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EL TEMPLO DEL REY SALOMON


Enviado por   •  4 de Septiembre de 2014  •  2.078 Palabras (9 Páginas)  •  311 Visitas

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EL TEMPLO DEL REY SALOMON

Marcial Arteaga Saat.

Cuando Moisés bajó del Monte Horeb, Dios mandó construir un arca ricamente adornada para contener las Tablas de la Ley, el Maná y la vara de Aarón. Además, como el Arca no podía quedar al aire libre, se construyó también el Tabernáculo, un lugar de adoración transportable y modular.

El rey David había querido construir un templo para Dios, que sería más permanente, pero el Señor no le permitió hacerlo, pues sería su hijo Salomón el elegido para realizar tal tarea. Salomón era el décimo hijo de David, y el segundo hijo de Bethsabé. Su nombre proviene de la palabra hebrea "Shalóm" y significa "pacífico". Dios le dio sabiduría e inteligencia, como a ningún otro hombre, para que gobernara a su pueblo con rectitud e hiciera cumplir sus preceptos. Se le atribuyen a Salomón la autoría de los Proverbios, la Sabiduría y el Cantar de los Cantares.

El lugar elegido para la construcción del Templo fue la cima del monte Moriah, en la ciudad de Jerusalén, el cual ocupa una posición central con respecto a las colinas que le circundan, tales como el monte de los Olivos, Bezetha, Gareb y Sión. La Tradición señala, que fue sobre el monte Moriah, donde tuvo lugar el sacrificio no consumado de Isaac por Abraham. Esto corresponde perfectamente con el simbolismo del Templo como "centro sagrado". En otras palabras, el monte Moriah representa un verdadero símbolo del Eje del mundo, que comunica la tierra y el cielo.

Hasta esa época el pueblo hebreo había llevado una forma de vida enteramente nómada, por lo que desconocían las artes ligadas a la metalurgia y la construcción.

Por este motivo, a solicitud del rey Salomón, Hiram rey de Tiro, realizó la provisión de la madera de cedro y ciprés requerida, provenientes de El Líbano. Además, envió a Hiram Abi, hombre hábil, que sabía trabajar el oro, la plata, el bronce, el hierro, la piedra y la madera. Hiram Abí fue, entonces, designado arquitecto de la obra.

El cuarto año de reinado sobre Israel, Salomón empezó a construir la Casa de Dios. Era el año 480 después de la salida de los israelitas de Egipto (974 a. J.C.).

El Templo se proyectó como una Casa, con un pórtico techado en el ingreso y dos ambientes, dispuestos longitudinalmente.

El pórtico de ingreso se encontraba al lado de Oriente, medía 10 metros de ancho por 5 metros de fondo y más de 10 metros de altura. A cada lado del pórtico estaban las columnas de bronce. Más allá se encontraba la habitación principal con el nombre de “Lugar Santo”, de 20 metros de largo por 15 metros de altura. A continuación, en el Occidente, se hallaba el “Santo de los Santos “, en forma de cubo de 10 metros de lado.

Alrededor del edificio se ubicaron las llamadas “cámaras laterales”, edificadas en tres niveles. Para que las vigas no penetren las paredes del Templo, se dispusieron muros de piedra a ambos lados y de ancho variable de acuerdo al nivel. Por este motivo, el ancho interior de estas cámaras fue aumentando, del primer al tercer nivel, de 2.50 a 3.50 metros. El ingreso de las cámaras se encontraba al lado Norte y se ascendía a los diferentes niveles, a través de una escalera.

Las dimensiones del templo de Salomón fueron exactamente el doble de las del Tabernáculo, por lo que el Volumen del Templo fue ocho veces mayor. El ocho es un número que simboliza el “nuevo orden”. También, como el 4 simboliza “la tierra”, el ocho representa al “universo”, lo cual es completamente concordante.

La piedra que fue utilizada para los cimientos, muros y losas, fue labrada en las mismas canteras, afín de que en la construcción no se escucharan ni martillazos ni ningún ruido producido por instrumentos de hierro. Los bancos de materiales se extendían debajo de la ciudad de Jerusalén, en cuevas enormes.

El templo fue fundado directamente sobre roca maciza, con muros que arrancaron de las laderas. Para conseguir los niveles definitivos se utilizaron plataformas de piedra.

Tan solo se dejaron ventanas con rejas en el “Lugar Santo”, en la parte superior de los muros de piedra.

De acuerdo a las fuentes consultadas, el techo del edificio tendría que haber sido plano. Por lo se trataría de una losa de piedra, de al menos 15 centímetros de espesor, apoyada sobre vigas de madera. Para dichas condiciones de carga, se tendría que haber utilizado una viga de madera de 25x80 centímetros cada 80 centímetros.

Debajo de las vigas de madera se colocó un cielo raso de dos planchas de cedro, con aberturas geométricas en la plancha inferior, dando un efecto de relieve (artesones).

Las paredes interiores de la Casa, tanto del “Lugar Santo” como el “Santo de los Santos”, se revistieron con planchas de madera de cedro, artificiosamente esculpidas y se recubrieron con láminas de oro. El suelo se cubrió con planchas de ciprés.

A la entrada del “Lugar Santo” se puso puertas con postes de olivo silvestre, siendo las dos hojas de madera de ciprés, ornamentadas con querubines, palmas y guirnaldas de flores, con incrustaciones de oro. Ambas hojas eran de 2 tablones unidos por bisagras recubiertas de oro.

En el centro del “Lugar Santo” se encontraba como elemento principal el Altar de los perfumes, o del incienso, cuya oblación se realizaba 2 veces al día; la mesa de los doce panes de la proposición, que se ofrendaban cada semana. Además, ardían día y noche, los diez candelabros sagrados.

La puerta de entrada al Lugar Santísimo era de olivo silvestre. El dintel y los postes ocupaban la quinta parte del total de la puerta. La ornamentación fue idéntica a la de la puerta del ingreso principal.

Dentro del Lugar Santísimo, se colocaron dos querubines hechos de madera de olivo silvestre, cubiertos de oro, de 5 metros de alto y 5 metros de ancho, de una punta a la otra de las alas extendidas. Este contenía el Arca Alianza.

Solo una vez al año, el Sumo Sacerdote podía ver el “Santo de los Santos“, en el “día de la Expiación”. Entonces se celebraba un rito único, con el objeto de obtener de Dios, el perdón de los pecados, para el pueblo de Israel.

A continuación, Hiram Abí, fundió

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