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EL ECOSOCIALISMO, UNA SOLUCIÓN RADICAL A LA CRISIS CLIMÁTICA


Enviado por   •  14 de Enero de 2016  •  Tutorial  •  5.565 Palabras (23 Páginas)  •  249 Visitas

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EL ECOSOCIALISMO, UNA SOLUCIÓN RADICAL A LA CRISIS CLIMÁTICA

La Coordinadora Socialista Revolucionaria participa con propuestas y acciones en las respuestas nacionales y mundiales que, en distintos niveles, confrontan al sistema capitalista explotador y depredador que tiene sumida en la pobreza extrema a la mayoría de la población a nivel mundial y en cada país en lo particular; y que, en su afán de lucro, amenaza con destruir la naturaleza por su lógica de acumulación de capital a través de su modelo de producción “sin fin” y de consumo compulsivo sin freno.

En los primeros doce días de diciembre de 2015 se llevaron a cabo los trabajos de la 21 Conferencia de las Partes (COP 21) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, cuyos objetivos eran limitar a un máximo de 2 grados centígrados el calentamiento del planeta en relación con la era pre-industrial, mediante la reducción de las emisiones de gases efecto invernadero resultante de la actividad humana, para evitar una catástrofe ecológica a escala planetaria.

La COP 21 terminó en un fracaso como las 20 conferencias anteriores por la negativa de los países dominantes de eliminar, suspender o siquiera reducir las emisiones contaminantes de gases efecto invernadero de las grandes empresas trasnacionales, las mayores contaminantes a nivel mundial, que dominan al mundo con base en la generación de energéticos, agroquímicos y sustancias derivadas del petróleo y el carbón. En contraposición a una solución real, la COP 21 se centró en medidas mercantilistas y negocios “verdes” enfocados al financiamiento para continuar contaminando y otras falsas soluciones como los “sumideros” de CO2 o la geoingeniería y el mercado de carbono –mecanismo de compra y venta de bonos en un sucio mercado de “derechos de emisión”-.

La Coordinadora Socialista Revolucionaria sostiene que la solución radical a la crisis económica y climática global, que de hecho es una crisis de civilización, no podrá venir de los gobiernos, por el dominio que sobre ellos ejerce el capitalismo mundial. Somos los pueblos quienes tenemos que movilizarnos a escala internacional, partiendo de luchas generales en cada uno de los países, para detener el calentamiento global. Para ello proponemos un método y una política. La preservación de la vida en el planeta y el equilibrio ecológico dependen en última instancia de acabar con el sistema capitalista depredador. La Coordinadora Socialista Revolucionaria propone a los movimientos sociales y ambientalistas discutir y adoptar el Ecosolialismo como corriente de pensamiento y acción ecológica para superar la simulación y las políticas a medias; una propuesta que toque la raíz del problema que es el propio sistema capitalista y evitar así la catástrofe climática a la que estamos siendo arrastrados.

E C O S O C I A L I S M O

El Ecosocialismo es una corriente política basada en la constatación de que la protección de los equilibrios ecológicos del planeta y la preservación de un modo favorable para las especies vivientes son incompatibles con la lógica expansiva y destructiva del sistema capitalista.

La búsqueda del “crecimiento sin fin” bajo la lógica del capital nos conduce a corto plazo al desastre que provocaría una catástrofe sin precedentes en la historia de la humanidad que es el calentamiento global. Esta situación se agravará si se continúa con la explotación de todos los combustibles fósiles, la contaminación y la destrucción de bosques y selvas tropicales. Todo ello amenaza la supervivencia de la humanidad. Estamos frente a un posible cambio súbito y brutal que haría subir la temperatura global varios grados, a un nivel insoportable para el ser humano y para todas las especies.

El calentamiento del planeta que ya se manifiesta en el derretimiento de los glaciares polares, el adelgazamiento de la capa de ozono, la destrucción de la biodiversidad, la desaparición de especies animales y vegetales, cambios imprevistos y extremos del clima, aumento en el nivel del mar y mil afectaciones más, tiene entre sus principales causas la lógica productivista y la mercantilización, componentes esenciales del sistema capitalista. ¿Cómo reaccionar frente a esta devastación anunciada?

El capitalismo obstaculiza cualquier transformación real en tanto que los objetivos que lo mueven son la ganancia y el mercado, en una dinámica de desarrollo sin fin y por tanto de producción permanente; los capitalistas no están dispuestos a frenar sus negocios ni detener sus máquinas y por lo mismo, no van a dejar de contaminar. Esta es la razón por la cual las conferencias internacionales sobre el cambio climático han sido un fracaso. Los países dominantes exculpan a las grandes empresas trasnacionales, que son las que más contaminan, y se niegan a adoptar cualquier compromiso de reducción de emisiones de bióxido de carbono (CO 2), en particular Estados Unidos y China que son los mayores contaminantes a nivel mundial.

Los países europeos han presentado paquetes con falsas soluciones como son los “mecanismos de flexibilidad” en lo que han dado en llamar economía verde por medio de la compra-venta de bonos de carbono en un esquema mercantilista que es un proceso especulativo que abre un mercado de “derechos de emisión” para comprar con dinero el derecho a seguir contaminando. Igualmente falsas son las soluciones tecnológicas como el auto eléctrico, los agrocarburantes, el carbón limpio, los sumideros de CO2, la energía nuclear o la ecoingeniería que propone incluso bombardear con electrodos las nubes para regir el clima. Tampoco es aceptable la llamada teoría del decrecimiento que plantea la auto-regulación o sea la reducción drástica del consumo.        

Una propuesta distinta es la del “buen vivir” que plantean los Quechuas de Sarayaku en la Amazonia del Ecuador, o sea, vivir con lo que es suficiente para una buena vida sin acumular. Destacan resistencias a los megaproyectos y contra las actividades petroleras contaminantes impuestas en territorios propiedad de campesinos e indígenas. Son movimientos de resistencia a los megaproyectos y el reclamo por la deuda ecológica. Reivindican la justicia ambiental, la justicia hídrica, pero no llegan a cuestionar el sistema capitalista en su conjunto y chocan además con el gobierno ecuatoriano que sigue impulsando una política extractivista dentro del esquema del capital. Una propuesta más es la del movimiento indígena de Bolivia, la pacha mama, la defensa de la madre tierra que reivindica una visión indígena pero tampoco toca el terreno de la lucha de clases.

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