EUTIFRON O DE LA SANTIDAD yesenia

EUTIFRON O DE LA SANTIDAD yesenia

Este dialogo es entre Sócrates y Eutifron y en el hablan principalmente de lo que es la santidad, derivando de esta dos conceptos que son lo santo y lo impío, teniendo una larga discusión sobre esto.

Sócrates se dirigía hacia el pórtico del rey, cuando se encontró con Eutifron y comenzaron a hablar, Eutifron le pregunto a Sócrates porque se encontraba ahí, y Sócrates le conto que un joven (Melito de Pithos) lo estaba acusando por no ser un hombre ordinario, al parecer les enseñaba mas a los jóvenes de lo que tenía que enseñarles y este chico sabía mucho de política y podría acusarlo, después Sócrates le pregunto a Eutifron el porqué se encontraba el ahí y le contesto que estaba acusando a su padre, porque había sido el culpable de la muerte de un esclavo y al parecer todos sus familiares estaban en contra de el pues porque era su padre después de todo pero el sabia que lo tenía que hacer y así su acción seria santa.

Sócrates necesitaba defenderse y para esto tenía que saber sobre lo santo y lo impío para convencer sobre su inocencia. Sócrates interrogo muchas cosas a Eutifron, ya que este era muy sabio en las cosas de religión aunque Sócrates también sabía mucho y a la vez Eutifron era el que necesitaba saber sobre lo santo y lo impío. Llegaron a la conclusión de que lo santo era lo agradable a los dioses y lo impío lo desagradable a estos, pero después dieron con que lo que era desagradable para un dios podría ser agradable a otro o al contrario y mejor buscaron otra definición. Concluyeron que lo santo era lo justo y lo impío lo injusto pero dijo Sócrates que había cosas justas que no eran santas y las cosas santas si eran justas con todo esto Eutifron estaba muy confundido y si sabía lo que era pero no sabía como explicárselo a Sócrates.

Después hablaron de Dédalo, uno de sus abuelos de Sócrates, este lo comparo con Eutifron, pero Eutifron se defendió y dijo que él era el que era como Dédalo y Sócrates le dijo que no, que era el porqué solo eran hábiles en sus propios movimientos en cambio Sócrates era hábil con los suyos y hacia hábiles los de los demás (los ajenos). Al final concluyeron que lo santo era lo amado por los dioses y por lo tanto era agradable a ellos.

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