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Deslizamiento


Enviado por   •  20 de Abril de 2015  •  18.183 Palabras (73 Páginas)  •  141 Visitas

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INTRODUCCION

El crecimiento demográfico acelerado que se viene observando en las diferentes áreas geográficas de América Latina, es un indicador que refleja el afán del hombre por la ocupación y uso del espacio físico. Ante esta necesidad de ocupación, son muchos los casos donde las personas utilizan indiscriminadamente los recursos existentes en dichos lugares, provocando el agotamiento de los mismos y convirtiendo ésta en una de las causas que determina la necesidad de ir en busca de otras zonas que le brinden nuevas oportunidades. Obviamente, esta situación se configura como una problemática que cobra vigencia en muchos órdenes, como el social y el ambiental.

En este sentido, la historia contemporánea enseña que sin la participación activa de todos los ciudadanos en la construcción de un nuevo orden social, no puede haber cambio, ni desarrollo posible. Es necesaria la formación integral del ciudadano en lo que se refiere al ambiente, conservación y uso de sus recursos a fin de establecer dualidad que permita el buen desarrollo de la presente y futuras generaciones.

De allí que sea importante destacar que el ambiente enfrenta cada día un sin número de acciones que van en su detrimento, y en consecuencia se afecta a todos los seres vivos y la calidad de vida del planeta, por lo que es requisitorio asumir una posición ante esta realidad para estudiarla y promover cambios. En este sentido, es trascendente recordar que un individuo y un país con buena calidad de vida, deben considerarse desarrollados y que este es el ideal perseguido, no un desarrollo que se mida en función del crecimiento económico sino en atención al grado de armonía entre los hombres y de estos con su ambiente para alcanzar niveles de bienestar.

Al respecto, el hombre forma parte del medio ambiente, su acción antrópica para el aprovechamiento y condicionamiento del medio natural en un medio cultural, genera consecuencias notables y justamente ese efecto que produce una determinada acción humana se traduce en impacto ambiental. Por tanto, se hace evidente la relación de la acción del hombre sobre el ambiente y su educación ambiental, no solo la que se imparte en la educación formal, sino la que trasciende estos límites. Sobre este aspecto, Balmori (2010), señala que:

Indudablemente, no son los niños los que toman las decisiones que roban a los paisajes su colorido aunque, si les enseñamos a apreciar la gama natural, el futuro será mejor. Es perentorio actuar sobre los adultos, auténticos responsables del empobrecimiento del campo, y la desaparición de sus habitantes genuinos, de lo contrario, cuando los jóvenes tomen las riendas de la sociedad, poco quedará para conservar. (p. 2)

De allí la importancia de reflexionar sobre el impacto ambiental como consecuencia de la quehacer del hombre, para promover una consciencia basada en la responsabilidad. Pues justamente, el impacto ambiental es definido por Lara (2011), como “el efecto que produce una determinada acción humana sobre el medio ambiente en sus distintos aspectos” (p. 2). Es decir, las acciones humanas, motivadas por la consecución de diversos fines, provocan efectos colaterales sobre el medio natural o social y estos efectos reflejan el impacto ambiental.

Ahora bien, ante el impacto de las acciones humanas, la conservación del medio ambiente se impone como la manera de lograr un ritmo de desarrollo sostenible que permite la expansión humana sin afectar el equilibrio ecológico del ecosistema, de esta manera el desarrollo sostenible se apoya en el reconocimiento de la función que cumple el medio ambiente y los recursos naturales como base de sustentación material.

En el mismo orden de ideas, cabe señalar que los daños o costos ambientales como la tala y la quema de bosques sin control, la agricultura en laderas sin la aplicación de técnicas de terraceo, entre otras prácticas que generan un impacto socio-ambiental, influye negativamente en la productividad de las ciudades, la salud y calidad de vida de los ciudadanos. Las ciudades tienden a convertirse en las principales zonas rojas que requieren de atención especial en las evaluaciones ambientales regionales y de planificación a escala local, regional y nacional.

Además, los servicios urbanos (agua potable, alcantarillado, vialidad, electricidad y aseo urbano domiciliario) tienden a congestionarse cada vez más debido al crecimiento demográfico y económico, aunado a una deficiente administración pública. Por otro lado, los recursos naturales (agua, aire, bosques, minerales, suelos) vitales para el desarrollo económico, se pierden o malgastan como resultado de prácticas y políticas urbanas inadecuadas y por la ocupación de los espacios menos aptos para el urbanismo. Como se aprecia, los colapsos que traen los asentamientos humanos van más allá de los servicios y problemas ambientales, y muchas veces estas áreas se convierten en zonas de riesgo con la simple llegada de las lluvias.

Como se viene advirtiendo, el colapso de las ciudades y el crecimiento poblacional determinan que las personas busquen nuevas opciones para establecerse, pues esto ocasiona un aumento constante de la presión sobre los recursos que se hallan en el entorno de las ciudades, a medida que avanza la frontera urbana. Tal y como lo explican, Chardon y González (2007)

El acelerado e inadecuado proceso de urbanización es un factor recurrente en los patrones de desarrollo global. Se trata de un factor que debilita la capacidad para la gestión sustentable de los asentamientos humanos y aumenta la vulnerabilidad a los fenómenos naturales y sucesos inesperados creados por el hombre. Cabe destacar y enfatizar que el crecimiento poblacional y el proceso de urbanización no contribuyen, por sí solos, a incrementar el riesgo, sino más bien la falta de planificación y la carencia de recursos y capacidades para transformar en ventajas y oportunidades el fenómeno humano de urbanización (p. 7).

En Venezuela, esas presiones y la suma de otros elementos como algunas políticas públicas y condiciones socioeconómicas, han determinado la proliferación de, no solo el crecimiento desordenado desde el punto de vista urbanístico, sino el fenómeno de las ocupaciones ilegales o invasiones. Al respecto, Spicker, Álvarez y Gordon (2009), definen éstas como “la posesión de tierra y/o vivienda sobre la cual el ocupante no tiene titularidad legal” (p. 217).

Como se ha mencionado en apartados anteriores, en Venezuela, durante los últimos años se ha registrado un fuerte impacto ambiental debido a las constantes construcciones en terrenos privados y públicos (como las márgenes de los ríos, quebradas, cerros y colinas) en la búsqueda de mejor calidad de vida. No obstante, es importante mencionar a Sánchez (2001),

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