ENSAYO SOBRE EL REPORTAJE
Enviado por kamafrog • 8 de Enero de 2014 • 3.473 Palabras (14 Páginas) • 716 Visitas
Periodismo
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UN ENSAYO SOBRE EL REPORTAJE
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Nelson Notario Castro *
"Ya que la brevedad es el fondo del espíritu y la prolijidad
es su artificio exterior, seré breve..."; William Shakespeare, Hamlet
Dominar sus componentes teóricos y saber escribir buenos reportajes, constituye en el oficio una declaración seria y rotunda: conozco el periodismo.
Es así, porque en este género están contenidos en mayor o menor medida, según el trabajo de que se trate, la nota, la entrevista, la crónica, el ensayo periodístico y los géneros de opinión, el amor a la verdad, bajo la sombra de los más lúcidos conceptos de la deontología periodística y de la literatura.
En una interesante monografía titulada Periodismo y Literatura (1), Jorge Marín, periodista, escritor y profesor universitario refiere que “si se quiere diseñar un símbolo que represente la ubicación del periodismo entre la literatura y la comunicación, se elegiría a un árbol: las raíces, la comunicación (oral y escrita), el tronco, la literatura, y las ramas el periodismo”.
Ahora bien: bajo ningún concepto, el reportaje, como género periodístico puede admitir la ficción. Este género de géneros se construye con verdades, aunque en ocasiones la ficción pueda aportar matices ideales.
En las aulas, hemos comparado el periodismo y la literatura como las dos banquetas de una misma avenida. Una de estas sendas es florida y ancha, la de la literatura, que puede recibir el impacto del realismo periodístico y utilizarlo a su favor.
La otra banqueta es estrecha y austera. Tiene a la literatura como fuente de inspiración y de arsenal de vocablos y giros lingüísticos, pero desecha abiertamente la ficción. Esa vía sólo se construye con verdades demostrables, actuales o “actualizadas”.
Jorge Marín también se refiere a ambos puntos, el de la realidad en el reportaje y la actualidad o actualización en sus temas tratados en uno de los párrafos de la monografía Periodismo y Literatura, arriba citada:
“Al analizar las opiniones, cabe afirmar que si la noticia en la escala informativa, constituye la célula inicial, el reportaje ocupa sin duda el peldaño superior, es una relación creativa. El periodista no debe ceñirse tan estrictamente a la narración de los hechos como en la crónica, sino que puede pensarlos, recrearlos y redactarlos con mayor libertad. Esa recreación y ese vuelo de la imaginación no incluyen ficciones, debe manejarse con realidades. El tema puede ser temporal o atemporal, o bien el interés no se pierde si no es publicado inmediatamente. La extensión varía con su contenido y admite técnicas descriptivas estilísticas que incluye, a su vez, la combinación con otros géneros” (el énfasis es hecho por mí).
Pero los profesores recibimos a aprendices del oficio periodístico, que desean escribir reportajes rápidamente y que confunden el “beneficio” que le aporta la literatura al género, con la libertad para escribir ficción, o intercalar ésta en las vivencias.
Sobre todo ocurre en las tesis presentadas como reportajes. En el curso “Reportaje como tesis” auspiciado por la Dirección General de Personal Académico (DGAPA), que impartimos a profesores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en los primeros meses del 2004, expusimos el caso de una pasante que trató el importante tema de las mujeres asesinadas en Juárez, Chihuahua.
Como remate a su texto documentado, ella incluye el ”relato” de una chica que fue secuestrada, torturada y violada durante varios días. Al final la asesinan. La pasante cuenta que sus plagiarios no han sido identificados y mucho menos capturados.
Entonces, nos preguntamos, ¿cómo se supo?, ¿cómo puede llegar a ser un relato periodístico lo que no ha sido contado por alguien u obtenido como vivencia directa? Evidentemente se trataba de una ficción, tal y como corroboramos al entrevistarnos con la autora del trabajo.
Por eso en las aulas de Géneros Periodísticos II y de los Talleres de Periodismo, hemos intentado hacer entender durante años que “una gota” de ficción literaria nos “echa a perder” el relato periodístico de la realidad.
Allí hemos invitado a los alumnos, a ir a la literatura para aprender palabras y fórmulas narrativas, pero NO para buscar “realidades” que sólo es posible obtenerlas en la vida, mediante la investigación periodística, con ética, y laboriosidad.
Tampoco se admite la licencia de la “ficción” como supuesto ingrediente periodístico, cuando nos argumentan que es “para una revista”. El hecho de que el reportaje encuentre su vía de publicación en las revistas, es un fenómeno vinculado a la falta de espacio en los periódicos, y no puede ser una salida fácil e incorrecta.
Lo mismo ocurre en los medios electrónicos, cuando el reportaje es convertido en un trabajo simplista e inexacto por la excusa de que “time is money”, o que debe ser “light” para que lo vean.
El reportaje es uno solo, completo, exhaustivo, creíble y detallado. No existen los reportajes “light” para programitas de variedades, o simplistas para ser publicados en revistitas que abordan indeseados chismes de la farándula.
¿Y entonces “qué son” esos trabajos profesor? Es la pregunta que surge en las aulas cuando abordamos el tema. Simplemente NO SON reportajes y en ocasiones, no son periodismo. Creo que es la respuesta adecuada.
Y tampoco el reportaje soporta párrafos largos, cargados de adjetivos, y de frases vagas, en las que el verbo es un simple adorno.
En el reportaje como en cualquier otro género periodístico, debemos tomar muy en cuenta las técnicas para escribir, que según Kurt Singer, en su biografía de Ernest Hemingway (2), utilizaba el Premio Nóbel de Literatura:
• Regla Núm. 1: Usar frases cortas.
• Regla Núm. 2: Emplear un estilo directo, sin rodeos.
“Ser positivo. Describir con palabras afectivas. No emplear adjetivos innecesarios. Cuando haya duda cortar el párrafo. Abreviar mucho las frases. Cortar abreviar, cortar... No usar nunca dos palabras cuando con una baste. No buscar mirlos blancos. Ni grandes tragedias. Todos los mirlos son negros. Todas las tragedias son grandes. Todos los sucesos son importantes...”.
Llegar a escribir buenos reportajes implica comprender bien el concepto de información, hacer entrevistas en profundidad, con técnicas adecuadas, sin manipulaciones, aprendiendo primero a escuchar y a preguntar, a hacer párrafos cortos y a trabajar las respuestas aunque estas sean largas.
Lograr lo anterior, mediante el uso adecuado de las técnicas
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