¿ES EFECTIVA Y EFICAZ LA PROTECCION DE LOS DATOS EN LA WEB?

¿ES EFECTIVA Y EFICAZ LA PROTECCION DE LOS DATOS EN LA WEB?

El mundo se ha transformado gracias al conocimiento informático, en especial a la de los computadores y las telecomunicaciones. Sin duda, esto ha sido un importante avance que ha beneficiado tanto al mundo empresarial como a las personas. También existe un lado perverso, y es el de las amenazas informáticas: aquellos robos, suplantación de identidades, ataques maliciosos, robo de material confidencial y muchos otros que se cometen haciendo uso de la tecnología.

Deben tomarse medidas y precauciones para asegurarnos de que cada vez sea más difícil que nos ataquen por medio de vías informáticas, pero no solamente el individuo también en el ente estatal debe hacer su intervención para regular estos tipos de conductas ilegales. Vale advertir que la seguridad empieza por las personas. Si no se tiene conciencia clara de que hay hackers que están pendientes de fallas, omisiones, descuidos y otras debilidades que se presentan entre los ciudadanos y en empresas, nunca se podrá prevenir el estar en la mira de estos criminales. Es como si un ciudadano se pone a manejar con una Tablet por la carrera 10a en el centro de Bogotá, a las 10 de la noche, sin tener presente que muy seguramente puede ser atracado. Esto es no tener conciencia de la seguridad.

Hay formas, difíciles de entender, usadas por los delincuentes informáticos para conseguir información que les facilite el hurto digital. Un claro ejemplo como lo menciona el columnista Guillermo Santos Calderón en su artículo “el auge de los delitos informáticos” es el shoulder surfing o "navegación por el hombro". Es una táctica muy utilizada por los delincuentes para robar claves. Consiste en caminar por aeropuertos, cafés y restaurantes que ofrezcan Internet gratis y pararse detrás de una persona para ver si está accediendo a su cuenta del banco o algún sitio que le exija la clave. Así espían por encima del hombro del usuario y miran qué clave teclea.

Es difícil, por supuesto, estar al día con todas estas técnicas que utilizan los delincuentes informáticos, pero también será difícil ser víctima de este tipo de delitos si se tiene conciencia de que se debe navegar en forma segura, no dejar el computador abierto ni prestárselo a nadie por más amigo que sea, tener claves difíciles de adivinar y cambiarlas con frecuencia, siempre con la conciencia de la seguridad informática y de las vulnerabilidades que muchas veces ofrecemos.

Y si se es víctima, se debe consultar con un abogado antes de presentar la denuncia, porque muchas veces se formula con lo típico y normal, y muy pocas veces como el delito informático que se cometió.

Un informe de la compañía Norton, de Symantec, realizado en 23 países incluido Colombia, revelo que en el último año, cada segundo, 18 personas adultas son víctimas de alguna modalidad de delito informático en el mundo. Esto significa que más de 1,5 millones de usuarios de la Red caen al día en las trampas de los hackers.

El estudio se realizó entre julio del 2011 y julio de este año mediante 13000 encuestas entre usuarios adultos de internet. “son casos efectivos, es decir, de personas que cayeron en alguna forma de cibercrimen y que perdieron dinero por ello, señalo Gonzalo Erroz, experto de Norton en Latinoamérica

El número de usuarios de internet banda ancha alcanzo, para el cuarto trimestre del año pasado, 437 millones de personas en el mundo. En ese periodo Latinoamérica creció el doble del promedio mundial (8,32% frente a 4,15%) aquellos avances permiten el acceso más directo, abierto y libre a la información, lo cual ha sido aprovechado por una amplia variedad de sectores como la salud, la industria e incluso el gobierno, que son formas de interactuar y de administrar sus bienes.

Si bien es cierto que los avances tecnológicos implican grandes facilidades en nuestra vida cotidiana, el carácter sensible de los datos que se transmiten y se reciben (de contenido íntimo o económico) exige un manejo cuidadoso y responsable, que garantice la seguridad y la integridad de la información, de manera que pueda consolidarse la confianza del público. La seguridad de la información es un elemento clave para el desarrollo económico de una sociedad digital incluyente, lo cual solo es posible con la utilización de sistemas sencillos y confiables. Esta es una de las conclusiones de la reunión de las Naciones Unidad sobre la sociedad de la Información, realizada en Túnez en 2005.

El reto que enfrenta el ordenamiento jurídico es lograr combatir desde todos los frentes las figuras cada vez más complejas, que utilizan los “ciberdelincuentes”. El esfuerzo privado por adaptar sistemas de seguridad, debe ser respaldado por las herramientas que la ley les otorga a los jueces, con las cuales puedan desarrollar eficazmente su función. No de otra manera el Estado podrá, como lo ordena la Constitución, proteger a todas las personas en su vida, honra, bienes y libertades.

El derecho de acceso a la información que tiene todo persona se encuentra regulado en las diversas constituciones del mundo como un derecho fundamental y personalísimo e indefectiblemente se halla vinculado con otros no menos importantes y de igual rango constitucional, como el derecho a informar y ser informado a la información adquiere relevancia capital que oscila entre el mayor o menos grado de poder de control sobre los datos o informaciones que concierne a las personas cuando se hallen almacenados, registrados, conservados o transmitidos por medios informáticos, electrónicos o telemáticos por personas naturales, jurídicas, públicas o privadas, según fuere el caso.

En dicho marco se produce el binomio derecho-protegido y derecho - vulnerando y el correspondiente equilibrio ponderado que deviene principalmente de los límites constitucionales y legales de los derechos y libertades fundamentales en que estén involucrados.

En España, el profesor Morales Prats , previa distinción de la fases del ciclo informático (recolección, registro o “programación”, y transmisión de la información), confirma que la protección jurídico penal de los derechos fundamentales como el de la intimidad, la imagen e incluso el honor se extiende a partir del registro de los datos de carácter personal, es decir, a partir de la fase que llama de tratamiento o programación. En tal virtud, las fases previas a ésta (como la de recolección y almacenamiento de la información) se protegen o tutelan bien civil y/o administrativamente por las autoridades competentes. El autor citado, al comentar los delitos contra la intimidad, el derecho a la propia imagen y la inviolabilidad de domicilio, Tít. X, del C.P. del 95

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