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EDUCACIÓN DE LAS ENFERMERAS

19 de Noviembre de 2014

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EDUCACIÓN DE LAS ENFERMERAS

Básicamente, se puede decir que la enfermería proporciona asistencia para el cuidado de la salud bajo la orientación de la ciencia médica y la ética enfermera, en conformidad con los métodos de enfermería, las leyes y las teorías que se aceptan y se practican hoy en día. El trabajo de la enfermería o el proceso de enfermería implican la solución de los problemas de salud del paciente. Se trata de un proceso continuo de la prestación de cuidados, con el objetivo de la recuperación de la salud del paciente. Sin embargo, la enfermería no sólo se centra en las necesidades físicas de los pacientes, sino también en sus necesidades emocionales y sociales.

La Enfermería implica tanto el análisis de las necesidades de los pacientes y la administración de la atención a los mismos. En todo el mundo, el proceso de enfermería se enseña y se recuerda con la sigla "ADPIE." Está muy bien diseñado para el proceso del análisis o evaluación de la condición del paciente; Un diagnóstico de los problemas existentes; Seguido de la planificación cuidadosa de lo que la atención Proporciona al paciente, lo cual se lleva a cabo por la/el enfermera(o) y un proceso continuo de evaluación de la condición del paciente. Cuando una enfermera busca signos de mejora o de regresión está indicando el éxito del tratamiento administrado. Todo el proceso es registrado en un "plan de atención", especificado por el formato que debe seguirse a fin de facilitar que todas las enfermeras del equipo de enfermería garanticen la atención que se da al paciente.

FUNDAMENTOS TEORICOS DE LA ENFERMERÍA HUMANISTA

La enfermería humanista incluye los aspectos prácticos y a sus fundamentos teóricos. No es posible concebir el uno sin el otro, ya que para que el proceso de enfermería sea verdaderamente humanista. Es necesario que la enfermera este participando como ser humano que siente, valora, reflexiona y conceptualiza.

Pero además la enfermería humanista se deriva de la práctica del ser y hacer con y para el otro. La enfermería humanista es la interacción del evento interhumano que incluye intereses, valores y dignidad; es decir, incluye una posición humanista en virtud de su interés por las humanidades y las artes.

Por lo tanto las artes y las humanidades son un complemento indispensable en el desarrollo de la profesión. La ciencia en continua actualización, abre los ojos de la enfermería el cambio constante y a la innovación.

La ciencia le proporciona el conocimiento sobre el cual basar su decisión; pero le toca a las artes y humanidades dirigir a la enfermería hacia el examen de los valores que subyacen a sus prácticas. Pero ¿qué es la enfermería como arte? El término “arte” se asocia principalmente con lo bello, es decir, con lo estético. Históricamente se ha relacionado con utilidad y conocimiento.

TEORÍA PRACTICA DE ENFERMERÍA HUMANISTA

Desde su origen, la profesión de enfermería ha sido una disciplina humanista, independientemente del sistema sociopolítico, económico o cultural donde se inserte su práctica. La enfermería es una experiencia que se vive entre seres humanos.

Es por ello, que la enfermería humanista, es una relación transaccional que se responsabiliza de investigar y cuya expresión demanda la conceptualización basada en la conciencia existencial que la enfermería tiene en su ser y del ser del otro

El significado de la enfermería como acto humanista está en el acto mismo.

Por lo tanto, para entenderlo, es necesario considerar a la enfermería como un fenómeno que ocurre en el mundo real de las vivencias humanas.

1) Relación enfermera – paciente, relación enfermera- enfermera,

2) relación enfermera – persona,

3) relación enfermera- familia.

La enfermería humanista exige un compromiso y presencia activa de todo el ser de la enfermería tanto personal como profesional.

Es personal, en tanto es un acto vivo que amena de la enfermería, es una respuesta humana decidida libremente por ella por lo tanto no puede ser propagada o asignada.

Es profesional, en tanto que tiene una meta fija que se basa en una (ciencia-arte susceptible de ser explicada.

Este acto humanista de la enfermería (personal-profesional), es una actitud que siempre debe de prevalecer y un valor que se debe de fortalecer día a día en el acto de cuidar para enriquecer la práctica de la profesión.

La enfermería humanista se deriva de la práctica del ser y hacer con y para el otro.

La enfermería humanista es la interacción del evento interhumano que incluye intereses, valores y dignidad; es decir, incluye una posición humanista en virtud de su interés por las humanidades y las artes.

La enfermería como “ARTE”, por ejemplo se propone voluntariamente el bienestar, el incremento de las cualidades humanas, la salud, el confort, el crecimiento.

La relación que permite que la enfermería, perciba esa posibilidad es real ya que establece una influencia recíproca.

Si ella entabla una relación genuina con el paciente (yo-tu) sus capacidades reales (para el cuidado, su destreza, la esperanza) hacen resaltar la posibilidad (de bienestar, humanidad, confort).

Por tener el arte de la enfermería un objetivo dirigido y ser intersubjetivo, es más complejo que las artes de la pintura u otras, ya que como arte clínico implica estar con él y hacer con él.

Ya que debe de existir la relación yo-tu, aun si el paciente esta inconsciente, o si se trata de un niño, o un paciente en fase terminal.

ORIGEN DE LAS PRÁCTICAS DE CUIDADOS; SU INFLUENCÍA EN LA PRÁCTICA DE LA ENFERMERÍA

Desde el comienzo de la vida, los ciudadanos existen y es necesario ocuparse de la vida para persistir, cuidar es un acto de vida que tiene por objeto, permitir que la vida continúe y se desarrolle y, de ese modo, luchar contra la muerte.

La historia de los ciudadanos se perfila alrededor de dos grandes ejes que originan dos orientaciones, de las que una garantizara su predominio hasta el punto de absorber a la otra, de suprimirla, intentando incluso hacerla desaparecer. En un principio, estas dos orientaciones coexisten, se complementan se engendran mutuamente. Únicamente con la aparición de un pensamiento dialectico que denuncia el Mal, lo que produce malestar por separado del Bien, es decir, de todo aquello que hace vivir.

Asegurar la continuidad de la vida

La primera orientación es asegurar la continuidad de la vida del grupo y de la especie, teniendo en cuenta todo lo que es indispensable para asumir las funciones vitales.

Cuidar es por tanto, mantener la vida asegurando la satisfacción de un conjunto de necesidades indispensables para la vida, pero que son diversas en su manifestación. Cuidar y vigilar la vida representan un conjunto de actos de vida que tienen por finalidad y por función mantener la vida de los seres vivos para permitirles reproducirse y perpetuar la vida del grupo. Todo esto ha dado lugar a prácticas corrientes: prácticas alimentarias, prácticas de vestimenta, prácticas de habitad, prácticas sexuales.

Enfrentarse a la muerte

Para el mantenimiento de la vida, surgen preguntas sobre lo bueno o lo malo, para permitir que prosiga la vida de los individuos del grupo, para rechazar la Muerte.

A partir de estas cuestiones surgirá la orientación metafísica, es decir aquella que nace de discernir lo que es considerado como bueno o malo. Esta nueva orientación intenta discernir el origen del bien y del mal, interpreta y designa las fuerzas benéficas y las fuerzas maléficas, portadoras del mal y, por tanto de la enfermedad y de la muerte. Como guardián de las tradiciones y de todo lo que contribuye a mantener la vida, el sacerdote es, al mismo tiempo, el encargado de hacer de mediador entre las fuerzas benéficas y maléficas, es decir esta designado para interpretar y decidir lo que es bueno o lo que es malo.

Este papel de mediador entre el orden físico y el del mas allá del universo visible, el metafísico, se ha transformado conforme al avance de la historia de la humanidad, a un ritmo excesivamente lento, durante miles de años, para dar lugar ulteriormente al nacimiento de nuevos descriptores del mal, los médicos.

Con el nacimiento de la clínica, el medico descendiente de sacerdotes y clérigos, aparece como un especialista, mediador de signos y síntomas indicadores de un mal determinado, del que el enfermo es portador.

La interpretación del BIEN y del MAL que causa la muerte, ya no se hace tanto por la naturaleza de las buenas o malas relaciones que el hombre tiene con el universo en que vive, sino aislando el mal del que es portador, intentando reducirlo y tratándolo como tal.

Sin embargo tanto los métodos de investigación como terapias medicas siguieron siendo someras y precarias, siendo también muy limitados los cuidados y tratamientos médicos. Además recurrir a un médico es todavía un hecho aislado.

IDENTIDAD DE LAS ENFERMERAS

La identidad profesional de la enfermera se ha construido en función de un conglomerado de significaciones cuya base es el cuidado del individuo. Por esta razón la identidad profesional contiene en sí misma varias definiciones que constituyen el ser enfermera.

Con base en lo anterior, la identidad profesional está constituida por conceptos heredados que reivindican su función principal: el cuidado. Por lo tanto la identidad profesional de enfermera es un proceso dinámico y cambiante dependiente de los avatares que le han impuesto las exigencias del desarrollo social, tecnológico y científico. Es así que ante el ayudar

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