ELECCIONES Y SISTEMA ELECTOR
Enviado por • 27 de Noviembre de 2012 • 2.237 Palabras (9 Páginas) • 515 Visitas
Elecciones y Sistemas Electorales
En los Estados modernos, ningún fenómeno es tan común como el de las elecciones, es decir, la designación de representantes a través del voto del electorado. La idea general de la importancia de las elecciones se refleja, en la definición siguiente: las elecciones representan el método democrático para designar a los representantes del pueblo. Las elecciones ‘tal vez sean lo más aproximado al control del gobierno por el pueblo que se pueda alcanzar en la moderna sociedad industrializada de masas móviles’ (Millbrath, 1972, p. 154). Si esto es cierto, ¿entonces por qué se celebran elecciones en todos los países, incluso en aquellos no democráticos? He aquí la respuesta: las elecciones representan una técnica de designación de representantes.
Según esta definición, las elecciones pueden ser utilizadas en lugar de otras técnicas (designación de representantes mediante sucesión, por oficio o por nombramiento), sin tener contenido democrático alguno. Son bien conocidos los sistemas políticos en los que se celebran elecciones y cuyas estructuras no son democráticas.
En los países de socialismo real, cuyas constituciones consagraban al partido único.
En los países con gobierno autoritario, en lugar que no se cuestiona la exclusividad del poder en manos de los grupos dominantes.
De la realización de elecciones en sistemas políticos democráticos, autoritarios y totalitarios, cabe concluir que:
El concepto de elecciones varía según los sistemas políticos.
La importancia de las elecciones, difiere de un sistema político a otro.
Las funciones de las elecciones cambian de sistema a sistema.
Para ejercer realmente el sufragio, el elector debe tener oportunidad de elegir y gozar de la libertad de elección. La oportunidad y libertad de elegir deben estar amparadas por la ley; cuando estas condiciones están dadas, se habla de elecciones competitivas; cuando se niegan se habla de elecciones no competitivas; y cuando se limitan, se habla de elecciones semicompetitivas. Entre estos principios que procuran la capacidad legitimadora de las elecciones y gozan de una importancia normativa para las democracias liberales-pluralistas, cabe citar:
Propuesta electoral: que está sometida a los mismos requisitos de la elección (debe ser libre, competitiva) y por otro no puede sustituir a la decisión selectiva del electorado.
Competencia entre candidatos: se vinculan en una competencia entre posiciones y programas políticos.
Igualdad de oportunidades en el ámbito de la candidatura (candidatura y campaña electoral).
Libertad de elección que se asegura por la emisión secreta del voto.
Sistema electoral (reglas para convertir los votos en escaños) no debe provocar resultados electorales peligrosos para la democracia o que obstaculicen la dinámica política (por ejemplo: producir una sobrerepresentación de la mayoría).
Decisión electoral limitada en el tiempo sólo para un periodo electoral.
Este catálogo de principios contiene los rasgos normativos de una concepción liberal pluralista de la democracia. Sin embargo, ante tal problemática, tampoco se debería perder de vista la diferencia de categorías entre elecciones competitivas en las democracias occidentales y las no competitivas en sistemas dictatoriales.
Las elecciones constituyen la base del concepto democrático liberal. Según la teoría democrática liberal, los líderes políticos de un país deben ser designados mediante elecciones. Las elecciones competitivas constituyen ‘el rasgo distintivo de la democracia y el que nos permite distinguirla de otros métodos políticos’ (Verba, Nie y Kim, 1978, p. 4).
Son la fuente de legitimación del sistema político, un gobierno surgido de elecciones libres y universales se reconoce como legítimo y democrático; sin embargo, la fuerza legitimatoria de las elecciones es más extensa. La democracia no acaba con la dominación política, pero intenta controlarla mediante la división de poderes, vigencia de los derechos humanos, derecho a la oposición y oportunidad de la oposición de llegar al poder.
Representan el elemento central de participación democrática en las democracias occidentales. Aunque son una forma de participación política entre otras, como la afiliación partidaria o sindical o la participación en manifestaciones, su importancia es muy especial, pues para la mayoría de la población representa el único instrumento de participación en el proceso político.
Vale recordar, la situación política y electoral en los llamados países del socialismo real, la cual se derrumbó a finales de los 80´s en las naciones de Europa oriental. En el marxismo-leninismo, el concepto de democracia tiene raíces totalmente distintas. Tanto la legitimidad del sistema político como el ejercicio del poder por un partido único derivan, según la ideología marxista-leninista, de la misión histórica que tiene la clase obrera y su partido, de acuerdo con las leyes objetivas del desarrollo social.
En los sistemas autoritarios, las elecciones sirven también para reafirmar las relaciones de poder existente. Hasta entrados los 80´s era inimaginable que el hegemónico partido mexicano, “Partido Revolucionario Institucional (PRI)”, pudiera perder las elecciones presidenciales o parlamentarias. A diferencia de las democracias, en los sistemas autoritarios el poder político no está en juego; aunque los resultados electorales no ponen en duda la dominación del partido oficial (o de los partidarios oficiales), pueden surtir efecto en la cúpula del poder político que, en muchos casos, se muestra muy sensible a la variación en el apoyo o rechazo popular. Las elecciones cumplen una gran diversidad de funciones. En 1er lugar, éstas se distinguen según 3 tipos fundamentales de sistemas políticos que son:
Funciones de las elecciones competitivas: interpretadas como instrumento para: expresar la confianza del electorado en los candidatos electos, constituir cuerpos representativos funcionales, controlar el gobierno o como un acto de funciones para simular una competencia entre personas y disimular antagonismos sociales (Agnoli, 1968). Las funciones específicas de las elecciones dependen de las circunstancias sociales, institucionales y políticas. En principio, hay 3 factores estructurales que determinan las funciones concretas de las elecciones, a saber:
La estructura del sistema social
La estructura del sistema político
La estructura del sistema de partidos
Funciones de las elecciones no competitivas: sirven en la interpretación marxista-leninista para perfeccionar al socialismo mediante: La
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