Economia Una Leccion

Propuesta para los 13 y 14 años

Necesidades humanas a los 13 y 14 años

es un momento privilegiado de la vida, donde irrumpen con mucha fuerza cambios fisiológicos, hormonales, estructurales, que redeterminan la conformación psicológica de la persona, evidentemente si negar la historia que se viene desarrollando, pero asumiéndola y replanteándola.

en el campo del desarrollo del pensamiento al llegar a los 12 o 13 años el preadolescente va adquiriendo la madurez necesaria para pasar del pensamiento operacional-concreto al desarrollo del pensamiento lógico-abstracto; es decir tiene la capacidad de asimilar y utilizar conceptos abstractos y de resolver problemas hipotéticos sin necesidad de referentes concretos que lo hagan presente.

Muy de la mano de este desarrollo de su pensamiento, el desarrollo moral necesita ahora sí de razones propias para establecer lo que es el bien y el mal. Durante muchos años el criterio de autoridad (moral heterónoma), lo que digan otros con autoridad como los papás, maestros, personas mayores, era suficiente para aceptar la bondad o maldad de las cosas, ahora se necesita apropiarse y hacer suyas las razones, ahora se necesita poder argumentar lo que está bien o lo que está mal, a lo que se le llama moral autónoma, o en el plano religioso coincide con el concepto expresado por el Papa de “teonomía participada”

La aparición de los primeros indicios del proceso de maduración sexual, es signo que en los preadolescentes se ha iniciado el desarrollo mediante el que se adquirirán las características de una sexualidad –y una personalidad- adulta y madura. La llegada o el despertar de la sexualidad irrumpe casi de la noche a la mañana y es relativamente muy poco el tiempo que tiene la persona de ajustarse a la nueva situación. El adolescente estará atento a explorar en todas partes la información que necesita y buscará modelos de comportamiento en el campo de la sexualidad.

Este desarrollo intelectual, moral, sexual provoca un desacomodo y la necesidad de un reacomodo tal que la tarea a desarrollar por parte del individuo en este momento es la de poder contestar la siguiente pregunta ¿Quién y qué soy yo? Ahora ya puede analizar mejor el mundo, su capacidad intelectual se lo permite, empieza a darse cuenta que su cuerpo deja de ser el de un niño y se va pareciendo cada vez más al de un adulto. Empieza también un proceso de distanciamiento con la familia, precisamente para afianzar su proceso de identidad y se hacen necesarios los modelos, al principio idealizados y posteriormente cada vez más reales y más de carne y hueso. Es le momento de utilizar lo adquirido en la etapas anteriores para ir configurando una identidad personal.

Podemos señalar cuatro desafíos a los que a partir de estas consideraciones, la propuesta de Pastoral Juvenil a estas edades debería responder:

• ayudar al preadolescente a aceptar y acomodarse a los cambios bruscos que está enfrentando.

• acompañarlos en el proceso de conformación de su identidad, para que la “ruptura-distancia” con el medio familiar no sea violenta ni destructiva.

• generar un ambiente adecuado que fortalezca las autoestima de las personas adolescentes.

• brindar las herramientas necesarias para colaborar en el dominio de sí mismo y el control satisfactorio y constructivo de su impulsividad.

Pero no sólo hay requerimientos internos, hay también amenazas externas que podrían afectar negativamente el desarrollo de estas personas y frente a los cuales también la Pastoral Juvenil debe responder, así:

- frente a una sociedad altamente hedonista se debe provocar un proceso educativo que los lleve a desarrollar un alto sentido de responsabilidad y la virtud de la templanza

- frente a una cultura que por los avances tecnológicos se vuelve cada día más inmediatita, que se olvida del mañana porque no es capaz de verlo con optimismo, debe educar en el valor de la esperanza y en la lucha por alcanzar la utopía del Reino.

- frente a un mundo egoísta, no debe cansarse de enseñar el evangelio del amor ágape, donación de sí desinteresada por los demás, como única vía para alcanzar la felicidad. Amor que se vive en el contexto de una Iglesia comunidad

Proceso de los 13 y 14 años

Objetivo general

Acompañar el proceso de crecimiento humano de los preadolescentes desde la perspectiva de la fe para que puedan responder como creyentes a las exigencias de su desarrollo.

Objetivo específico para 13 años

Presentar las verdades de fe que coadyuven a desarrollar una fuerte autoestima entre los preadolescentes, en vistas a lograr personas más seguras y dueñas de sí mismas.

Objetivo específico para 14 años

Presentar a Jesús y su mensaje como ideal de vida para que de luces y oriente las opciones de vida que deben tomar los preadolescentes.

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