Desimosexto Producto De Trbajo
Enviado por raulperezcas • 22 de Julio de 2011 • 636 Palabras (3 Páginas) • 652 Visitas
DECIMOSEXTO PRODUCTO DE TRABAJO
¿En qué medida invitan las evaluaciones revisadas en el ejercicio anterior a reflexionar e interactuar al alumno, al maestro y a fortalecer el aprendizaje?
El concepto de evaluación se ha ido transformando y ha ido incorporando nuevos elementos a su definición según se ha profundizado en su sentido y las virtualidades que ofrece en los diferentes ámbitos de aplicación, ciñéndose a los procesos de enseñanza y aprendizaje y, más en concreto, a la evaluación de los aprendizajes que alcanza el alumnado, la concepción de la misma también ha variado con el paso del tiempo.
Durante largo tiempo este concepto, resulto negativo para la formación de los niños o jóvenes, ya que el examen se tomaba como única prueba y el número como expresión del resultado se prestaban, sin duda, a numerosas arbitrariedades y a excesos de rigor en su aplicación; amparándose, además, en la aparente objetividad del número, para encubrir su improcedente modo de valorar.
En la actualidad se hace patente una divergencia entre los conceptos de evaluación que se manejan a nivel teórico y la práctica real en las aulas. Creo que una buena parte de los profesionales que nos dedicamos a la educación estamos de acuerdo en la necesidad de incorporar a los procesos de enseñanza un modelo de evaluación cualitativo, que sea capaz de ofrecer datos enriquecedores acerca del desarrollo del alumnado y no sólo de los resultados que obtiene a través de medios, una evaluación que constituya un elemento curricular más y que ayude a mejorar todo tipo de aprendizajes.
Los alumnos estudian para aprobar. Los profesores enseñan para que sus alumnos superen las evaluaciones. Lo que tiene valor real en la enseñanza es lo que se evalúa; En fin..., como consecuencia de una aplicación correcta y formativa. La evaluación es importante, pero no como elemento de poder o de mantenimiento de la disciplina, no como instrumento para la promoción u obtención de un título, no como exclusivo factor de comprobación de lo que se “aprende” pues, “no se enseña para “aprobar”. Se enseña y se aprende para alcanzar una plena e integral formación como persona. También la evaluación; como elemento central de los procesos reales de enseñanza que ocurren cada día en la comunicación entre jóvenes y adultos y que, llega a desfigurar las metas y el camino que en principio conforman el proceso educativo.
La evaluación, constituye forzosamente el motor de todo el proceso de construcción del conocimiento. Constantemente, tanto los que enseñan como los que aprenden tienen que estar obteniendo datos y valorando la coherencia de las ideas expuestas y de los procedimientos que se aplican y, en función de esta información, deben tomar decisiones sobre la introducción de posibles cambios.
No es el enseñante quien da al alumno la información que éste necesita,
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