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EL HOMBRE DE LA CALLE


Enviado por   •  8 de Mayo de 2013  •  1.618 Palabras (7 Páginas)  •  3.939 Visitas

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Rodrigo, María José. “El hombre de la calle, el científico y el alumno: ¿un solo constructivismo o tres?” investigación en la escuela. No.23, 1994

“EL HOMBRE DE LA CALLE, EL CIENTÍFICO Y EL ALUMNO: ¿UN SOLO CONSTRUCTIVISMO O TRES?”

El hombre de la calle construye conjuntos de conocimiento y no ideas aisladas, más o menos organizados y coherentes, relativos a algún dominio de la realidad. Su carácter implícito -no accesible a la conciencia- le confiere a las teorías del hombre de la calle una apariencia de realidad que elimina toda sensación de provisionalidad en sus percepciones del mundo. Las teorías implícitas no son hipótesis sobre el mundo sino que actúan como verdaderas creencias. Estas teorías están orientadas a la acción, siendo una actividad vital para interactuar eficazmente en un medio que es eminentemente social. Cuando los alumnos entran en el sistema educativo, ya llevan años de experiencia construyendo su conocimiento cotidiano. Según la percepción científica, la tarea del alumno en la escuela es desterrar o sustituir su conocimiento cotidiano previo y dejar actuar al aprendiz de científico que lleva dentro para construir un conocimiento escolar tan certero como el científico.

Pareciera darse a entender que la construcción del conocimiento escolar supone siempre la transformación del conocimiento cotidiano en científico. Lo que parece importar es que el constructivismo quede caracterizado como un proceso unitario, aplicable a cualquier tipo de conocimiento. El constructivismo diferencial tiene en cuenta el escenario de la construcción en los tres tipos de conocimiento y considera prioritario conocer la epistemología que guía, distingue y da sentido a cada uno. Epistemología cotidiana y científica

¿Qué mundo construyen? “El hombre de la calle trabaja sobre el plano real y describe fenómenos reales, mientras que el científico trabaja en un plano ideal donde describe fenómenos científicos que tienen una correspondencia mucho menos estrecha con el mundo experiencial que conocemos.” Ortega y Gasset, 1964. Como consecuencia, las explicaciones cotidianas sólo resuelven problemas prácticos inmediatos, mientras que las teorías científicas no se conforman con esto y plantean a su vez otros problemas que afectan más a largo plazo. ¿Para qué construyen y cuál es el criterio de validación de sus productos? Debido a su orientación eminentemente pragmática, el hombre de la calle busca que su conocimiento sea útil, mientras que el científico espera que sus teorías sean ciertas. El lego, no necesita poner a prueba sus teorías porque cree en ellas de entrada. El criterio de validación no es la exactitud sino la eficacia; mientras todo va bien, si siquiera la nota. El criterio de eficacia que busca el lego se basa en un criterio muy laxo de eficacia a corto plazo. Sin embargo, el científico lo que busca es la aproximación más exacta a la verdad; pretende que su teoría sea cierta para un rango lo mayor posible de situaciones y casos y a largo plazo. ¿Cómo se construyen? El hombre de la calle no pretende descubrir la verdad sino interactuar eficazmente con su entorno, por lo que no tiene sentido que cuente con procedimientos de indagación complejos y exhaustivos para elaborar sus teorías. Por su parte, el científico dirige toda su actividad para comprobar (o mejor falsear) la veracidad de sus argumentos. Para ello, sigue procedimientos sistemáticos y exhaustivos con el fin de ponerlos a prueba.

El hombre de la calle no aprende su tarea de construcción de la realidad como un oficio; sigue un procedimiento de aprendizaje espontáneo ligado con su propio desarrollo. Basado, sobre todo, en la utilización de su conocimiento previo. Ahora bien, no utiliza observaciones sistemáticas ni pone a prueba sus argumentos porque ello requeriría un esfuerzo adicional que lentificaría su toma de decisiones y entorpecería su constante búsqueda de explicaciones rápidas y sencilla sobre el mundo. El científico aprende un verdadero oficio y lo hace de forma planificada y gradual. Parte muy importante de su entrenamiento, consiste en aprender a controlar sus sesgos de razonamiento naturales y sustituirlos por procedimientos de comprobación y falsación de hipótesis más sistemáticos y exhaustivos. Lecciones para una epistemología del conocimiento escolar. En el constructivismo unitario, la construcción del conocimiento escolar supone un proceso de cambio del conocimiento cotidiano al científico. Por lo general se acepta que el conocimiento cotidiano es un anclaje conceptual muy importante para la construcción del conocimiento escolar, sin embargo, es muy resistente al cambio y no responde adecuadamente a la presentación de contradicciones y discrepancias por parte del profesor.

El constructivismo diferencial encuentra un error importante en lo anterior al suponer que el cambio conceptual es posible; ya que el conocimiento cotidiano guarda continuidad con el escolar y científico. Las únicas diferencias estarían

en los contenidos: menor complejidad y articulación, así como menor precisión en el caso del conocimiento cotidiano frente al científico y escolar. Sin embargo, los tres tipos de contenido se diferencian más aún por aspectos epistemológicos de fondo. Por ello, para comprender las dificultades

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