EL HOMBRE EN BUSQUEDA DEL SENTIDO

La primera cuestión al parecer es la más importante, podría ser planteada de cualquier forma y seguiría teniendo la misma importancia pues podría incluso, cambiar la vida de muchas personas. ¿Cuál es su motivo de vida? ¿Por qué no se suicida? ¿Que lo motiva a seguir viviendo?

La mayoría de los seres humanos entramos en reflexión respecto a lo que es y cuanto vale nuestra vida cuando se ven los días de uno realmente contados, si nos vemos amenazados, sufriendo por la falta de amor, de comida, de un hogar, etc.

Todos en algún momento de nuestras vidas hemos dicho que no podemos hacer algo, como dormir sin la luz prendida, o comer comida fría, o tener un cuarto demasiado pequeño y cuando nos dicen que no podemos adaptarnos a eso que no soportamos, negamos rotundamente esa posibilidad, ya que fundamentamos que hemos nacido así, que así somos y nada nos puede hacer cambiar, sin embargo Frankl narra como él fue capaz de adaptarse a todo lo que creía no poder soportar, al verse en la necesidad, y en ocasiones hasta llego a disfrutar estas experiencias, comer un plato de comida fría, un pan duro, dormir en un pedazo de madera de manera agradable a pesar del clima.

Pero cuando la vida de cada ser humano es prácticamente “color de rosa” y todo marcha normal no le tomamos importancia realmente a nada y simplemente se viven los días con una rutina cualquiera. Lo importante de la vida no es el dinero ni las posesiones materiales, o la dignidad o estatus que nos ponga la sociedad, lo importante es uno mismo y nuestra actitud, so podemos controlar esto, seremos felices con todo o sin nada.

Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa: la última de las libertades humanas, la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias para decidir su propio camino” Aun cuando parezca que los hechos son más fuertes, siempre hay ocasiones para elegir si uno va a ser o no esclavo de estas, renunciando a la libertad u dignidad.

“Una vez perdida la voluntad de vivir, rara vez se recobraba” aunque esta frase mencionada por Vyctor Frankl fue relatada por la historia de vida que vivió en el campo de concentración, no pierde mucha validez en la vida normal de las personas, como ya lo mencione con anterioridad muchas personas simplemente no tenemos razones para vivir y muchas otras las tienen pero no las han descubierto, tanto como para no aprender a gozar los pequeños placeres que nos brinda la vida diaria.

Me he puesto a pensar que tal vez el motivo de vida de una persona no depende siempre de algo o de alguien, este simple motivo de vivir puede ser literal “simplemente vivir”.

Realmente es interesante ver como la vida de una persona puede hacer reflexionar sobre muchas cosas, por ejemplo: Vyctor Frankl pasó parte de su vida en un campo de concentración en donde se formulo muchas preguntas, encontró respuestas y hasta realizo teorías después de eso. Sin embargo la logoterapia me ha enseñado que todas las personas somos diferentes y por ende tendemos a reaccionar de diferente manera a diferentes estímulos y situaciones y por eso me pregunto ¿Qué será de la vida de muchas personas que al igual que Frankl tuvieron el privilegio de vivir para contarlo? ¿Qué pasaría en la actualidad si nos encontraremos en una situación como en la que se encontró él? ¿Realmente encontraríamos un sentido para nuestra vida o, aceptaríamos el nuestro fin en el campo de concentración?

Como cambia la vida de las personas, de un momento a otro, tu estado de ánimo puede pasar de ser el hombre más feliz a ser el más desdichado, como de un momento a otro cambias tu vida por completo para volverla una rutina, como la mayoría de las veces cuando te das cuenta ya es demasiado tarde o tal vez no lo sea, sin embargo es extremadamente fácil darse por vencido cuando se pierden las esperanzas, la fe.

Con cada capítulo de la vida en el campo de concentración de Vyctor me

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