Diversidad social ¿forma de estudio homogénea?
Enviado por joaguirre • 27 de Noviembre de 2015 • Ensayo • 1.743 Palabras (7 Páginas) • 180 Visitas
Diversidad social ¿forma de estudio homogénea?
Por
Aguirre Johanna Gabriela
DNI.36896689
Abogacía (9)
Fecha de entrega: 15/07/2015
Docentes a cargo:
Mensi María
Gurvit Julieta
Cambón Fernando
Bojanich Laura
Introducción
Dentro de una sociedad en la que descubrimos que no hay dos estudiantes iguales y que se busca encontrar la manera más sencilla para cada estudiante de aprender, aceptando la diversidad ¿se puede tener una forma de estudio homogénea?. En la actualidad no se plantea la integración, sino la inclusión. La educación inclusiva sugiere que todos, jóvenes y adultos, aprendan juntos independientemente de sus condiciones sociales, personales o culturales. Se trata de una educación que no pone requisitos, ni mecanismos de selección; para cumplir de forma efectiva con los derechos a la educación y a la igualdad de oportunidades. Este nuevo tipo de educación es acompañado de políticas públicas implementadas por diferentes gobiernos, que se oponen al encuadre de instituciones tradicionales que privilegian la excelencia y no revalorizan la diversidad de la sociedad. ¿Cuáles son las ventajas de la educación inclusiva?
Desarrollo
Para comenzar hay que definir la educación inclusiva para ello partiremos de la definición que hace la UNESCO (2005, p.14):
“La educación inclusiva puede ser concebida como un proceso que permite abordar y responder a la diversidad de las necesidades de todos los educandos a través de una mayor participación en el aprendizaje, las actividades culturales y comunitarias y reducir la exclusión dentro y fuera del sistema educativo. Lo anterior implica cambios y modificaciones de contenidos, enfoques, estructuras y estrategias basados en una visión común que abarca a todos los niños en edad escolar y la convicción de que es responsabilidad del sistema educativo regular educar a todos los niños y niñas. El objetivo de la inclusión es brindar respuestas apropiadas al amplio espectro de necesidades de aprendizaje tanto en entornos formales como no formales de la educación. La educación inclusiva, más que un tema marginal que trata sobre cómo integrar a ciertos estudiantes a la enseñanza convencional, representa una perspectiva que debe servir para analizar cómo transformar los sistemas educativos y otros entornos de aprendizaje, con el fin de responder a la diversidad de los estudiantes. El propósito de la educación inclusiva es permitir que los maestros y estudiantes se sientan cómodos ante la diversidad y la perciban no como un problema, sino como un desafío y una oportunidad para enriquecer las formas de enseñar y aprender.”
Continuando con esta perspectiva el objetivo de la educación inclusiva es terminar con la exclusión social que resulta de las actitudes y respuestas a la diversidad. (“…Incluir implica todas las estrategias necesarias para que nuestros estudiantes puedan estudiar y puedan acceder a la educación superior de la mejor manera posible, con todas las estrategias que tengamos que trazar para que esto se pueda lograr…”)[1]. Reconocer la diversidad, las diferencias de cada ciudadano, es un gran paso para entender las instituciones públicas como tales, y no solo de unos pocos, entre los que destaco la universidad comprendida como institución y el acceso a la misma como derecho establecido en la Constitución Nacional Argentina, pero para que este derecho sea ejercido, es necesario implementar una nueva forma de educación, que impulse y acompañe a los estudiantes para que estos avancen y terminen los estudios; una educación inclusiva. “…Es necesario entonces dejar de pensar a la pobreza como una determinación que se instituye como natural y volver a mirarla como el producto de una operación social desigualitaria e injusta. Es necesario mirar de otro modo el punto de partida de los alumnos y el propio y confiar en que la educación abrirá posibilidades aún no conocidas. Significa dejar de tener una mirada que estigmatiza a la pobreza para pasar a otra que habilita enigmas para un futuro. Es una apuesta a que, frente a situaciones de desigualdad, pobreza y exclusión, los docentes recuperemos la posibilidad de desligar a nuestros alumnos de la profecía del fracaso futuro con la que llegan y de re-situarlos en un lugar de la posibilidad, confiando en que ellos pueden aprender, que van a hacerlo y que nosotros vamos a poder enseñarles…”[2]
Así como muchos autores y profesionales aceptan y defienden este nuevo método de educación otros ponen en manifiesto sus criticas. Una crítica frecuente se basa en el temor de que los alumnos con mayor rendimiento quedarían atrás y no serían suficientemente estimulados por el método de educación inclusivo. Sin embargo estudios realizados demuestran que la diversidad no sólo favorece a los más débiles, sino que también los alumnos más capacitados obtienen amplio provecho de ella.[3] Otra crítica sostiene que si se acabara con la selección se daría lugar a un masivo e innecesario ingreso a las universidades, lo que provocaría la sobrecarga adicional de docentes, exigiendo finalmente de ellos un desmedido aumento de sus horas de trabajo. Su puesta en práctica significaría una completa revisión de los planes y programas universitarios para la formación de los docentes, con los correspondientes costos financieros y burocráticos que ello implica. Los críticos agregan además la contraposición de calidad a cantidad (“…Y la realidad de la sociedad del conocimiento es cada vez más exigentes en cuanto a la calidad del mismo. ¿Estamos hoy en condiciones de ofrecerles a nuestros alumnos esta calidad? Me temo, por lo señalado hasta ahora, que no a todos…”)[4]
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