Despedida al abuelo

Hola abuelo, aquí estoy. Nunca me lo había imaginado, hoy por primer vez te diré por tu nombre: Don JLA, caballero gentil, eternos modales. Te vas y no de otra manera me puedo despedir de ti. El sufrimiento ya no yace a tu lado, ya se ha acabado. Estos últimos años la vida no ha sido justa contigo; la sordera, esa dichosa enfermedad capaz de crear muros entre tu mundo y el del resto.

Me quedo con tus quinielas: esa pasión semanal, ese vicio futbolístico que me has enganchado, que te mantuvo en pie años tras marcar muchos unos, doses y equis. Que pronto estuviste esa vez de ganarla! Entonces me fichaste, éramos un equipo. Los jueves tocaba la llamada para comentar la jugada. Los domingos la llamada del “¡qué le vamos a hacer!..., la próxima: seguro que toca”.

Me quedo con tu generosidad, con tu gratitud. Con las muchas cosas que me has enseñado, con tus interminables historias de cuando en plena inocencia fuiste internado. Don JLA, hombre de refranes ("a buen entendedor pocas palabras bastan", que dirías tu). A mi pesar te vas y no de otra manera me puedo despedir de ti. Te echaremos de menos, pero nosotros no nos quedaremos aquí, porqué tu recuerdo será el motor de nuestra fuerza para seguir. Y....¿no es esto la vida, mi querido abuelo? El devenir de las cosas, el cambio constante, empezar, acabar.

Lamento el inevitable hecho de que te vayas pero no puedo si más no imaginarte allí arriba, con un merengue en la mano, mojándolo en leche como tu sabes.

Disfrutando de los pequeños placeres de la vida. Mientras insistes, que estudie. Que he de luchar por el porvenir, que nadie lo hará por mi. Y como si nada me cuelas otro refrán: “el que algo quiere algo le cuesta”. Ya van dos abuelo, frena, dosifícalos. Guárdate unos cuantos para cuando nos volvamos a ver.

Espérame allí arriba, en la churrería. Pídeme un chocolate, para ella un helado que sabes que le encantan. Saca tus quinielas y coméntalas con ella. Quizás no sabe tanto de fútbol, pero te quiere con locura, porqué es tu hermana: MEL. Por eso mi tristeza se va. Soy feliz al saber que estas bien acompañado. Dale un beso de mi parte, a ella también la añoramos.

Adiós abuelo, me despido por ahora. Cógete el salero anda, que te lo olvidas. Te quiere: tu nieto R.

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