EL ORDEN GOMECISTA Y SUS REGLAS BÁSICAS.

EL ORDEN GOMECISTA Y SUS REGLAS BÁSICAS.

Hacia los años de 1920, gobierna el país el general Juan Vicente Gómez. Ya su poder esta firmemente consolidado. Luego de la salida del poder de Cipriano Castro y de su reemplazo por Gómez en diciembre de 1908, se abre una etapa de transición hacia una férrea dictadura que este último ejercerá hasta 1935. A lo largo de esa transición, que culminara hacia 1914, Gómez se deshace de todo lo que pudiera significar un límite a su poder: grupos, caudillos, personalidades sin cuyo apoyo en esos comienzos no hubiera podido consolidarse como el sucesor de Castro.

Ya en 1914, acaba con cualquier ilusión que alguien pudiera haber tenido que en ese año terminaría el mandato de Gómez y que se llevarían a cabo unas elecciones a las cuales él no podría concurrir, tal como estaba todo pautado en la constitución de 1909. Esto quiere decir que para 1914 y para los años que siguen, el proceso político venezolano se va a simplificar. Se ha impuesto un decisor supremo e indiscutido, Juan Vicente Gómez que lo pone en condiciones de dominar cualquier intento de desafiar su poder.

Lo que al respecto había, lo constituido por los caudillos, estaba prácticamente difunto y no había surgido ningún reemplazo. Gómez tendrá buen cuidado y esa será una de las marcas distintivas de su dictadura en cuanto al tema de este libro, de no permitir que se conformen entidades capaces de ejercer presión o influencia autónoma de significación. El objetivo rector es el establecimiento de la paz y el orden. Las reglas de decisión se reducen a una sola: se hará lo que Gómez quiera.

Dicho más elaboradamente, la experiencia histórica del país, y la forma en que ella es interpretada, por un lado el mismo Gómez, y por otro quienes lo rodean, vienen a concurrir, cada una por su vía, en un mismo punto, un mismo objetivo rector: la consecución de la paz y el orden, gracias a la instauración de un centro de poder único e indiscutido.

En otro sentido, el gusto por el orden y la percepción de que el país lo requería, que habitan en Gómez, viene a corresponderse con aquella ambición de poder: era un Gómez todopoderoso el único agente capaz de poner ese orden tan necesitado. Como hablaremos hasta la saciedad de petróleo, y como es fama que el gobierno de Gómez hizo lo que las compañías petroleras quisieron, y que durante él estas hicieron poco menos que lo que les vino en ganar.

Digamos por ahora que ciertamente la presencia de una fuerte dictadura les vendrá de maravillas a las compañías que vendrán a explotar el hidrocarburo, pero eso no quiere decir que fuera por eso que tal dictadura se había instaurado.

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