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EL TRABAJO Y LA POBREZA


Enviado por   •  24 de Octubre de 2013  •  7.965 Palabras (32 Páginas)  •  241 Visitas

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EL TRABAJO COMO FORMA DE ERRADICAR LA POBREZA

INTRODUCCION

La persistencia de la pobreza es una lacra moral de nuestro tiempo.

Aunque hay algunos síntomas de progreso, no deja de ser cierto que por más que los indicadores macroeconómicos revelen crecimiento sostenido, no es menos cierto también que la realidad nacional siga mostrando su cara más pobre en cuanto a niveles de pobreza y desempleo.

La pobreza es una realidad compleja, de raíces profundas y generalizadas.

Prácticamente la mitad de la población mundial vive con menos de 2 dólares al día, y más de 1.000 millones disponen de 1 dólar como mucho al día. Más grave todavía es lo que las estadísticas no pueden medir: la pobreza engendra en el individuo un sentimiento cada vez más acentuado de impotencia e indignidad, que se traduce en la incapacidad de pensar, de planear o de soñar, más allá de la lucha diaria por la mera supervivencia.

Para los individuos la pobreza es una pesadilla, es un círculo vicioso de mala salud, capacidad de trabajo reducida, poca productividad y menor esperanza de vida. Para las familias la pobreza es una situación en la que están atrapadas. La pobreza trae consigo una escolarización inadecuada, falta de calificaciones, inseguridad de los ingresos, una maternidad precoz, mala salud y muerte

temprana. Para la sociedad, la pobreza es un lastre. Coarta el crecimiento, fomenta la inestabilidad e impide a los países pobres progresar camino de un desarrollo duradero. Para todos nosotros y por todas esas razones, el costo de la pobreza en términos de vidas humanas destrozadas es intolerable.

Pero hay otra cara de la pobreza. Quienes viven en condiciones de privación o penuria material recurren a enormes reservas de coraje, ingenio, perseverancia y apoyo mutuo para poder seguir sobreviviendo. En casi todos los casos, quienes viven en la pobreza carecen de protección social y cuentan con muy poco apoyo del Estado. El simple hecho de hacer frente a la pobreza demuestra la capacidad de adaptación y la creatividad del ser humano.

En muchos sentidos, los trabajadores pobres son, en última instancia, verdaderos emprendedores. Los pobres viven al día, movidos por la voluntad de sobrevivir, pero sin apoyo ni posibilidades de que se les presente una oportunidad de progresar. Sus esfuerzos podrían permitirles alcanzar grandes logros si tuvieran tal oportunidad. Nuestro deber común es ayudarles en ese sentido.

Por una parte y dado los condicionamientos actuales la población tendrá empleo y niveles e ingreso dignos cuando la economía y no la política se encargue de generarlos. La economía se desarrolla cuando el Estado genera las condiciones genuinas para la inversión y la creación de riquezas, y no cuando es el principal agente económico.

El crecimiento y la generación de riquezas deben hacerse dentro de normas claras, predecibles e iguales para todos lo actores del proceso. Motivado por la actual situación político, socioeconómica del país, con la posibilidad de profundos cambios sociales, en los cuales el protagonismo de los todos los agentes sociales influirá en compartir un Estado en el cual la Empresa y la Sociedad Civil trabajen en armonía, cumpliendo cada uno su papel y en donde por medio de un dialogo abierto y no ideologizado, se llegue a implementar y construir políticas publicas orientadas al bien común, que logren gradual y sostenidamente erradicar la pobreza con la creación de fuentes de trabajo, en el cual el capital humano se inserte en nuevos mercados en donde el clima de negocios promueva la inversión para la generación de acuerdos esenciales que permitan el desarrollo con empleo.

La pobreza es el resultado de fallos estructurales y de sistemas económicos y sociales ineficaces. Es el fruto de una respuesta inadecuada de políticas muy poco imaginativas. El hecho de que siga aceptándose denota una pérdida de valores humanos fundamentales.

La pobreza es ciertamente un fenómeno mundial y se da en todas las sociedades.

Ninguna nación es inmune a este fenómeno. En 20 países industrializados, por ejemplo, más del 10 por ciento de la población, en promedio, vivía por debajo del umbral de pobreza a mediados del decenio de 1990.

Las naciones más ricas procuran combatir la pobreza interna, la comunidad internacional ha decidido llevar a cabo una acción aunada de lucha contra las

formas más extremas de pobreza en el mundo en desarrollo, a lo cual han de sumarse formas similares de pobreza emergentes en ciertos países en transición. Concretamente, el presente trabajo centra su orientación en las estrategias para atender mejor las aspiraciones y las necesidades cotidianas de quienes viven en la pobreza. También trata sobre la conexión directa entre el trabajo como aspecto del desarrollo y la erradicación de la pobreza. Considera que es fundamental la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos en general, y en particular de la igualdad entre los hombres y las mujeres, por y para la dignificación del trabajo y la eliminación de la pobreza.

Las estrategias de promoción del trabajo digno traerán consigo un crecimiento más equilibrado y sostenible para los países y una vida mejor para todos.

En otras palabras, esta labor trata sobre formas concretas de encauzar el impacto de la lucha contra la pobreza con programas de inversión, de cooperación técnica y las propuestas de la OIT respecto del trabajo.

ANTECEDENTES

Sabemos que el trabajo es el mejor medio para escapar de la pobreza.

Pero nadie puede imponer por medio de la legislación que haya trabajo y que desaparezca la pobreza.

Se trata de un proceso largo y complejo que exige la colaboración de todos los componentes de la sociedad. A los gobiernos, a los empleadores y a los trabajadores (tripartismo) les incumbe un papel único y fundamental a la hora de concretar un consenso positivo.

El tripartismo es fuerza y contribución exclusiva.

Las primeras palabras de la Constitución de la OIT, redactada en 1919, siguen siendo de actualidad: «Considerando que la paz universal y permanente sólo puede basarse en la justicia social...».

¿Cuál es uno de los mayores obstáculos para la paz y la justicia social?

La Declaración de Filadelfia de 1944, adoptada por la OIT en 1944 y anexada a su Constitución, lo expresa claramente: la pobreza.

En estos momentos de fuertes tensiones y conflictos, esa verdad profunda es más importante que nunca.

De todo ello depende la seguridad cotidiana de las personas y de

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