EL BULLYING

Detente y actúa

Un golpe, una palabra que duele o simplemente ignorar a alguien pueden ser actos crueles que se cometen con el simple objetivo de lastimar, de jugar o de hacer sentir a otro que somos superiores y tenemos el control.

Vamos a reflexionar y descubrir cuántas veces cometemos un atropello o cuántas somos víctimas, nuestro objetivo será contribuir a eliminar estas acciones de nuestra vida diaria.

El bullying es un tema recurrente en nuestros días y desafortunadamente fácilmente visible en el espacio educativo; sin embargo, se ha convertido en una práctica, algunas veces, poco razonada por quien la comete o bien la padece.

Seguro han escuchado la palabra bullying, pues desafortunadamente está muy presente en nuestros días y es un problema que existe en las escuelas, en la calle, y peor aún, hasta en nuestra casa.

Bullying es una palabra en inglés que viene del vocablo bully que significa “bravucón”, dicho término está asociado con insultos, golpes, intimidación y aislamiento entre otras conductas tristes y bastante reprobables.

El bullying es una práctica que se presenta de diversas maneras, puede ser a través de una agresión física, psicológica y/o verbal, y ahora con la popularización del uso de internet, también como ciberbullying.

El bullying no es sólo una acción, es la interacción entre dos o más personas; cada una con su papel, cada una desempeñando un rol, pero detengámonos a pensar en ellos:

Por un lado tenemos al Agresor que es quien comete repetidamente una acción agresiva e intimidatoria contra otro. El agresor es intimidante, popular y agresivo, y comúnmente, se rodea de otros que disfrutan de verlo abusar; es una persona a la que les gusta dominar y considera que debe tener cierto mando sobre los demás, y para conseguirlo, busca distintas formas de demostrar superioridad.

Del otro lado está la Víctima, que suele ser una persona poco o nada agresiva, generalmente prefiere huir de las situaciones problemáticas, violentas y no le gustan los enfrentamientos de ningún tipo. Es alguien tranquilo y más sensible a las emociones de los demás. Son personas a las que les cuesta trabajo logran empatía con otros, por eso prefieren aislarse de los demás.

También están los Espectadores, que son aquellos que presencian la agresión y, la mayoría de las veces guardan silencio, con lo que dan su aprobación al agresor y en ocasiones hasta lo motivan a seguirlo haciendo. Los espectadores pueden estar o no del lado del agresor; sin embargo, son personas que saben de la acción agresiva y no reaccionan de ninguna manera frente a ella.

La diversidad, cuando hablamos de las relaciones entre personas, requiere de dos valores fundamentales para hacer la convivencia no sólo posible

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