ECONOMIA INFORMAL

Sin lugar a duda uno de los mecanismos para garantizar la incursión laboral de las poblaciones vulnerables es a través de la capacitación. De acuerdo con la Secretaria de Desarrollo Económico (SDDE) "Desde el punto de vista de la capacitación para el trabajo y el nivel educativo de la población, el 27% de residentes en Bogotá ha alcanzado el nivel básica primaria y el 36,7% secundaria; el 13,5% ha alcanzado el nivel profesional y el 2,9% ha realizado estudios de especialización, maestría o doctorado. La población residente sin ningún nivel educativo es el 4,4%. Estas cifras implican que si se quiere garantizar el acceso de la población con menores dotaciones iníciales a oportunidades de generación de ingresos o de empleo, es preciso acompañar los procesos de capacitación con procesos de nivelación en competencias básicas, validación de la educación formal y Educación para el trabajo y el desarrollo humano acreditada, así como de la formación técnico, tecnológica y profesional, que den cuenta de las competencias de las personas, teniendo en cuenta lo especialmente crítico de la situación".

Existen unos puntos claves que se pueden aplicar como políticas para la disminución de economía informal como lo son:

Aquellas que incluyen elementos que sancionan: incluye mejoras en los sistemas de información para detectar no contribuyentes y aumento de multas por evasión, y Otras que generan incentivos para la formalización: simplificar procedimientos administrativos, incentivos en impuestos, promover beneficios de trabajo formal, entre otros.

Una estrategia completa deberá incluir estos dos enfoques. El estudio de buenas prácticas y experiencias internacionales contribuye a asesorar la transferibilidad de los programas y políticas, al igual que apoya la construcción de una estrategia efectiva para disminuir la informalidad. En esta sección se estudian algunas políticas y experiencias que otros países del mundo han empleado para estimular la formalización de la economía.

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