EL MAL, UN CONFLICTO INICIAL

EL MAL, UN CONFLICTO INICIAL

Mercy Jovanna Cubillos Gómez

Desde el punto de partida como ser humano, dentro de lo que llamamos sociedad, se nos inculca saber diferenciar entre el bien y mal; desde un punto de vista lejano e imperfecto basado en inocencia y exploración, nosotros, en nuestra etapa pueril desconocemos en su totalidad tal diferencia; a medida que nuestro entorno nos moldea y obliga a adoptar de cierta forma un tipo de personalidad impuesta, vamos dilucidando tales conceptos.

Nuestro primer entorno, la familia, es la encargada de juzgar, aprobar y corregir nuestro comportamiento. Si nos basamos meramente en nuestro primer concepto de sociedad, notaremos la fuerte influencia religiosa, donde se nos infunde el miedo al castigo y la idolatría hacia un Dios que impone tales reprimendas, y tiempo después analizo si el diablo es realmente el malo de la historia; es el quien mediante su presencia corrige, y expone mediante su subjetiva maldad los indignos comportamientos de nosotros como seres mortales e imperfectos.

Es ahí donde nace mi primer conflicto personal, ¿qué debo creer, y si aquello que creo va en contra de todos los preceptos de la sociedad?

A medida que mi conocimiento se expande y desarrollo con cierta limitación mi escasa libertad, voy encontrando que mi conflicto interno es apenas un punto inicuo y carente de relevancia ante los miles de conflictos que voy encontrando en el mundo y como sus consecuencias impactan de maneras catastróficas muchas otras vidas, restando importancia a mi primer pensamiento del bien y del mal.

A medida que desarrollo mi identidad personal y expreso sin miedo mis ideas, noto que carecen de la relevancia en esta sociedad apabullante de violencia, donde una simple mirada logra desencadenar un asesinato, y la moral es un valor que esta en vía de extinción, si no, ya extinta.  Y nos convertimos así en una masa que piensa, pero no expresa, que idea pero no ejecuta; día a día nos abstraemos de tantas situaciones e información negativa, que un día soleado se ve como algo malo.

Es allí donde aquel estereotipo inicial de persona se pierde en un mundo que busca disminuir al ser humano como persona atentando contra su derecho más básico, su libertad, su identidad personal se pierde, se va sumergiendo en los múltiples conflictos de la sociedad y va adoptando como propias muchas situaciones ajenas, y pasa de un conflicto mental interno a escindir en un mundo conflictivo.

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