EL APRENDIZAJE HUMANO

EL APRENDIZAJE HUMANO - FERNANDO SAVATER

Como seres humanos poseemos una naturaleza divina, esta impregnada en cada uno de nosotros; para algunos es más fácil expresar aquellos atributos que nos distinguen de otros seres, atributos como la caridad, benignidad, compasión, longanimidad entre otros; ellos alimentan nuestra humanidad dándonos características especiales y únicas como nuestras huellas digitales, pero aunque estos atributos sean intrínsecos con nuestra humanidad es necesario trabajarlos y en algunos casos desarrollarlos; entonces podemos afirmar que nacemos siendo humanos pero el llegar a ser humano se verá sino hasta después de socializar, aprender después de contagiarse de eso que solo dan otros humanos, por lo tanto empezara a desarrollarse el carácter y los atributos que ya se han mencionado.

Aunque en el inicio somos seres indefensos y dependientes 100% de un adulto quien ya tiene un previo conocimiento, éste nos enseñará las cosas básicas y posteriormente lo necesario para nuestro vivir; comparado a cualquier otra criatura en el mundo se puede decir que el humano es el ser más dependiente en todos los aspectos a sus padres, por otro lado vemos las demás criaturas como a pocos segundos de su alumbramiento empiezan a defenderse por sí solos, ellos pronto aprenderán esas habilidades y se adaptaran a las circunstancias; sin embargo, el humano siempre está en esa búsqueda constante de aprendizaje. Robert Louis Stevenson dijo: “todos los hombres mueren jóvenes”; a pesar de que alguien muera con 70 u 80 años, su cerebro siempre será joven, pues nunca se usó a plenitud, por ejemplo por medio de escuchar se aprende hablar, eso si las madres son quienes en el inicio logran entender sus primeros balbuceos y es ahí donde la familia juega un papel importante en la enseñanza para llegar a ser humano; siendo nuestra primera conciencia nuestros familiares quienes nos dan normas, parámetros, su cultura, oficios y estilos de vida luego esta enseñanza nos llevara a ser creadores, críticos, reflexivos de nuestro entorno y en esto nos diferenciamos aún más de cualquier otro ser.

Es así que la educación nos hace seres consientes de nuestro entorno y como debemos compartir con otros iguales a nosotros, es entonces donde aprendemos a discernir los pensamientos y acciones de aquellos que comparten en nuestro mundo, reconociendo que la educación no se limita sólo a los estudios básicos que podemos obtener en una institución; una instrucción para nuestras vidas puede incrementar nuestra capacidad de apreciar, valorar y disfrutar de las obras y la belleza del mundo que nos rodea.

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