y tranquilidad para el difunto, si no se hacían estos ritos por parte de la familia a estos se les podía negar la sepultura que durante ese entonces ese acto era más temido que la muerte.
Varias veces al año llevarle comida al difunto ya que este no estaba emancipado de la humanidad como para no tener la necesidad de alimento. Este no solo era un acto de mera conmemoración ya que los alimentos se derramaban con el fin de que el difunto los pudiera adquirir
CAPÍTULO 2
EL CULTO DE LOS MUERTOS
Las creencias dieron lugar a la creación de reglas de conducta. Ya que el muerto tenía la necesidad de agua y alimento era obligación del difunto satisfacer esta necesidad.
Los muertos pasaban a ser seres sagrados, en los pensamientos antiguos cada muerto, era un dios.
En el libro de las Leyes de Mandú habla de ese culto como del más antiguo que lo hombres hayan tenido que realizar. Estas ideas y estos ritos son lo que hay más de más antiguo en la raza indoeuropea y son también lo que hay de más persistente.
Los griegos y los romanos tenían los mismos pensamientos, se creía que, si dejaban de ofrecer a los muertos estas comidas fúnebres, los muertos salían de sus tumbas para atormentar y castigar a aquellos que habían dejado de rendirles tributo, mandándoles enfermedades o tierras infértiles. El sacrificio, la ofrenda del sustento y la libación, lo hacían volver a la tumba y les devolvían el reposo.
Estas almas humanas, divinizadas por la muerte, eran lo que los griegos llamaban demonios o héroes.
Esta religión de muertos parece ser la más antigua que haya existido entre el hombre. Incluso mucho antes de adorar a Zeus, el hombre adoro a los muertos y les tuvo miedo.
CAPÍTULO 3
EL FUEGO SAGRADO
En la casa de un griego o un romano había un altar, el cual siempre debía de tener ceniza y carbones, el cual el jefe de la casa debía mantener encendido día y noche, era una desgracia para la familia si el fuego se llegaba a extinguir. Una vez al año la familia debía de extinguir este fuego, e iniciar otro inmediatamente con el fin de tener un fuego puro.
El fuego era algo divino, se le adoraba, se le rendía culto, se le pedía protección, o se le rezaba para obtener salud, riqueza, felicidad etc.
El fuego del hogar era la providencia de la familia. Su culto era muy sencillo. Había ciertas reglas, la primera era nunca dejar que el fuego se extinguiera ya que, si lo hacía, era un dios el que dejaba de existir. A ciertas horas se le colocaba madera y hierba para que el dios se manifestara en una llama brillante.
El fuego del hogar es como en Grecia un poder tutelar. Este fuego tenía una naturaleza muy distinta ya que era sagrado.
CAPÍTULO 4
LA RELIGION DOMESTICA
No solo se ofrecía la adoración a más de un dios; pero ni siquiera sus dioses aceptaban la adoración de todos los hombres. En las antiguas creencias y la constitución de las familias griega y romana la religión era puramente doméstica.
En el culto de los muertos, una de las primeras reglas de aquel cuto era que cada familia solo le podía rendir culto a los muertos que le pertenecían por la sangre. La comida fúnebre se renovaba después en épocas determinadas, solo la familia tenía derecho de asistir a ellas y se excluía al extraño. Faltar a este acto era una de las faltas más graves que podía cometer una persona. Se decía que el muerto que no ha dejado hijos no recibe ofrendas y está expuesto a hambre perpetua.
Cada familia tenía su tumba, donde sus muertos descansaban unos al lado de otros, siempre juntos. Todos los de la misma sangre debían ser enterrados allí, y ningún hombre de distinta familia podía admitírsele.
En la casa se protegía a todo miembro, una de las formas para hacerlo era mediante el rezo al fugo del hogar, ya que cada hogar tenía el suyo y cada familia le rezaba a diferentes antepasados con el fin de tener seguridad o tener una mejor vida ya que en ese tiempo a los antepasados muertos se les veía como divinidades. Solo el padre poseía el ser y era el único capaz de transmitir la chispa de vida.
LIBRO II
CAPÌTULO 1
LA RELIGION HA SIDO EL PRINCIPIO CONSTITUTIVO DE LA FAMILIA ANTIGUA
La muerte de un miembro de una familia no lo separa de esta, permanecen unidos todavía en esta segunda existencia y siguen formando una familia indisoluble.
Lo que en realidad une a las familias, no es el nacimiento, ni que el sentimiento, sino la religión del hogar y de los antepasados, por eso están unidos en esta vida y en la otra. Ya que todos poseen la comunidad de culto.
CAPÍTULO 2
EL MATRIMONIO
Fue la primera institución establecida por la religión doméstica. La mujer formaba parte de este culto ya que cuando era soltera asistía a los actos religiosos de su padre, y casada, a los de su marido.
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