Docencia y sustentabilidad: El papel del docente en la conservación del medio ambiente. Cambiando paradigmas

Docencia y sustentabilidad: El papel del docente en la conservación del medio ambiente. Cambiando paradigmas.

Perla Julieta Ortiz Murray

Resumen:

Este trabajo tiene como objeto resaltar la labor del Docente en la conservación medioambiental y la sustentabilidad a través de la incorporación de prácticas incluyentes en cuestiones de Desarrollo Humano Sustentable, analizando su campo de participación desde una perspectiva amplia, en donde se toman en cuenta puntos de vista éticos, pedagógicos, legales, económicos  y sociales de su accionar, generándole una base desde la cual analizar holísticamente los paradigmas de la sustentabilidad, el cuidado medioambiental y la problemática asociada a estos tópicos.  

Palabras clave: Sustentabilidad, sostenibilidad, Desarrollo Humano, competencias, sentido ético y Responsabilidad Social Corporativa. 

Introducción.

Considerada como un sinónimo de enseñanza, la docencia precisa de la existencia de un especial terceto: el docente, el educando y el objeto de conocimiento. En la transmisión e intercambio de saberes, el primero utiliza toda una gama de elementos, tanto técnicos como pedagógicos, para lograr su cometido.  

En la transmisión de saberes, hay precisamente un quehacer de vital importancia: inculcar – por todos los medios a nuestro alcance y como noción de supervivencia para la especie- la de la importancia de lograr un desarrollo sostenible, en perfecta armonía con el sentido de desarrollo humano.

Sin embargo, cuando se enfrenta el desafío de la conservación, introducirlo en la agenda educativa requiere acciones específicas, necesariamente relacionadas con la idea de sustentabilidad y el involucramiento de grupos de interés distintos al de la mera actividad escolar.

Con la idea de crear iniciativas incluyentes en el tema de la conservación  medioambiental, se plantea también la necesaria  creación de proyectos en los que las distintas asignaturas que se imparten en una carrera universitaria  respondan a las necesidades de conservación planteadas desde la sustentabilidad, utilizando en su difusión todos los medios de que se dispone actualmente, como las tecnologías de la información y la comunicación (tic’s) y los medios ídem (léase radio, televisión y periódicos). Al hablar de iniciativas incluyentes se enfatiza el papel del profesor no solo como multiplicador de ellas, sino como importante voz convocante en foros abiertos a la comunidad en donde se escuche a todos los actores involucrados: ONG’s, partidos políticos, personas de autoridad en sus respectivas comunidades, inculcando en el estudiante –de una forma práctica- la noción de que sustentabilidad y conservación pueden ir de la mano con oportunidades económicas cuando se sabe aprovechar el conocimiento sobre ello.

Desarrollo.

En la labor docente, llegar al entendimiento de esto, puede antojarse como una labor titánica si primero no se tiene bien cimentada la idea de que todo lo que se enseña –desde matemáticas hasta pintura abstracta- tiene que ver con el desenvolvimiento armónico del ser humano, extendiendo esa armonización hacia todo lo que lo rodea, léase personas y medio ambiente. Para lograrlo, debe enfocarse hacia dos ejes rectores: Competencias y sentido ético, enfocado éste en la idea de Desarrollo Humano basado tanto en un sentido colectivo de la solidaridad social, como en el cumplimiento de la Responsabilidad Social Empresarial o Responsabilidad Social Corporativa.

1. Competencias.

En el rubro competencias, la sustentabilidad puede enfocarse desde tres ángulos: competitividad propiamente, capacidad y compromiso.  En el primero, se debe hacer énfasis en el hecho de proporcionar al alumno el bagaje necesario para resolver la problemática relativa a la sustentabilidad-polución, sobrepoblación, tratamiento de aguas residuales, desertificación, etc. Problemas todos con una variedad de enfoques infinita y a poner en juego su creatividad para darle la solución adecuada, es decir, que demuestre que la manera de resolver estas situaciones es la más correcta de acuerdo a las circunstancias que revistan. Esto se relaciona también con la capacidad, puesto que al optar por una solución, pondrá en práctica los conocimientos adquiridos al efecto y determinará la mejor forma de aplicarlos (cuantificación, minimización y eliminación de daños directos y colaterales al ambiente, incluidos flora, fauna y personas). En el tercer punto, si lo que se quiere es preparar al estudiante para enfrentar la problemática de sostenibilidad, se le debe orientar hacia una práctica constante y congruente de las asignaturas con la realidad medioambiental que le rodea en forma que se conjunte también el respeto a la vida. Así, el estudiante no solo debe aprender que la sustentabilidad es la capacidad de satisfacer necesidades de la generación actual sin que se ponga en riesgo la de las generaciones futuras para  satisfacer las propias, de acuerdo a lo que sostiene el informe Brundtland, sino saber mirar a su alrededor y decidir en consecuencia ante la relación de los problemas de su entorno con este supuesto, para darle la solución más adecuada.

1. Sentido ético.

Con ser una ciencia normativa y eminentemente reflexiva, la Ética incide fuertemente en un punto muy importante del Desarrollo Sustentable y –por ende- en la relación de éste con la docencia, que es el Desarrollo Humano.

De acuerdo con la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, el enfoque de Desarrollo Humano consiste en dar a las personas mayores oportunidades de vivir una vida más valorable, en la que las oportunidades se centren en mejorarla sin hacerles creer que el crecimiento económico representará automáticamente el acceso a mejores oportunidades de progreso para ellas y sus familias. En este sentido, hay tres aspectos claves que deben ponderarse: adquirir conocimientos, tener acceso a los recursos que proporcionan un nivel de vida digno y vivir una vida sana y creativa, imposible de satisfacer si primero no se garantizan las mínimas condiciones de sustentabilidad.  

Importa entonces al docente, proponer en sus asignaturas la creación de tales condiciones, entre las que destacará muy particularmente una que atañe también a la ciencia económica: la del Producto Interno Bruto… Verde.

¿Qué es esto? En una economía “monetarizada” por así decirlo, en la que las oportunidades de crecimiento económico se suelen tomar como las únicas aceptables de desarrollo, el Producto Interno Bruto es el valor total monetario de los productos, bienes y servicios finales producidos por la economía de un país en un determinado período de tiempo. En una economía “verde”, a esta noción tradicional del PIB se suelen añadir consideraciones sobre las consecuencias ambientales del crecimiento económico, obligando a que cada proyecto económico se realice con el respectivo análisis coste-beneficio y apegado a estrictas normas de respeto medioambiental. Además, en una forma solidaria de plantear el aspecto verde de la economía, esta consideración se basa íntegramente en los principios éticos fundamentales del bien común y del libre albedrío.

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