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Educación EDUCACIÓN EN LOS SIGLOS XVI Y XVII.


Enviado por   •  12 de Febrero de 2016  •  Ensayo  •  1.521 Palabras (7 Páginas)  •  573 Visitas

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EDUCACIÓN EN LOS SIGLOS XVI Y XVII.

Siglo conocido como renacimiento, caracterizado por un renovado interés en el mundo, existiendo una expansión de espíritu y por ende en el humanismo en Europa. Su mismo nombre da  pauta de una culminación e iniciación de una sociedad con reformas (educativa, social, política y cultural),  así como contrarreformas, utopías, revolución. La innovación de esta etapa pone en juego los fundamentos morales y políticos de las viejas sociedades (catolicismo, papado e imperio).

El enfoque en el que colocaremos nuestra atención es el aspecto educativo, nombrando algunos de los aspectos con los que se presentó la reforma educativa, iniciando por Bohemia Jan Hus, otorgando una aportación concreta a la instrucción, codificando la ortografía y redactando un silabario, con el fin de leer e interpretar la Biblia personalmente, sin la ayuda de los clérigos, esto tenía el objetivo de regresar al cristianismo y abandonarse al mismo.

En el caso de los artesanos y campesinos, desarrollaron un nuevo sistema escolástico direccionado a la instrucción de los muchachos en sus estudios para el trabajo, en cuanto a la enseñanza de la escrituras cristianas tenía que ser con diligencia y gratuitamente impartida por la elección de dos hombres excelentes, elocuentes y doctos, tanto que éstos debían cumplir fielmente a su oficio; estos últimos si deseaban entrar al estado de matrimonio tenía que ser con una mujer honorable y cristiana que instruyera la escritura a sus hijas, para que así hombre y mujer sean anunciadores de la ley de Dios y de la fe.

Donde florece el luteranismo, las escuelas desaparecen” con ello nos damos del máximo exponente y reformador de la educación en esta época (Lutero); sin embargo, no es muy bien aceptado el impulso práctico y la fuerza política para la programación de un nuevo sistema escolástico (una especie de sistema escolarizado que contempla el cambio del estudio de los niños de “una vida entera”, por sólo tres años). La base de su ideología es la prosperidad, salud y fuerza de una ciudad, para tener ciudadanos instruidos, cultos, razonables, honestos y bien educados que generen riquezas y sepan administrarlas.

Lutero hacia hincapié en instruir  y educar muy bien desde que se es pequeño, pues, en la madures, “hombres y mujeres instruidos y capaces [pudieran] gobernar bien ciudades y gentes, y las mujeres cuidar y mantener la casa, los niños y la servidumbre”, respectivamente.

Otro  aspecto relevante que retoma Lutero, es el conciliar el trabajo manual con el trabajo intelectual, apoyándose del ejemplo de Cristo (carpintero) y María (trabajadora del hogar)  realizadores de sus propios deberes, sin dejar a un lado lo intelectual, como lo es la enseñanza, refiriéndose a esta que no debe de ser  ejercida por más de diez años.

La  esencia principal de esta reforma es una pedagogía serena y humana, el tratar de vincular la escuela y ciudad, instrucción y gobierno, entendido como autogobierno (conocimiento de la historia civil y política). De aquí partimos con una nueva concepción de una escuela pública, con una conciencia de valor laico y estatal, esto no es más que llevar la educación a manos del Estado.

Sin embargo ante esta reforma, o bien ante la tesis de Lutero, surge su contrarreforma  o antítesis por parte del sector católico, si bien la misma palabra refiere a que estaban en contra de la educación de los protestantes (o sea de los reformados), ya que se pretendía que prevaleciera la educación católica.

La dirección educativa como respuesta al protestantismo se estableció en el concilio de Trento, siendo que en sus deliberaciones insistió mucho en los libros y en la escuela. Acto en el cual se aprobaron severas disposiciones, como lo es la impresión de libros pasando por un filtro llamado obispo quien se daba a la tarea de examinarlo y aprobarlo, aquel que realizará lo contrario perdería el o los libros impresos, vería la quema de los mismos públicamente y tendría la sentencia de excomunión.

El concilio Trento condenó en diez reglas diversidad de libros, que se le consideraba prohibidos, en ellos encontramos los libros: heréticos, los que tratan ex profeso argumentos lascivos u obscenos, así como los de geomancia, hidromancia, aeromancia piromancia, onomancia, quiromancia, nigromancia, o los que contienen sortilegios, maleficios, augurios, auspicios o encantamientos de magia y por ultimo condenó con reserva los libros escritos por autores ya condenados. Por otro lado su petición fue encaminada a la reorganización de escuelas católicas (allegarse a lo tradicional), a las escuelas de las iglesias metropolitanas,  los monasterio y conventos.

También el concilio propuso la formación del clero, en las escuelas de los jesuitas, mismo que reglamento el sistema escolástico jesuítico, el cual consistía en: la organización en clases, los horarios, los programas, la disciplina. Estableció 6 años de estudios, divididos en cinco cursos: tres de gramática, uno de humanidades o poesía, uno de retórica; un trienio de filosofía, un año de metafísica, matemáticas, psicología y fisiología, para concluir por cuatro años al estudio de la teología. Dicha disciplina modificó la enseñanza humanista para un fin religioso.

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