ELABORACION DE UNA DISCERTACION
Enviado por dayisazucar • 7 de Octubre de 2013 • 1.444 Palabras (6 Páginas) • 299 Visitas
ELABORACIÓN DE UNA DISERTACIÓN FILOSÓFICA
1. ¿QUÉ ES LO QUE TENGO QUE HACER?:
Una disertación. Y, ¿qué es una disertación filosófica? Pues el diccionario nos dice que disertar es
“Razonar, discurrir detenida y metódicamente sobre alguna materia, bien para exponerla, bien para refutar
opiniones ajenas”. Ahora bien, razonar no significa en modo alguno decir sin más vuestra opinión personal o
criticar la del vecino sin en ningún caso aportar razones bien fundamentadas sobre la cuestión. Se trata de
responder preguntas de interés gracias al ingenio e inteligencia que lleváis dentro.
La disertación no es una mera opinión personal sobre cualquier tema. La disertación trata ante todo
de razonar la propia opinión. Y razonar es pensar las ventajas, hechos o hipótesis que avalan o demuestran
nuestras opiniones.
Por otro lado, la disertación implica la relación con un destinatario y exige la voluntad de convencer
por medio de la argumentación. Así pues, esta técnica filosófica sólo es pensable como un diálogo basado en
la argumentación racional. En ella se pone a prueba el espíritu crítico de quien la elabora y la capacidad de
plantear y analizar las nociones y problemas que un tema pone en juego. En definitiva, se pretende construir
una reflexión clara, rigurosa y coherente. No se trata, en absoluto, de reproducir una lección aprendida.
2. ¿CÓMO SE HACE?:
El modelo de disertación más extendido consta de tres partes: introducción, desarrollo y conclusión.
(Ninguna de estas partes tiene que señalarse en el texto con un título). Sin olvidar el título, que tiene que
plantear claramente el tema sobre el que se va a disertar, pero sin ser excesivamente largo (máximo 12-15
palabras). En él hay que subrayar el carácter problemático del asunto (por ejemplo, planteándolo en forma
interrogativa).
A. Introducción
Tiene que ser precisa y no muy extensa. En ella se plantea el problema o problemas presupuestos en
el título de la disertación, cuál es su importancia, su historia y si tiene actualidad.
Si el tema no está formulado en forma de pregunta, entonces es pertinente abrir una o varias
cuestiones que muestren el problema o problemas filosóficos contenidos en el mismo. Por ejemplo, si el tema
es "Libertad y liberación", una de las preguntas que podríamos hacer es: "¿La libertad conduce siempre a la
liberación?" Con ello, la reflexión se enfoca de forma más directa.
Y si, por ejemplo, el título de la disertación fuera: "¿Son los animales libres?", la introducción podría
empezar así: "En este trabajo tenemos que decidir si los animales son libres o no. Pero para ello tenemos
primero que saber algunas otras cosas: ¿qué es la libertad?, ¿qué son los instintos?, ¿tienen los hombres
instinto?, ¿en qué vemos que los hombres son libres?, ¿y los animales?…"
En la introducción no es necesario adelantar la solución (tesis) a la que se quiere llegar, ésta se puede
descubrir al hilo de las argumentaciones expuestas en el desarrollo y expresar con claridad en la conclusión.
Aunque también se puede mostrar una postura en la introducción, justificarla en el desarrollo y afirmarla de
nuevo en la conclusión.
Es conveniente indicar los pasos que se van a seguir en el desarrollo (un plan de desarrollo).B. Desarrollo
En esta parte se despliega y llena de contenido el plan proyectado. Para ello hay que poner en juego
los conocimientos que se tienen sobre la materia en cuestión, sin divagar hacia cuestiones irrelevantes. Es el
espacio dedicado al debate, a la discusión de tesis diferentes. Tal discusión debe estar argumentada con
claridad, precisión y coherencia, e ilustrada con ejemplos y comparaciones.
No existe un plan universal válido para todos los temas. Son siempre posibles varios tipos de
estrategias. Sin embargo, ciertos asuntos demandan un determinado plan. Por ejemplo:
a) Cuando el tema exige afirmar o negar una tesis como la siguiente: "¿Se puede decir que los seres
humanos somos libres?", el plan puede comenzar exponiendo la tesis que se rechaza; seguidamente, los
argumentos de la misma; para luego refutar dichos argumentos y pasar a establecer la tesis contraria, que es la
que se quiere defender. O bien, se puede empezar exponiendo la tesis a defender con sus respectivos
argumentos; después, las objeciones contra esa tesis; y, por último, la refutación de esas objeciones.
b) Cuando permite afirmar o negar una tesis, pero también una postura intermedia: una síntesis, entonces se
puede plantear una estrategia dialéctica. Por ejemplo, ante la cuestión "¿Se puede decir que la cultura es la
que hace al ser humano?", la respuesta puede defender que "la cultura es la que hace al ser humano" o que "el
ser humano es el que hace la cultura", pero también ambas a la vez. El plan dialéctico tiene tres partes: la
primera, la
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