EL MAGNATE

Había una vez un magnate que vivía en un castillo lujoso que él había mandado restaurar, su vida había sido desde pequeño estar en el mundo de los negocios ya en la actualidad vivía entre pantallas, fax, teléfonos, se le consideraba una persona amargada, y le gustaba tratar mal a la gente que lo rodeaba.

Don Cunegundo así llama este personaje asistió al doctor y le recetaron varias medicinas pero lo más importante que hiciera ejercicio que tuviera vida fuera de los negocios. Al regresar a su castillo se encontró a un grupo de personas que se hacían llamar LA FARAMBULA, el trato e echarlos pero se le acercaron para calmarlos y decirles que nada afectaban que se irían al día siguiente.

En la tarde se decidió a ir a caminar como lo había indicado su doctor y en el camino escucho las risas la plática de aquel grupo que sintió tan bien escucharlos. Esa misma noche se vino una gran tormenta que tuvo que alojar en su jardín aquel grupo de actores para que no les pasara nada, ahí empezó una gran amistad con uno de ellos el cual era un gran mago Max, al escuchar que aun siendo un gran rico se sentía mal que nunca había conocido el amor, no tenía ningún recuerdo de niño, Max le ofreció aventuras, y don Cunegundo acepto ilusionadamente.

Y efectivamente le hizo pasar ratos muy emocionantes y gratos fueron vaqueros, piratas, atrapa ranas hasta un adolecente escondiéndose de su padres para ir al bailes, en realidad le habían cambiado la vida tanto que al final decidió poner este servicio de ilusione de vidas, quería que hasta el pobre pudiera tener esta mima ilusión, de la vida diaria y rutinaria.

Así que empezó una nueva empresa con sus nuevos amigos para brindar este servivo al cual ellos felizmente aceptaron.

Ahora Don Cunegundo hace lo que le gusta y apasiona, dejos a sus ejecutivos que dirigieran sus negocios que ya habían demostrado su gran desempeño y él había cambiado ya no era una persona gruñona ni amargada, totalmente había cambiado para bien.

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